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Entrenamiento

Por fin todos juntos

Primera jornada de trabajo grupal con toda la plantilla para Asier Garitano

Por fin todos juntos

- El fútbol profesional dio ayer el paso definitivo que le conduce hacia la reanudación en poco más de una semana. El cambio de mes en el calendario propició el acceso a la cuarta fase a nivel de entrenamientos, la última previa al reinicio de la competición con las once jornadas que aún quedan por disputarse en Primera División. El 8 de mayo, el Deportivo Alavés retornó al trabajo con los jugadores ejercitándose de manera individualizada; el 15 ya lo hicieron en grupos de diez; el 23 se incrementaron hasta los catorce; y ayer, por fin, saltaron todos juntos al césped del campo principal de la ciudad deportiva de Ibaia para protagonizar a primera hora de la mañana una sesión muy especial. Ni más ni menos, que la primera con toda la plantilla al completo -salvo los tres jugadores que se quedaron en el gimnasio aquejados de distintos problemas físicos- desde que la temporada entrase en un agujero negro a mediados de marzo. La luz al final del túnel se contempla ya cercana, tan próxima como el 13 de junio con la visita al Espanyol. En ese momento, se desencadenará un carrusel de encuentros encadenados sin apenas margen para el descanso ni para el error, en los que El Glorioso tratará de amarrar los pocos puntos que le separan de su permanencia en Primera por quinta temporada consecutiva para irse con tranquilidad de vacaciones el próximo 19 de julio.

Para alcanzar ese desenlace deseado, el equipo encara estos días la fase de trabajo que los técnicos consideran como la más importante. La carga física ha sido muy elevada en las últimas semanas para tratar de compensar el tiempo de confinamiento y poner las piernas a punto para una sucesión de muchos partidos muy seguidos y ahora José Antonio Morga y Nenad Njaradi van a ir perdiendo peso, que no desapareciendo ni mucho menos, en las sesiones en favor de Asier Garitano y sus manos derechas, Javi Cabello y Miguel Pérez. Llega el momento de trabajar los aspectos tácticos, de disponer escenarios que se asemejen a partidos reales y también de ensayar una estrategia que se antoja como un argumento fundamental en los partidos venideros. Recordar conceptos y desarrollar otros nuevos, en lo que supone condensar en apenas unos días la labor que se desarrolla a lo largo de todo un curso. Y es que, con los encuentros tan seguidos, entre el que se acabe de jugar y el siguiente que aparezca en el calendario apenas habrá espacio a corregir errores y el nivel de exigencia de los entrenamientos se rebajará de manera considerable para contar con más espacio para el descanso y la recuperación de las piernas de todos los esfuerzos.

A las diez de la mañana, con una pequeña charla a todo el grupo, arrancó un entrenamiento matinal en Ibaia que se alargó durante poco más de una hora. Las mascarillas y los miedos se quedan fuera del césped, donde la intensidad se convirtió en protagonista. No en vano, el Alavés está mentalizado de que tiene que reengancharse a la competición rozando el máximo de su nivel para evitar cualquier susto.

Con veintiocho futbolistas ejercitándose al mismo tiempo, aunque los cuatro porteros estaban al margen realizando una sesión específica de portería, las únicas ausencias fueron las de Rioja e Ismael, quienes salieron a realizar carrera y que ya llevan varias sesiones fuera del trabajo grupal, y la de un Lucas Pérez que se quedó en el gimnasio durante todo el entrenamiento aquejado de una sobrecarga. De momento, nada que encienda las alarmas, pero con la competición a la vuelta de la esquina -además, Joselu no podrá jugar en la visita al Espanyol al estar sancionado y no hay más delanteros en la plantilla- cualquier problema de calibre menor puede convertirse en irresoluble.

El sábado 13 de junio se perfila ya en el horizonte. Y desde ayer, en el Alavés trabajan todos juntos en un mismo y único grupo con el objetivo de reiniciar la competición a un alto nivel y asegurar cuanto antes la permanencia.

Central camerunés. En el repaso diario a las piezas que conforman los entrenamientos del Deportivo Alavés, ayer con las ausencias por diversos problemas físicos de Lucas Pérez, Luis Rioja e Ismael Gutiérrez, apareció ayer una cara nueva y extremadamente joven. Si la semana pasada quien se sumó a los entrenamientos del primer equipo fue el guardameta Jesús Owono que esta temporada ha jugado en el San Ignacio, ayer estaba presente a las órdenes de Asier Garitano Stephane Paul Keller. Pese a contar todavía con 18 años, el defensa del primer equipo juvenil, el que milita en División de Honor, destaca por un físico espectacular y sus prácticamente 190 centímetros. El futbolista camerunés es una de las promesas internacionales que se encuentran en formación en Ibaia y desde los despachos técnicos se le ha querido dar la oportunidad durante estos días de que entre en una dinámica de trabajo profesional.