El pasado doce de enero el Deportivo Alavés anunció por sorpresa la destitución de Pablo Machín y la contratación de su sustituto, el Pitu Abelardo, llamado a recuperar el carácter y la consistencia que mostró el Glorioso durante la primera etapa del asturiano en el banquillo. Sin embargo, dos meses después de aquella comprometida decisión, la situación del club es mucho más delicada, ocupa puestos de descenso y no se han apreciado mejoras significativas en el juego del equipo.

La anterior vez que la directiva recurrió a Abelardo para enderezar el rumbo del navío albiazul, con el Alavés en una situación mucho más delicada que cuando se decidió prescindir de Machín, el asturiano logró imprimirle al equipo su sello personal desde el primer día, empezando por una memorable remontada en Montilivi. El Glorioso se convirtió en un equipo que competía en cada partido, fuera quien fuera el rival, y lo hacía siempre de la misma forma, siendo agresivo en la presión, buscando centros al área e intentando llegar a la portería rival de la manera más rápida y directa posible. Su labor le sirvió para seguir una temporada más en Vitoria-Gasteiz, protagonizando un curso redondo en el que se quedó a las puertas de clasificarse para la Europa League.

Esta vez, su discurso, sus ideas y su manera de trabajar no han cambiado, pero, por unas razones o por otras, su llegada no ha tenido el mismo efecto. Abelardo sigue exigiendo sacrificio, esfuerzo y compromiso a sus jugadores. No se casa con nadie y apuesta por los jugadores que sabe que van a dar el 100%, como evidencia que no esté contando con Jota y Lucas Pérez, las dos piezas más dotados técnicamente de la plantilla. También mantiene su esquema marca de la casa, el 4-4-2, que le permite mantener un bloque sólido y ordenado en defensa y atacar con dos delanteros y dos extremos en los contraataques.

Sin embargo, su fórmula mágica no está funcionando. Abelardo ha probado a Martin y a Ximo en el lateral derecho, a los cuatro centrocampistas en la medular, a Rioja y a Córdoba por la izquierda, a Joselu, Lucas Pérez, Deyverson y Edgar Méndez en la delantera y a Pellistri como extremo diestro y zurdo, sin éxito. Incluso ha cuestionado la jerarquía de Laguardia en el eje de la zaga situando a Tachi, algo que tampoco ha surtido efecto.

Continuidad en cuestión

Sus conservadores cambios contra el Betis, quitando un delantero y doblando el lateral derecho, tampoco ayudan a fortalecer la confianza en el técnico. Con solo 4 de 24 puntos posibles, el Alavés es el peor equipo de Primera División en el año 2021. Ha quedado claro que el problema de este equipo no era el entrenador, pero, atendiendo a precedentes y teniendo en mente cómo se produjo la destitución de Machín, no sería una sorpresa que el club buscara un nuevo entrenador próximamente. El resultado contra el Cádiz será determinante, ya que después viene el Atlético de Madrid y dos semanas de descanso, un buen momento para dejar trabajar a un nuevo inquilino.