El banquillo de Mendizorroza vuelve a lucir un nuevo inquilino. Tras la destitución de Mendilibar, quien no ha podido dar con la tecla desde su llegada a Mendizorroza en el pasado mes de marzo, el elegido para encauzar el rumbo del navío albiazul y lograr la salvación no es otro que Julio Velázquez, un técnico moderno y que llega a Vitoria para dotar de un aire fresco al Alavés. Este martes por la tarde ha dirigido ya su primer entrenamiento en Ibaia.

Velázquez, a sus 40 años de edad, acumula aventuras tanto en 2ºB, Segunda, Serie A italiana y, por último, en Portugal, país donde vivió su última etapa como técnico. Precisamente en la liga lusa ha sido donde ha dejado un grato recuerdo. A principios de marzo del año pasado tomó las riendas del Marítimo, club que era colista y en un contexto similar al que hoy en día atraviesa el Alavés.

Pues bien, desde su aterrizaje en el conjunto de Madeira, Velázquez cambió por completo la cara al grupo y le pudo dar la vuelta a la situación clasificatoria. En este sentido, Velázquez cumplió el objetivo de la salvación a falta de una jornada.

El joven salmantino ha crecido paso a paso desde su debut como entrenador profesional. Se estrenó a los 30 años de edad en el Poli Ejido, que por aquel entonces competía en la 2ªB. Allí alcanzó la ronda de los dieciseisavos de final en la Copa del Rey, donde se cruzó con el Villarreal. Pese a la derrota ante los groguets, tal y como señala el técnico en la página para entrenadores The Coaches Voice, la eliminatoria salió "muy bien con una imagen positiva del equipo".

Ese notable papel fue determinante para que recalase más tarde en las filas del submarino amarillo, donde coincidió con Florien Lejeune en la temporada 2012-13. "Cuando estaba de vacaciones de Navidad en Valladolid, recibí la llamada del presidente Fernando Roig. Me dijo que habían tomado la decisión de darme el segundo equipo en Segunda División. Lo primero que hice fue subir del tercer equipo a algunos jugadores. Entre ellos, futbolistas que han desarrollado luego una gran carrera en el club como Manu Trigueros o Gerard Moreno", relata el técnico a dicho medio.

Aquella etapa en el conjunto groguet, donde también dirigió al primer equipo, le colocó en el espectro del fútbol nacional e internacional. Como técnico del Murcia, también estuvo a un paso de rozar la gloria. Cerró la temporada en cuarta posición en un equipo comandado por el ahora osasunista Kike García en la parcela ofensiva pero cayó ante el Córdoba en las semifinales del play off por el ascenso a Primera.

Posteriormente asumió las riendas del Betis, uno de los equipos más exigentes del fútbol estatal. Sin éxito en la casa verdiblanca, Julio Velázquez tan solo dirigió al conjunto andaluz en 16 partidos.

Su primera experiencia internacional llegó tras su salida del Heliópolis. Esta tuvo lugar en el Belenenses de Portugal, aunque el Alcorcón ha sido a la postre el equipo en el que ha podido gozar de una mayor estabilidad. Velázquez comandó al cuadro alfarero en 82 ocasiones, su récord personal como entrenador. Finalmente, sus últimos destinos han sido el Udinese, el Vitoria de Setubal y el Marítimo, en el que logró la permanencia tras coger las riendas cuando el equipo era colista.

Modernidad

Julio Velázquez, a quien Mendilibar reclutó para la cantera del Valladolid, es un técnico perteneciente a la nueva escuela y que concede una gran importancia al colectivo. El técnico salmantino es capaz de variar el sistema en función del rival y, por ello, podría aportar un mayor abanico de recursos tácticos al Alavés. En una entrevista con el periodista Miguel Quintana, reconoció que, cuando un entrenador se hace cargo de un equipo en mitad de la temporada, tiene que analizar los motivos por los que atraviesa una situación delicada.

"Si entras a mitad de campaña es porque el rendimiento anteriormente no era el que la propiedad buscaba. Tienes que analizar a lo que jugaba el equipo y a partir de ahí construir. La capacidad de adaptación del entrenador en estos instantes tiene que ser máxima", alega Velázquez.

Reconocido por su gran trabajo de estrategia, sabe extraer provecho de las jugadas a balón parado y también es amante de la presión alta. El salmantino utiliza diferentes sistemas y, de hecho, ha jugado de forma indistinta a lo largo de su carrera con el 4-4-2, el 3-5-2 o el 4-2-3-1. "Es muy importante que los jugadores se sientan cómodos y que el grupo crea en lo que hace. Seguramente es lo más importante. Ese plus que da el jugador que cree en lo que hace marca la diferencia", reflexiona el nuevo inquilino del banquillo alavesista.

El cambio que acomete la secretaría técnica desde un perfil veterano como Mendilibar a otro más joven como Julio Velázquez es radical. Quizá ese giro de 180º es lo que más necesita el equipo a día de hoy pero lo determinante será que Velázquez inyecte cierto optimismo y fe a un vestuario que cada día se encuentra más lejos del objetivo, que no es otro que encadenar otra temporada más en Primera División. "Vive por y para el fútbol", afirman jugadores y directivos que le conocen de cerca.