José Luis Mendilibar va a cumplir este viernes un mes al frente del Deportivo Alavés y, pese a que aceptó la oferta babazorra consciente de la dificultad del reto y, sobre todo, de que no tendría mucho tiempo para conseguir una reacción -certeza que él mismo ha admitido en rueda de prensa varias veces-, lo cierto es que, tras sus primeros cuatro partidos como albiazul, los resultados y, en especial, el juego del equipo han evidenciado que si algo necesita en estos momentos el técnico de Zaldibar, es precisamente detener el cronómetro.
Hasta ahora, con el vizcaíno en el banquillo, el conjunto vitoriano ha caído hasta la penúltima posición de la tabla después de haber cosechado dos empates (Real Sociedad y Athletic) y dos derrotas (Real Betis y FC Barcelona).
Un rendimiento, en cuanto a números, insuficiente, pero también comprensible teniendo en cuenta que, salvo por los culés, que ofrecieron el domingo una de sus versiones más pobres, ha sido un inicio extremadamente exigente. Además, tampoco se debe olvidar que Javi Calleja, sin ir más lejos, arrancó el curso con cero puntos en cinco jornadas.
Sin embargo, como se ha adelantado al comienzo -y aunque el fútbol, en sí, sea extremadamente resultadista-, lo que realmente preocupa en estos momentos a los aficionados del Glorioso es que, hasta la fecha, Mendilibar no ha conseguido que sus pupilos se aclimaten a su idea.
Algo, de nuevo, esperable debido al limitado margen de maniobra, pero que no debe alargarse mucho más en el tiempo para, de esta forma, evitar que la distancia entre la escuadra gasteiztarra y los puestos que ofrecen la permanencia no sea insalvable.
En este sentido, la realidad es que se necesita mejorar en todas las facetas del juego. En ataque, por ejemplo, el Alavés únicamente ha marcado un gol -lo hizo Joselu, de penalti, contra la Real Sociedad- y no ha sido capaz de mostrar esa valentía que ha reclamado el zaldibartarra desde el primer día.
Más bien, todo lo contrario, pues, excepto en momentos muy puntuales, la imagen ha sido la de un equipo que no sabe generar ni aprovechar espacios y que, además, cuando se acerca al área lo hace con poco peligro. Sin olvidar, asimismo, la falta de eficacia en las jugadas a balón parado, que siempre habían sido uno de los puntos fuertes, y la prácticamente nula aparición de los puntas en los últimos metros.
Adicionalmente, tampoco ayuda a todo lo anterior que las variantes para completar las distintas posiciones de la delantera sean tan limitadas. No por número, porque la plantilla no es corta, pero sí por nivel. O ese, al menos, es el pensamiento de Mendilibar, quien no quiere ver más allá de Joselu, Luis Rioja, Jason y, en menor medida, Edgar y Miguel De la Fuente. Los demás, Guidetti, Sylla, Iván Martín y Pellistri apenas han aparecido y nada indica que eso vaya a cambiar próximamente.
Lagunas en la presión
Ahora bien, la escasez de mordiente ofensiva y la ausencia de alternativas no es la única razón por la que la racha de partidos sin ganar en liga de los albiazules ha alcanzado ya las diez jornadas. Y es que, a pesar de ser una de las fortalezas de su entrenador, el Glorioso Glorioso t y, en las dos últimas fechas, ha concedido demasiadas facilidades a los rivales.
Sobre todo, en las transiciones hacia la portería de Fernando Pacheco, puesto que, aunque el vizcaíno está intentando implantar su presión adelantada, esta no está surtiendo el efecto deseado y, a la hora de realizar el imprescindible repliegue escalonado, se crean huecos que los oponentes pueden explotar con sencillez -como hizo Sergio Canales en el segundo tanto del Betis en el Benito Villamarín-.
En el caso de la zaga, eso sí, aún está por ver cuál será su rendimiento real cuando pueda contar con Nahuel Tenaglia y recupere a Ximo Navarro, dos hombres llamados a tener un papel protagonista en el reparto de Mendilibar.
19º
Tras la derrota frente al FC Barcelona, el Deportivo Alavés ha caído a la penúltima posición de la tabla y se encuentra a tres puntos del Mallorca, que marca la permanencia.
Con Mendilibar