Vitoria - Que en el mundo del fútbol existen agentes que se mantienen inamovibles en la idea de generar las más absurdas polémicas es una cuestión que queda clara cada vez que se producen disparates del todo innecesarios y que no suponen más que echar gasolina a un incendio. No se explica de otra manera lo ocurrido con la designación de José María Sánchez Martínez para arbitrar el Real Madrid-Deportivo Alavés del próximo 2 de abril. El nombre del colegiado no diría demasiado si no fuese exactamente el mismo que se encargó de dirigir este mismo partido en la ida en Mendizorroza. Un encuentro cargado de polémica por la actuación del murciano, que señaló dos penaltis a favor de los blancos -uno inexistente, el otro más que dudoso- y acabó con la paciencia de todo el alavesismo. Se ve que para alguien, el encargado de las designaciones, Sánchez Martínez hizo muy bien ese día su trabajo. No hay otra explicación posible a que repita presencia de nuevo en el mismo partido.
Veinte colegiados componen la plantilla de árbitros que se encargan de dirigir los encuentros de Primera División. Descartando al madrileño Del Cerro Grande y a los vascos Bikandi Garrido y De Burgos Bengoetxea, quienes en una norma absurda no pueden dirigir encuentros en los que esté implicado un equipo de la comunidad a cuyo colegio están adscritos, quedan otros diecisiete. Pues bien, de entre todos ellos, el Comité Técnico de Árbitros tuvo ayer a bien seleccionar a Sánchez Martínez para la visita del Alavés al Santiago Bernabéu. Decisión que no hizo sino avivar las brasas del recordado partido de ida en el que la actuación arbitral fue decisiva para la victoria madridista.
“El árbitro ha estado lamentable. Muy mal, y hay que decirlo. Va siempre contra el equipo pequeño y ya estoy cansado de que siempre sea lo mismo. Pero no se puede luchar contra eso. Estoy muy cabreado”, se despachó Alexis al final del partido, unas declaraciones por las que fue expedientado posteriormente.
Más allá de su diferente rasero para penalizar a unos y otros, que fue evidente -cinco amarillas alavesistas por una sola madridista-, Sánchez Martínez causó el enfado del alavesismo por dos penaltis castigados de aquella manera. Primero, interpretó que Deyverson golpeó el balón con la mano en el área en un lanzamiento de falta en una decisión que ni mil repeticiones pudieron corroborar y que acabó suponiendo el 1-1. Después vio un agarrón de Torres a Ronaldo, pero no la falta de Morata que sufrió antes el colombiano y que fue la que propició la posterior infracción, que en esta ocasión detuvo Pacheco. Además, el colegiado murciano expulsó del banquillo tanto a Mauricio Pellegrino -después de protestar un saque de banda a favor- y también a su ayudante Carlos Compagnucci.