El fútbol, como la vida en general, acostumbra a ser caprichoso. Buena muestra de ello son las curiosas carambolas que suele deparar de la manera más inesperada. Una que se ha convertido en recurrente desde el epílogo del siglo pasado tiene como protagonistas a los dos conjuntos que medirán sus fuerzas esta noche sobre el césped de Mendizorroza. Y es precisamente este escenario el que se ha especializado en acoger encuentros entre el Deportivo Alavés y la Real Sociedad que se han ganado un hueco destacado en la historia del Glorioso. Porque lo cierto es que estos tres ingredientes han estado presentes en algunos de los momentos con final feliz más destacados para la entidad del Paseo de Cervantes.

Lo que provoca, lógicamente, que unas incontenibles sonrisas afloren cuando se echa la vista atrás y que, más allá del atractivo que siempre acarrea cualquier derbi, la visita de los donostiarras sea una de las más esperadas de cada temporada.

Una cita que en esta ocasión llega en la duodécima jornada e inevitablemente mediatizada por las restricciones impuestas por el coronavirus. Obstáculo importante pero que en ningún caso impedirá disfrutar de un partido en el que el Alavés tratará por todos los medios de dar continuidad a su notable racha derrotando al actual líder de la Primera División.

Un triunfo que serviría igualmente para prolongar la positiva trayectoria histórica con citas en las que había consecuencias de mucha mayor trascendencia en juego. El arranque de esta serie perfectamente puede situarse en los últimos estertores del siglo XX. Concretamente el 20 de junio de 1999. En esa fecha se disputó la 38ª y última jornada de la temporada 1998-99, la del regreso del Alavés a la máxima categoría después de casi medio siglo.

El equipo alcanzó ese último compromiso sin haber certificado su salvación y necesitaba los tres puntos en liza para respirar tranquilo. Julio Salinas abrió el marcador en un remate con la mano a los tres minutos de juego y Magno hizo el segundo antes de la media hora. Pero para el recuerdo queda la imagen del realista De Pedro pidiendo perdón a la grada tras recortar distancias sin quererYa no se produjeron más hostilidades y el encuentro concluyó con la victoria local que predecía la tradicional fraternidad entre equipos vascos.

Tras varios cruces más sin demasiada significación, albiazules y txuriurdines volvieron a verse las caras en una cita trascendental casi una década después y de nuevo en Mendizorroza. Sucedió el 8 de junio de 2008, en la penúltima jornada del campeonato de Segunda División. Un encuentro agónico en el que los gasteiztarras trataban de apurar sus escasas opciones de conservar un puesto en la categoría de plata y los guipuzcoanos buscaban el ansiado regreso a Primera.

El choque derivó en una auténtica montaña rusa de emociones que puso a prueba la resistencia de los corazones. Iñigo Díaz de Cerio adelantó a los visitantes en el minuto 10, Adrián López empató en el 49 y Delibasic volvió a marcar para la Real en el 69. Con todo prácticamente perdido ya y con la heróica por bandera Jairo restableció las tablas en el 85 y el inolvidable gol de Toni Moral en el 95 certificó la victoria del Glorioso. Un triunfo al que siguió otro igual de angustioso siete días más tarde en Balaídos (2-3) que permitió al equipo seguir un año más en Segunda División. La alegría, sin embargo, no duró demasiado y doce meses después el combinado gasteiztarra terminó certificando su particular caída a los infiernos pese a que en la 21ª jornada también fue capaz de doblegar a la Real (2-1, con goles de Javi Guerra y Almirón para dejar sin efecto el inicial del Loco Abreu).

Ambos conjuntos no se volvieron a ver las caras hasta el 18 de marzo de 2017, de nuevo en la máxima categoría y de nuevo mostrando la misma tendencia que en confrontaciones precedentes. Así, en la 28ª jornada del curso, el tanto firmado por Deyverson al filo del descanso permitió al GloriosoLos dos siguientes ejercicios suponen casi el único lunar en esta trayectoria, ya que la Real se hizo con el triunfo como visitante en ambos, aunque esas derrotas no tuvieron especial trascendencia.

Y así se llegó al derbi de la pasada temporada. Aparentemente sin la importancia de otros anteriores pero que a la postre se reveló como fundamental para los intereses del Glorioso. En el primer partido que se disputó en Mendizorroza a puerta cerrada -el 18 de junio- tras el obligado parón por el coronavirus, el Alavés se hizo con la victoria (2-0) gracias a los goles de Borja Sainz y Martín en los minutos 58 y 90. Se antojaba el inicio de una posible escalada en la tabla hacia un epílogo tranquilo pero la realidad es que se convirtió en el único triunfo albiazul como local en lo que restaba de curso.

En total el equipo sumó siete derrotas, un empate y la solitaria victoria en el feudo del Betis en las nueve últimas jornadas del campeonato, lo que convirtió a los tres puntos sumados frente a la Real en un botín de incalculable valor. Albiazules y txuriurdines vuelven a verse hoy las caras y pese a que la competición no pone nada definitivo en liza entre ambos, será muy probable que los aficionados alavesistas no puedan reprimir una sonrisa recordando las finales

En el curso 1998-99, en el regreso a Primera tras casi medio siglo, la victoria con goles de Salinas y Magno certificó la salvación

En 2008 Jairo y Toni Moral rubricaron una increíble remontada que acercó la permanencia y evitó el ascenso donostiarra