Vitoria - La presencia de dos canteranos definitivamente en la plantilla del primer equipo fue una de las noticias más agradables para el alavesismo en el arranque de la temporada, pero con el paso de las semanas y de los partidos cada uno de los dos futbolistas formados en Ibaia, Einar Galilea y Sergio Llamas, han vivido una trayectoria bien diferente. El primero ha sido un fijo en las convocatorias de Alberto y se ha visto beneficiado por la ausencia del lesionado Jiri Jarosik. Hasta su lesión de rodilla, el vitoriano había entrado en todas las citaciones y acumulaba ya dos partidos completos en Copa y uno más en Liga, donde además suma 13 minutos más partiendo desde el banquillo en Leganés. Precisamente en ese primer partido del curso disputado en Butarque, Llamas fue titular hasta que el técnico decidió suplirle en el descanso. Jugó posteriormente 7 minutos partiendo desde el banquillo en El Sadar y también el duelo completo de Copa frente al cuadro rojillo. Desde entonces, hace ya mes y medio, está desaparecido. Solo ha entrado en dos convocatorias en los siete últimos compromisos y ni siquiera actuó en el choque copero contra el Mirandés, toda una sorpresa teniendo en cuenta que físicamente se encontraba bien por mucho que Anduva no se adapte a la perfección a las características del centrocampista.

La tesitura para el joven Llamas es complicada, ya que es evidente que va a tener muy complicado ganarse los minutos que necesita para seguir progresando. Ya sea en el pivote defensivo o en la línea de mediapuntas que actúa por delante, la competencia en este equipo es feroz. Más aún ahora que se han acoplado las últimas piezas, casos de Beobide o Rafa García, en el entramado defensivo, mientras que la variedad de alternativas por detrás del delantero es bestial con varios futbolistas que pueden actuar como enganche o también escorados a las bandas.

Tras una pretemporada en la que su rendimiento en los amistosos fue espectacular y en la que convenció a los técnicos con su trabajo, en las escasas oportunidades que ha tenido en competición oficial apenas ha podido demostrar nada. Y cuando parecía que de nuevo iba a poder disponer de minutos con motivo del choque copero contra el Mirandés, ni siquiera acabó saltando al campo. De manera sorprendente, se quedó de inicio en el banquillo y posteriormente Alberto no lo contempló como alternativa en un duelo de marcado perfil físico y en el que la habilidad con el balón no era lo más importante.

Seguramente para Llamas dicha suplencia y falta de minutos en Copa supuso un duro mazazo. Habitual descartado en los compromisos ligueros, tampoco en el torneo en el que suelen disfrutar de oportunidades los que habitualmente menos juegan tuvo opción alguna de volver a vestirse de corto. Y así, inédito, lleva desde el partido copero contra Osasuna del 9 de septiembre.

Quedan aún dos meses para que se produzca el parón navideño, pero seguramente esta cuestión ya se encuentre sobre la mesa de la dirección deportiva alavesista. Y es que si pocas son las oportunidades que Llamas ha tenido hasta la fecha, no es que el futuro se atisbe mucho mejor para sus intereses vista la enorme competencia que hay en el centro del campo. Javier Zubillaga y Alberto tienen que decidir qué hacen con el joven canterano, si mantienen firme su apuesta de mantenerlo en el primer equipo a pesar de que corra el riesgo de jugar muy poco o si, por el contrario, buscan una cesión en el mercado invernal -el regreso al filial está del todo descartado- para que siga formándose y cogiendo experiencia con muchos más minutos de los que con total seguridad va a disfrutar en Vitoria.