Alcorcón - El alavesismo se ha ganado por méritos propios el derecho a seguir soñando con sus posibilidades de disputar un play off de ascenso que hace apenas un mes era una opción que ni se contemplaba cuando se veía desde demasiado cerca la zona roja. Tras su sensacional andadura en Mendizorroza en la segunda vuelta, necesitaba el cuadro albiazul esa victoria a domicilio que hiciese que esas opciones se convirtiesen en una realidad palpable. Ningún sitio mejor que Alcorcón para acabar con esa sequía lejos de Vitoria, donde El Glorioso se pudo cobrar una venganza por la que venía clamando durante una vuelta entera. Con sufrimiento, con saber estar, con contundencia y con un nuevo gol a balón parado de Jiri Jarosik que le otorga al alavesismo el derecho a seguir soñando.
Con las entradas de Llamas y Juli para suplir a Juanma y Toti, Alberto apostó por fortalecer el centro del campo con la presencia de Manu García al lado de Toribio para tratar de igualar en esa zona el poderío de un Alcorcón muy potente físicamente. Pese a ello, no pudo el cuadro albiazul contener la furibunda puesta en escena del equipo alfarero, que se volcó desde los primeros minutos con constantes llegadas al área y que comenzó a marcar la que sería la tónica de la primera parte con una decena de saques de esquina -varios de ellos cómodamente rematados- y también varias faltas peligrosas forzadas al borde del área.
Ante semejante torrente, más de fuerza que de fútbol, el Alavés se vio incapaz de encontrar la calma por su incapacidad para mantener la posesión del balón más allá de unos pocos segundos. Tan pronto se recuperaba el esférico como se volvía a perder. Y, de esta manera, el correcalles fue una constante, pero siempre con el equipo madrileño más volcado en el área vitoriana que al contrario, sobre todo en los primeros y últimos minutos del acto inicial del choque.
Tuvo El Glorioso un tímido despertar con la figura de Barreiro ejerciendo de referencia. El gallego cargó con cartulina amarilla a los dos centrales amarillos y fue foco de atención de ataque y defensa en todo momento, pero en su tramo de mayor dominio los albiazules solo fueron capaces de inquietar, sin llegar siquiera a rematar, en un par de contragolpes muy bien trenzados.
Tras superar su particular valle, el Alcorcón convirtió los minutos previos al descanso en una auténtica agonía. Con Guichón incidiendo constantemente por el flanco zurdo, a Goitia y sus zagueros les tocó achicar balones de manera permanente. No daban los vitorianos más de sí ante la acometida constante de un oponente volcado al ataque. Sufrió de lo lindo el Alavés al conceder muchas acciones a balón parado y solo el acierto de su cancerbero y la falta de puntería del cuadro local evitó que el marcador se fuese desequilibrado al intermedio.
Se desquitaron los albiazules en el arranque del segundo acto y en los primeros segundos Lanza desaprovechó un pase de Llamas que le dejó en clara ventaja. Poco después, en el primer saque de esquina, Djené le quitó el esférico de los pies a un Manu García que ya estaba listo para marcar. No se aprovecharon esas dos primeras opciones, pero el discurso del partido era ya diferente.
El Alcorcón vio el peligro demasiado cerca y sacó a relucir su peor cara. Esa de equipo que va al límite en cada acción, sobre todo si se encuentra con colegiados que no se atreven a castigar ese estilo en el que prima tanto la dureza física como la verbal. No estaba siendo de por sí un partido agradable para la vista, pero a partir de ahí se convirtió en una refriega constante en la que el propio Glorioso no le perdió la cara al partido, consciente de que iban a ser necesarios sangre, sudor y lágrimas para sacar esa victoria que abriese de par en par las puertas para seguir soñando con el play off.
Por segundo partido consecutivo, fue Jarosik el que apareció para sentenciar el triunfo. De nuevo a balón parado y en una nueva acción en la que acompañó la fortuna. Saque al segundo palo de Lanza que devuelve Juli y toca en la mano de un defensa para que el central checo resuelva en el área con un remate acrobático que superó a Javi Jiménez y desató la euforia albiazul.
Hubo que esperar al minuto 93 para que el desenfreno de los alrededor de trescientos alavesistas desplazados a la localidad madrileña fuese absoluto. Tocó sufrir muchísimo en unos minutos finales en los que Goitia fue protagonista con sus intervenciones salvadoras, pero en ese tramo final de nervios el Alavés fue capaz de echar el candado para completar un trabajo sobresaliente y sumar este triunfo que permite seguir soñando con el play off.
Muy competitivo. El Alavés protagonizó un partido muy serio en el que fue capaz de minimizar sus errores y de hacer un trabajo defensivo muy serio para cerrar todas las vías de agua ante un rival que exige muchísimo. El cuadro albiazul pasó por problemas, pero fue capaz de achicar todos los balones y de aprovechar una de sus ocasiones para llevarse tres puntos trascendentales.