vitoria - El Deportivo Alavés ha llevado el dicho al enemigo ni agua a su máxima expresión. En un acto de cuestionable ética, no ha tenido reparos en impedir facilidad alguna al Ontinyent de cara al duelo que este domingo enfrentará a su filial con los valencianos por el ascenso a Segunda B. En la ida se impusieron los locales por tres a goles a cero, de ahí que los albiazules se agarren a cualquier factor que les ponga la eliminatoria de cara. Y es que, según reveló ayer el propio Ontinyent en un comunicado, la entidad alavesa se habría negado a ceder sus instalaciones deportivas de Ibaia -en estos momentos están en obras, no así las de Betoño- para que se ejercitaran los valencianos, un mecanismo “que es habitual en este tipos de eliminatorias”, recalcan desde la entidad levantina. En consecuencia, será el Eibar quien ceda sus instalaciones fruto de las buenas relaciones que ambos clubes tienen desde su cruce en 2010. Para colmo, el enfado aumentó en la directiva levantina cuando el Alavés también respondió con negativa a la petición de 200 entradas para su afición de cara al partido del domingo. Inicialmente, los alaveses pusieron a disposición de los visitantes cien entradas, una cifra que “podría ser aumentada sin problema”, aunque finalmente se vaya a quedar en esas cien iniciales, lo que ha impedido la salida de un tercer autobús a Vitoria. - A. Mateos