Vitoria - La primera victoria de la temporada en la visita al Levante le ha servido al Deportivo Alavés para tomarse un pequeño respiro tras su desastroso arranque de curso, pero, sobre todo, para refrendar cuál tiene que ser su idea de juego en la larga carrera por la salvación. Aparcado el período de Luis Zubeldía en el que se pretendió buscar, sin conseguirlo, un mayor protagonismo con el balón, de la mano de Javi Cabello primero y ya con Gianni De Biasi al frente del equipo en el último partido, El Glorioso ha recuperado ese perfil tan reconocible de las últimas temporadas que se basa en una enorme fortaleza defensiva y la búsqueda de las transiciones rápidas para tratar de inyectar el veneno del gol a los rivales. Un ideario que se interpretó prácticamente a la perfección en la visita al Levante y en el que el equipo está trabajando con profusión en estos días sin competición para ir limando poco a poco las carencias competitivas que este Alavés ha mostrado en el primer tramo de la campaña.
La solidez atrás ha sido el factor clave de la solvencia alavesista a lo largo de las últimas temporadas y esa idea se pretende recuperar ahora con De Biasi. La idea la implantó en el club el desembarco de Javier Zubillaga al frente de la dirección deportiva, ya que el riojano tenía muy claro que quería un equipo fuerte en defensa, rocoso y que se agarrase a los partidos a base de sacrificio. Un ideario que interpretó a la perfección en el banquillo Natxo González para conseguir el ascenso a Segunda División. De la mano de José Bordalás, el Alavés volvió a ser de nuevo un equipo muy poderoso a la hora de cerrar su portería y el alicantino fue el conductor del regreso a Primera División con ese estilo aguerrido y peleón. La cota máxima la alcanzó la pasada campaña, ya en la máxima categoría, un Mauricio Pellegrino que construyó un proyecto de una fiabilidad enorme en el apartado de la contención y que también fue creciendo en el plano ofensivo gracias a esos sólidos cimientos defensivos sobre los que se asentaba y que le daban una gran confianza en su juego.
Crecer desde la defensa Con De Biasi en el banquillo, el objetivo es recuperar esos valores que se habían perdido, dejando paso a un Alavés irreconocible en su estilo en un arranque del curso desastroso por esa indefinición. El italiano viene de construir proyectos muy sólidos en base al trabajo colectivo en todos los frentes y una de las principales virtudes de los técnicos de su país es su riqueza táctica en lo referido a armar bloques sólidos en defensa. Contra el Levante ya se vieron las primeras pinceladas del cuadro que aspira a pintar, ya que el Alavés dejó por primera vez su portería a cero, apenas concedió ocasiones a su rival y, además, fue capaz de desconectar a los jugadores más importantes del cuadro granota.
Para conseguir ese objetivo de dejar la meta de Pacheco inmaculada, el cuadro albiazul recuperó la presión adelantada, se vio una buena coordinación en los movimientos del colectivo y todos y cada uno de los jugadores contribuyeron con un enorme esfuerzo para cerrar los huecos que se iban abriendo. Precisamente, otra idea en la que De Biasi ha insistido y que viene siendo un elemento común en los éxitos recientes: el compromiso del grupo.
Juego sencillo La solidez defensiva es un factor clave para el nuevo técnico albiazul y otro de los puntos importantes es hacer un fútbol sencillo y no caer en complicaciones con el balón. Ya se vio en el Ciutat de València que el Alavés buscó lo más básico en su ofensiva tras la recuperación. Velocidad en la transición para tratar de llevar el balón rápido a zonas de compromiso y, una vez allí, buscar la portería rival.
Con desplazamientos en largo a la espalda de los defensas buscando la velocidad de Pedraza y los desmarques de Munir, el conjunto vitoriano puso en enormes aprietos al Levante y en un solo partido acumuló más ocasiones que en los seis encuentros precedentes, además de marcar dos goles cuando en los partidos anteriores solo había conseguido uno a su favor. Por si fuera poco, un factor diferencial en el fútbol actual como son las acciones a balón parado fueron bien ejecutadas y alguna de ellas pudo acabar con el esférico en la portería granota, una cuestión que es determinante y que tampoco había ofrecido resultado alguno con anterioridad.
Es evidente que en lo venidero El Glorioso se va a encontrar con mayores problemas que ante el Levante, pero también De Biasi va a tener la oportunidad de ir limando poco a poco su idea futbolística para que el Alavés recupere el estilo que tantas alegrías le ha dado en los últimos años y que se había perdido en el nefasto arranque de este curso.