Vitoria - No es el caso del actual Alavés un modelo lógico en lo que se refiere a un equipo recién ascendido a Primera División y que a estas alturas del campeonato comienza a pensar, con la boca pequeña, eso sí, en cotas mucho más ambiciosas que la pura permanencia. Y no es un modelo lógico porque este equipo funciona mejor cuando juega fuera de Vitoria que cuando lo hace en Mendi, donde a estas alturas solo ha sido capaz de firmar tres victorias en 13 partidos, justo la mitad de las que ha conseguido como visitante. Y por ahí, por ese escenario de autoestima ganada cuando se viste la segunda equipación, el equipo debe romper de una vez por todas esa irregularidad que calza como local para aspirar de cara al final de temporada a unos registros que no le dejen en tierra de nadie.
razones para el cambio El sábado ante la Real Sociedad podría ser un buen día para conseguirlo y, de paso, encadenar de nuevo dos victorias consecutivas en Liga después de la conseguida el pasado fin de semana ante el Málaga en La Rosaleda. En este sentido y transcurridas ya ocho jornadas de la segunda vuelta, las sensaciones y los resultados que ha conseguido el equipo permiten adivinar que la tendencia como local puede estar cambiando y que la explosión de Mendizorroza puede ser un hecho real a partir de varias razones. Al igual que en casi todos sus desplazamientos, el Glorioso ha demostrado en las últimas semanas el mismo nivel competitivo en Mendi que cuando ha jugado fuera. Por esta línea, sin ir más lejos, se impuso hace semanas al Celta en la semifinal de la Copa del Rey (1-0), perdió con estrépito ante el Barça (0-6) y remontó el vuelo ante el Valencia (2-1) y el Sevilla (1-1), donde ofreció una muy buena imagen. Además de esas buenas sensaciones y ese gen competitivo, el Alavés se ha convertido también con el paso de las jornadas en un equipo fiable y reconocible donde su mal llamada segunda unidad también ha dado un paso al frente. En concreto, jugadores como Katai, Romero y Edgar -recién salido de una lesión muscular-, que les están poniendo las cosas muy difíciles a compañeros teóricamente titulares como Gaizka Toquero e Ibai Gómez. Por si fuera poco, jugadores como el propio interior canario no han perdido su olfato de cara a gol -Edgar marcó en Málaga su cuarto tanto en Liga-, lo que sin duda representa un alivio para Pellegrino, que una semana tras otra, y ya van unas cuántas, asiste impávido a la mala racha que atraviesa su 9 titular, Deyverson, y la aparente desidia de su sustituto, el venezolano Santos.
deberes hechos y tono físico Otro factor clave para despegar definitivamente en Mendizorroza deriva de la tranquilidad que supone tener ya prácticamente los deberes hechos, léase la permanencia, y gozar a estas alturas del curso de un tono físico que, como poco, le está permitiendo al equipo competir hasta el final en todos sus partidos y arañar puntos claves en los instantes finales como ocurrió sin ir más lejos el pasado sábado en Málaga, donde Edgar marcó el 1-2 en el minuto 81. Curiosamente este mismo aspecto lo sufrió en sus propias carnes el Alavés en la primera vuelta... Sea como fuere, y en este contexto de buena onda, recibe el equipo este sábado a la Real con el convencimiento de saber los pormenores de un derbi, la confianza de un bloque sólido y, sobre todo, la tendencia al alza después de los últimos precedentes ante el Valencia y el Sevilla, a los que dominó en gran parte de las fases del partido.