- Cada jornada que pasa resulta más evidente que la evolución del complicado escenario en el que se encuentra el deporte profesional es completamente imprevisible. El inclemente coronavirus no concede la más mínima tregua y los estragos que provoca se van extendiendo por todo el globo terráqueo casi a la velocidad de la luz. Con las competiciones futbolísticas suspendidas y cada vez más cerca de una cancelación definitiva, el futuro de todos los implicados de una u otra manera en ese mundo se augura cada vez más negro. Al igual que en el resto de los ámbitos de la sociedad, cada vez son más las empresas -clubes en este caso- que recurren a las medidas económicas aprobadas por el Gobierno y las noticias sobre los ERTES en vigor ocupan el espacio habitualmente dedicado a los partidos y futuros fichajes.
Con este escenario, resulta inevitable que la incertidumbre se haya convertido en fiel compañera de viaje de casi todos pero, sin duda, hay un grupo de profesionales que la sienten de una manera más intensa. Son aquellos que desconocen en estos momentos su destino para la próxima temporada. Sobre todo, los que lo tienen condicionado a diferentes cláusulas a cumplir durante el ejercicio actualmente paralizado.
Pese a que no son demasiados, en el seno del Deportivo Alavés hay varios casos de jugadores que se encuentran en esta situación. Aunque, curiosamente, los principales afectados no se hallan ahora mismo balo la disciplina albiazul. Porque son Antonio Sivera y Burgui quienes más dudas tienen en torno a su futuro. Ambos abandonaron Mendizorroza durante el pasado mercado de invierno camino de sus respectivas cesiones al Almería y el Zaragoza. Sendos conjuntos de Segunda División con aspiraciones de conseguir un billete de regreso a la máxima categoría. Debido a esto, en los contratos de los dos futbolistas se incluyó una cláusula de compra obligatoria por parte de sus actuales equipos en caso de lograr el ascenso.
Una condición que, con el actual panorama, se antoja una quimera. Al igual que sucede en la Liga de las estrellas, la competición en el peldaño inmediatamente inferior del fútbol español continúa detenida y resulta prácticamente imposible pronosticar si se va a poder retomar y en qué condiciones se haría en el caso de ser posible. Como consecuencia, los vínculos de Sivera y Burgui se sitúan en un particular limbo que muy probablemente, obligará a las tres partes afectadas a sentarse a renegociarlos cuando sea posible.
Algo similar ocurre también con Manu García. El capitán del Glorioso es el único integrante de la actual plantilla cuyo contrato expiraba el próximo 30 de junio. Sin embargo, el documento incluía múltiples cláusulas en virtud de las cuales podía prorrogarse automáticamente un año más. Una opción que el vitoriano tenía prácticamente asegurada ya pero que, ahora, pasa también a situarse entre interrogantes.
El último grupo de afectados más intensamente por la incertidumbre es el de los futbolistas que están actuando este curso como cedidos en la entidad del Paseo de Cervantes. Es el más numeroso, puesto que se trata de seis jugadores, ninguno de los cuales tiene incluido en sus respectivos contratos opción de compra por parte del Alavés. Se trata de Roberto Jiménez, Magallán, Camarasa, Fejsa, Aleix Vidal y Oliver Burke. Todos ellos, a priori, deberían finalizar su estancia en Vitoria el próximo 30 de junio, por lo que si se retomara la Liga y el calendario incluyese jornadas más allá de esta fecha su situación sería harto complicada. Porque al igual que el de otros muchos, su futuro permanece ahora mismo en cuarentena.