Vitoria - Deyverson apareció en verano en Vitoria procedente del Levante, donde se forjó una leyenda de delantero goleador y talentoso, pero también disoluto y de comportamiento imprevisible. Uno de sus principales debes lo situaban en el club granota en un carácter muy peculiar que, una vez conocido por los árbitros, le costó la pasada campaña la friolera de doce tarjetas amarillas y dos cartulinas rojas en 33 partidos. Una barbaridad para un delantero. Más aún tendiendo en cuenta que la mayoría fueron evitables al acumular dos amonestaciones por similar un penalti, tres por encararse con los rivales, una por no respetar la distancia en una barrera y otra más por celebrar un gol en la grada. Esta campaña ha recibido ya cinco amarillas, pero el punta albiazul defiende que se ha producido un cambio en su mentalidad porque todas ellas han sido consecuencia de aspectos del juego y no de un exceso de ímpetu por su parte.
“He cambiado mucho el chip y estoy mucho más enfocado en el fútbol. Antes me sacaban muchas más tarjetas por tonterías y ahora estoy mucho mejor. El míster y mis compañeros han hablado mucho conmigo y ahora espero mejorar poco a poco”, aseguró el brasileño, que considera que la labor de Mauricio Pellegrino, hablando con él constantemente, ha sido clave en esta mejoría. “Pellegrino ha sido muy importante en mi cambio. Desde que llegué ha hablado conmigo para que cambiase porque los árbitros ya me conocían. Para un delantero, tener muchas tarjetas no es bueno y he mejorado mucho. Las que he recibido esta temporada no han sido por tonterías, han sido en jugadas normales y por eso creo que he cambiado el chip”, continuó el punta.
Precisamente, la última de sus amarillas, la que recibió ante el Real Madrid y que le impidió jugar en Pamplona, dio muchísimo que hablar. Lo dijo en su momento y lo repitió ayer: el balón solo le dio en la cabeza. “Estoy muy tranquilo porque sé que el balón me tocó en la cabeza, pero las personas cometemos errores y el árbitro se equivocó. Eso es normal en el fútbol. Vi el partido tres veces esa semana para realmente ver que el balón me pegó en la cabeza. El árbitro me dijo antes que no sacase el brazo, pero cuando ves que te va a pegar el balón haces el movimiento y... Pero al final me toca en la cabeza. En alguna imagen parece que me toca en el brazo, pero me toca en la cabeza. No podemos seguir hablando de una cosa que ya ha pasado”, concluyó Deyverson, quien considera vital ganar de nuevo en casa - DNA