Vitoria - Asier Garitano contará en Valencia con la baja por sanción de un futbolista que, de manera un tanto inesperada, se ha convertido en uno de los puntales de este Deportivo Alavés. Tras dos temporadas en el club con un protagonismo creciente pero escaso, para el preparador de Bergara Mubarak Wakaso se ha transformado en un fijo en las alineaciones. Tanto es así que ha sido titular en los siete compromisos ligueros y es el segundo jugador con más minutos (585 -fue sustituido en el descanso del derbi contra la Real Sociedad y han sido los únicos minutos que se ha perdido-, por los 603 de Rodrigo Ely) en lo que va de curso, por delante de otros pesos pesados de la plantilla. Una baja, por tanto, reseñable para un Garitano que tendrá que recomponer su idea en el centro del campo, donde el ghanés era un fijo acompañando a Tomás Pina.

Precisamente, estos tres citados jugadores componen el exiguo listado de albiazules que han sido titulares en las siete primeras jornadas. Hasta veintiún jugadores diferentes han empezado en el once inicial al menos una vez -incluyendo entre ellos al ya ausente Guillermo Maripán-, lo que indica bien a las claras que Garitano no acaba de encontrar su plan de garantías. No en vano, de los veintidós futbolistas que ya ha utilizado el único que no ha disfrutado de la titularidad ha sido Tachi, mientras que aún sin debutar se encuentran dos jugadores que han entrado en convocatoria como Javi Muñoz y Dani Torres, amén de un Burgui que se acaba de reintegrar al grupo tras su larga lesión.

Muchas intermitencias Esta relevancia que ha ganado Wakaso en la actualidad contrasta sobremanera con las dos campañas precedentes, en las que en ningún momento fue considerado como titular indiscutible, al menos durante la etapa de Abelardo al frente del banquillo. Tras su incorporación en el verano de 2017, en su primer curso partió en el once inicial en tres de los cuatro encuentros que dirigió Luis Zubeldía, se quedó en el banquillo en los dos de la interinidad de Javi Cabello y estuvo en la alineación de salida en cuatro de los siete encuentros de Gianni De Biasi. Abelardo confió en el ghanés en el histórico partido en Girona -aunque para cuando se produjo la remontada ya había sido sustituido- y a partir de ahí se abrió una brecha: suplente en seis partidos consecutivos; titular ante el Barcelona en un encuentro en el que vio su quinta amarilla; y, tras la correspondiente sanción, siete jornadas consecutivas sin ningún minuto de las que hasta en cinco ni siquiera estuvo convocado. Con la salvación asegurada, ya entró con más asiduidad en las nueve últimas jornadas, siendo titular en tres de ellas para un balance global de 1.101 minutos -decimosexto de la plantilla- en veintiún partidos, solo doce como titular y convertido en cuarto centrocampista por detrás de Pina, Manu García y Torres.

Asegurada la continuidad de Abelardo en el banquillo tras la permanencia, el centrocampista africano comenzó a buscar salidas en pos de un futuro más interesante en lo personal. El ascenso del Getafe de José Bordalás, un entrenador que le tiene depositada una confianza enorme, le abrió una alternativa que exploró en varias ocasiones sin alcanzar el acuerdo necesario para una marcha por él deseada.

Eso sí, su condición dentro del equipo varió de manera considerable en un arranque del curso en el que se vio beneficiado por la ausencia por lesión de Pina, lo que le condujo a ser titular en los seis primeros compromisos ligueros, una condición que repetiría aún en dos ocasiones más hasta la décima jornada, disputando minutos en nueve partidos. A partir de ahí, de nuevo un entrar y salir, con solo tres partidos jugados -todos como titular- hasta el final de la primera vuelta y siete más hasta el final de un curso que cerró con 1.664 minutos -undécimo del equipo- en 29 partidos, 18 de ellos como titular, por detrás de Pina y Manu en el centro del campo y prácticamente igualado en oportunidades con Darko Brasanac.

Cambio radical Como había pasado al final de la pasada temporada y también durante el mercado invernal, este verano Wakaso se dispuso a buscar opciones lejos de Vitoria, pero desde el primer momento Asier Garitano le transmitió que contaba con él para su nuevo proyecto y que su idea era que se convirtiera en una pieza importante en el centro del campo. Una afirmación que, sobre el papel, se hacía difícil de sostener con la continuidad de Pina y Manu, el fichaje de Pere Pons o la incorporación de Javi Muñoz, pero que a la hora de la verdad el preparador de Bergara ha ratificado con los hechos que suponen los minutos. Ya fuese en la configuración de tres centrocampistas o en el doble pivote, el ghanés siempre ha sido uno de los centrocampistas elegidos por el técnico guipuzcoano. En los siete partidos disputados hasta la fecha solo ha prescindido de su presencia en la segunda parte del derbi contra la Real Sociedad, cuando el partido estaba ya perdido con el 3-0 y el africano cargaba con una cartulina amarilla a sus espaldas y corría riesgo de expulsión.

En su tercera y última temporada de contrato -su continuidad parece complicada tanto si juega, porque va a tener ofertas importantes, como si no, porque querrá irse-, Wakaso ha conseguido la relevancia que de él se esperaba desde su llegada y que ahora resulta inesperada.