Vitoria - El Deportivo Alavés ha pisado a fondo el pedal del acelerador, le ha cogido el gustillo a la sensación de seguridad y ahora quiere seguir disfrutando de esa vertiginosa vorágine a la que sus triunfos le han conducido. Cuando está a punto de asegurar ya matemáticamente su primer, único e ineludible objetivo de la temporada, El Glorioso ya piensa desde hace unas semanas en un reto mucho más ambicioso que el que originalmente venía marcado en su hoja de servicios. Alcanzar la sexta plaza, la última que da derecho a jugar por el ascenso, es ciertamente complicado, pero la sensacional dinámica en la que se ha metido el equipo de Alberto señala que, al menos, se va a intentar pelear por ello. Que no es poca cosa. La proyección señala que ese último puesto de play off va a estar ligeramente por encima de los sesenta puntos -la media en estos momentos es de 63- y para alcanzar semejante registro no queda otra que, apelando a Luis Aragonés, “ganar, ganar y volver a ganar”. Con los dos primeros ya ha cumplido el cuadro albiazul enganchando dos victorias consecutivas por segunda vez en lo que va de curso y el objetivo esta noche será estirar la racha hasta los tres triunfos encadenados que le permitirían seguir siendo una alternativa real para esa sexta plaza.
Precisamente el seis es el número del día porque seis son las victorias consecutivas a las que el Alavés aspira esta noche en Mendizorroza. Toda la segunda vuelta, ni más ni menos. Esa fortaleza en casa en el segundo giro al calendario es la que ha permitido a los pupilos de Alberto desterrar definitivamente los fantasmas que le habían asaltado en el cierre del primer giro, dando de paso un salto hacia arriba en la clasificación. Tenerife supone el siguiente reto tras haber superado a Leganés, Zaragoza, Mallorca, Osasuna y Racing. Eso sí, decirlo, como siempre, será bastante más complicado que conseguirlo, ya que semejantes rachas no son nada habituales en una competición del equilibrio de la Liga Adelante.
El primer paso para aspirar a la victoria es que El Glorioso siga siendo él mismo. O, cuanto menos, una versión que se acerque lo máximo posible a la que su parroquia ha podido ver en sus últimos partidos en Vitoria. Con la base de la solidez defensiva, creatividad en la zona ancha y pegada en el área. El compendio perfecto de un equipo que ha conseguido enganchar al alavesismo al sueño del play off a base de victorias, pero también desplegando un fútbol de lo más vistoso.
Una figura fundamental en este renacer ha sido Manu Barreiro y ocupar su hueco por sanción será una de las claves. Ranko Despotovic será el encargado de asumir el relevo. Se pierde la amenazadora presencia del gallego, terror de centrales y en estado de gracia en el remate, pero el serbio es un cazador de área muy rápido que también puede sacar partido del nuevo juego combinativo del equipo.
La otra gran duda estará en la figura de uno de los interiores de la línea de mediapuntas. El regreso de Juanma tras descansar en Alcorcón parece una evidencia, pero no así la identidad de su acompañante. En previsión de un partido en el que el rival cierre filas, como ante el Racing, la alternativa de Llamas se perfila como posible, dejando un único jugador de perfil defensivo y físico en el pivote, ya sea el habitual Toribio o un Manu García que ha crecido mucho las últimas semanas. En todo caso, no se puede descartar que esta pareja vuelva a repetir para meter presión en la zona ancha.
Con estas armas -el arsenal disponible está prácticamente completo, aunque varios jugadores aún no se encuentran a tope físicamente- se enfrentará el cuadro vitoriano a un Tenerife que sufre, aún en su mejor momento del curso con ocho jornadas consecutivas sin perder, el que se puede definir como mal insular. Es decir, que su rendimiento baja mucho cuando tiene que coger el avión y desplazarse a la Península, justo lo contrario que cuando espera tranquilo en su madriguera del Heliodoro Rodríguez López la visita del resto de equipos de Segunda.
El equipo ahora dirigido por Raúl Agné solo ha ganado un partido a domicilio en todo el curso y sus ocho puntos -ha empatado en sus cuatro últimos desplazamientos- le sitúan, igualado con el Sabadell, como el peor visitante de la categoría. Sus problemas con el gol, más aún con la baja de Ifrán, son evidentes y también su sensacional rendimiento defensivo decae considerablemente lejos de Santa Cruz. Pese a ello, con total seguridad no va a resultarle sencillo al equipo alavesista superar a un rival que aún tiene cerca la amenaza del descenso y que buscará, al menos, puntuar en Mendizorroza tratando de hacerse fuerte en defensa y buscando la calidad de sus mediapuntas.