- La lluvia de millones de euros que las televisiones habían desparramado durante los últimos años sobre el fútbol con cada vez más países beneficiados había provocado una escalada de precios en el mercado de traspasos hasta, en muchos casos, alcanzar cifras desorbitadas. La crisis provocada por el coronavirus propiciará, a juicio de los expertos, que esos registros decaigan de manera considerable y que la afección se reparta por igual entre los más grandes y los modestos. Una de las frases más repetidas durante las últimas semanas es que no se volverán a realizar en un breve espacio de tiempo fichajes por encima de los cien millones de euros, pero en el nicho de mercado que se mueve el Deportivo Alavés, muy lejano a semejantes sumas, también se producirá una recesión que propiciará que la próxima ventana de mercado, cuando se acabe abriendo, sea del todo menos propicia para realizar alguna venta millonaria.

Desde las oficinas de Mendizorroza se ha repetido constantemente durante los últimos años que El Glorioso tiene que ser un club vendedor para generar recursos económicos. Y a esa idea se ha aplicado siempre que ha estimado oportuno desprenderse de un futbolista cuando veía la contraprestación monetaria adecuada. El ejemplo más claro se produjo el pasado verano, cuando se consumó la marcha de Guillermo Maripán al Mónaco a cambio de alrededor de quince millones de euros. Una cifra relevante para las arcas albiazules y que será prácticamente imposible igualar a corto plazo. Y eso a pesar de contar en sus filas con futbolistas que en una situación de normalidad podrían suponer un ingreso incluso superior al que se obtuvo por el chileno.

Ahí está, por ejemplo, la figura de un Fernando Pacheco que casi en cada ventana de mercado se convierte en protagonista de diversos rumores. Siempre parece que sus días en Vitoria se acercan a su fin, pero de momento sigue protegiendo la portería de Mendizorroza. Y no parece que cuando acabe el presente curso sea el momento óptimo para su salida, pues si llega alguna oferta -el Sevilla siempre ha estado tras sus pasos y el Betis se ha sumado ahora con fuerza- ni de lejos alcanzará una cifra acorde al valor real del guardameta pacense. Términos parecidos en los que se puede hablar de Lucas Pérez y Joselu, apetecibles por su gran rendimiento pero por los que parece difícil recibir propuestas monetarias que sean interesantes.

Es evidente que es un muy mal momento para vender -y el Alavés ha rechazado ya muchas ofertas antes por no entrar dentro de sus mínimos-, pero habrá que ver si no acaba existiendo la obligación de hacerlo para cuadrar unas cuentas que a corto plazo van a sufrir una fuerte sangría por culpa de la crisis. Se van a perder ingresos por la ausencia de aficionados y también en lo referido a los patrocinios, amén del riesgo aún sobre la mesa de que no se vuelva a jugar y que buena parte de los derechos televisivos se queden sin cobrar. El club tiene comprometido ya parte importante de su próximo presupuesto en salarios y, de desaparecer ingresos habituales, podría verse obligado a alguna venta.