Por fin hay luz al final del negro túnel en el que el Deportivo Alavés ha estado sumido durante demasiado tiempo. Dos goles de Joselu y Edgar -más las providenciales intervenciones de Pacheco- le permitieron ayer sumar tres puntos de oro ante el Villarreal y ascender un nuevo peldaño en su particular escalera hacia el cielo. Esa que conduce a una permanencia que, tras sumar de la mano de Calleja siete de los últimos nueve puntos en liza, ya se atisba al fondo del camino.

Después del enorme refuerzo moral que supuso el triunfo sobre el Huesca del pasado domingo Javi Calleja optó por mantener su apuesta y apenas introdujo variaciones en el once inicial. La presencia de Luis Rioja en la banda izquierda en el lugar de Pere Pons fue la más significativo. Además, Martín volvió a sustituir al lesionado Duarte en el lateral zurdo y Lejeune regresó al eje de la zaga junto a Laguardia tras cumplir su sanción relegando de nuevo a Tachi al banquillo.

Con estos leves retoques El Glorioso se aprestó a recibir a un Villarreal enrachado al que concedió la iniciativa en el juego. Pertrechado en su propia parcela, la escuadra albiazul permitió a su oponente mover la pelota en su defensa con relativa comodidad para comenzar a presionar en la zona de tres cuartos intentando que el esférico pasara lo menos posible por los pies de Parejo. No tardó nada sin embargo el Submarino amarillo en dar el primer gran susto.

Antes de que se cumpliera el minuto de juego el exalbiazul Pedraza -una pesadilla para Ximo Navarro- ejecutó un preciso centro desde la izquierda y Chukwueze apareció solo en el segundo palo para conectar un cabezazo que buscaba la escuadra del palo contrario de Pacheco. En el último momento apareció Laguardia para despejar sobre la misma línea de gol y evitar que el guion gasteiztarra se fuera a la papelera a las primeras de cambio.

Al contrario de lo sucedido en muchas ocasiones precedentes el conjunto local no permitió que ese sobresalto le descentrase y reaccionó con entereza al golpe. Así, fue equilibrando el control de la pelota y poco a poco hasta consiguió acercarse hasta las inmediaciones de Rulli. Lo hizo con peligro por vez primera con un disparo de Joselu desde fuera del área que el meta argentino desvió no sin problemas. Repitió el gallego tras una gran recuperación de Battaglia que le dejó solo ante el arquero, descolocado a media salida. Se entretuvo demasiado, sin embargo, el de Silleda, y su remate se encontró con la pierna del albiceleste.

Suele decirse que no hay dos sin tres y a la tercera no perdonó el nueve albiazul. En el minuto dieciséis Lucas cedió a Rioja en ventaja en la banda, el sevillano ejecutó un preciso centro al segundo palo, donde se encontraba solo Peleteiro. Jota remató de volea en semifallo y ello permitió a Joselu lanzarse en plancha en el poste contrario para abrir el marcador y dibujar un panorama inimaginable hace apenas unos días para el Alavés.

A partir de ese momento, claro está, el encuentro cambió por completo. El Glorioso se replegó mucho más buscando sorprender a la contra a un Villarreal que cada vez se volcó más sobre la portería de Pacheco. Y entonces el pacense reclamó su cuota de protagonismo para desbaratar hasta tres ocasiones clarísimas de Alcácer y Gerard Moreno.

Se alcanzó así el descanso, en el que el Alavés trató de reordenar sus ideas. Pero, nada más empezar el segundo período, una pérdida de Joselu en un balón sencillo en el centro del campo acabó en un centro de Moreno a Alcácer en el área pequeña para que este batiera a Pacheco por la única rendija posible.

En otras circunstancias hubiera supuesto el principio del fin pero este nuevo Glorioso ha recuperado la fe y con una solidez granítica sostuvo el asedio amarillo. Pero, no contento con eso, en una de sus contadas aproximaciones al área rival y con el depósito de gasolina ya en la reserva, Joselu y Edgar se cambiaron los papeles para rubricar el éxtasis albiazul. El gallego centró desde la derecha y el canario se adelantó a Gaspar para rematar de primeras a la red de Rulli. Quedaban más de diez minutos para el final pero el Villarreal tuvo que rendirse a la evidencia de que El Glorioso resurge potente otra vez