- Como no podía ser de otra forma tras la cornada encajada ante el Barcelona, Juan Ramón López Muñiz lamentó la bochornosa imagen dada ayer por un Alavés preso de la indolencia y sin la más mínima competitividad para poner algún palo en la rueda de la abrumadora superioridad blaugrana. "No esperábamos este resultado. Sabíamos que venía un equipo como el Barcelona con todas sus figuras, pero sí es cierto que nos faltó un poco de ritmo en el inicio", justificó de entrada el asturiano, que disculpó en parte el escaso despliegue físico de sus pupilos tras concretarse el pasado jueves el objetivo de la permanencia. "Llevan un año muy duro, mucha presión y tensión encima con una situación difícil por el confinamiento y lo que sucedió después. No era fácil el partido, llegaban y era palo, parada de Roberto o gol. No tuvimos la intensidad necesaria para plantarles cara. En Sevilla se vivió un momento de emoción y el cuerpo te pide descanso. No es capaz de afrontar un partido a las 72 horas con la intensidad que requiere el Barça", desveló Muñiz.
A juicio del preparador albiazul, la imagen frente a los culés debía haber sido otra muy distinta, pero no cargó las tintas sobre sus pupilos pese a deslizar que algún futbolista pudo haber alargado la celebración en Vitoria tras llegar a Foronda al filo de las 4 de la madrugada. "Nunca te gusta acabar así, hay que defender la camiseta del Alavés a muerte. Sé la alegría que hubo el otro día, pero luego es difícil mantener el nivel. Si nos hubiéramos jugado algo, el encuentro no habría sido el que vimos. No es agradable lo que ha pasado, pero más vale que haya sucedido con el objetivo cumplido", reconoció.
Su segunda y última respuesta en una escueta rueda de prensa versó sobre sus remotas opciones de seguir en Vitoria. "Mi situación personal es lo de menos. Tengo muy claro a lo que venía y estoy agradecido al club que en un momento tan difícil haya demostrado confianza en mí para salir de la situación. No sé si me quedaré, pero estaré eternamente agradecido al Alavés. La predisposición de todo el mundo ha sido tremenda para conseguir el objetivo, que continúe o no es lo de menos, siempre veré al Alavés como si fuera mi equipo. Me ha hecho pasar unos 15 días espectaculares. Fueron duros e intensos, pero cuando llegas el jueves a altas horas de la madrugada al hotel y ves a tu mujer e hijas con una sonrisa no hay palabras", concluyó Muñiz.