Sorprendente líder. El cuadro armero está firmando una campaña histórica. Y eso que su comienzo de curso no fue excesivamente brillante. Líder de Segunda, con el 'play off' prácticamente asegurado y con serias opciones de ascender directamente a Primera.

Grandes cesiones. A una plantilla que ya en Segunda B mostró una gran solvencia se añadieron en el mercado veraniego varias cesiones de enorme calidad que le han dado un salto cualitativo. Las más destacadas son las de Jota y Morales, pero la apuesta por la Segunda B también salió bien.

Mucho talento. El equipo de Álvaro Cervera era, en cuanto a talento, el mejor de Segunda B el pasado curso y a esas piezas de calidad ya existentes se les añadieron unos cuantos trabajadores sin renombre de Segunda y jugadores destacados en Segunda B como Aday y Aitor Sanz.

En progresión. Firmó un arranque de curso desastroso y le costó muchísimo abandonar la zona baja por el enorme lastre que arrastraba, pero en los últimos meses su trayectoria es ascendente y se ha metido de lleno en la pelea por colarse en el 'play off' de ascenso y es séptimo.

Humildad. El conjunto andaluz es el que menos ha podido gastar de toda Segunda en confeccionar su plantilla y al inicio del curso renovaron a quince de los jugadores que lograron el ascenso además de apostar por futbolistas procedentes de Segunda B y repescar a Jona de Portugal.

Sufridor. Con unos recursos escasos y consciente desde el primer día de que iba a pelear hasta el final por la permanencia, se sobrepuso a un mal inicio y pese a su mala racha actual sigue fuera de la zona de descenso. Marcha decimocuarto.

Vitoria - El Deportivo Alavés repite mañana la visita al estadio en el que abandonó definitivamente la Segunda División B hace poco menos de un año y lo hace comprobando desconsolado que todos los que fueron sus compañeros de viaje en el ascenso y que quedaron por debajo de él en la categoría de bronce marchan ahora muy por encima en la tabla. De los cuatro clubes que ascendieron a la Liga Adelante, El Glorioso es el único que se encuentra en descenso. El Eibar ya no sorprende a nadie como líder de la categoría y galopa sólido hacia Primera. El Tenerife pelea por meterse en el play off de ascenso a la máxima categoría. Y el Jaén, el más humilde de Segunda, se mantiene firme desde hace jornadas fuera de la zona de descenso, un mal al que parecía condenado al inicio del curso cuando casi todos los analistas le catalogaban como el equipo más débil. Pero, ni mucho menos. El único de los nuevos que lo está pasando verdaderamente mal es el Alavés, precisamente el mismo equipo que hizo claudicar a todos sus rivales la pasada temporada. Al Eibar, en su propio grupo. Al Jaén, en la eliminatoria de ascenso. Y al Tenerife, en la final de Segunda B. De ser el mejor a ser el peor.

Escasa continuidad

Muchas causas pueden explicar qué ha pasado en menos de doce meses para ese cambio en los papeles, pero unas cuantas parecen determinantes. La primera, la escasa continuidad que en la entidad del Paseo de Cervantes se dio a un proyecto ganador. El Alavés es, de los cuatro ascendidos, el equipo que menos jugadores de la pasada campaña conservó en su plantilla, con nueve (Crespo, Rubio, Luciano, Manu García, Jaume, Beobide, Guzmán, Viguera y Laborda) que ahora son ocho tras la marcha del navarro. En el Eibar siguieron doce -además en invierno recuperaron a Mainz-, en el Tenerife continuaron trece -ahora diez tras las salidas de Aragoneses, Llorente y Martí- y en el Jaén renovaron quince, que en la actualidad se han quedado en once tras las marchas de Cobo, Damián, Martos y Cascón.

De esta manera, los tres clubes que ascendieron con el Alavés dieron una continuidad muy importante a sus proyectos al apostar por la misma base de jugadores que ya protagonizó una temporada exitosa el curso anterior. Cierto es que Natxo González confió plenamente en buena parte de su vieja guardia (Rubio, Luciano, Manu García, Jaume, Beobide, Guzmán y Viguera) en las primeras jornadas, pero le faltaban elementos fundamentales en su entramado y su propia destitución acabó borrando de manera definitiva a la mayor parte de estos jugadores que lograron el ascenso. Tanto es así que son Manu García y Viguera los únicos que se mantienen prácticamente inamovibles en las alineaciones, mientras que en los otro tres ascendidos la presencia de los futbolistas que lograron el ascenso es mucho mayor en cuanto a minutos e importancia en los planes de sus respectivos entrenadores.

En esta tesitura de ser el ascendido que menos continuidad dio a su plantilla, el Alavés también fue el que más tuvo que buscar en el mercado. Con un presupuesto de gasto muy similar al del Tenerife, pero superior al de Eibar y, sobre todo, Jaén, la dirección deportiva albiazul fracasó estrepitosamente. En Vitoria se apostó por experiencia en la categoría y cierto caché en los nombres y se erró casi de manera mayoritaria. El cuadro armero es el que más ha acertado a través de cesiones de enorme calidad (Jota es el más destacado) y el mercado de Segunda B (Lillo y Albentosa). En Tenerife tampoco se hicieron grandes dispendios (Cámara, Carlos Ruiz y Ricardo llegaron de Segunda y apostaron por dos jugadores brillantes en la categoría de bronce como Aday y Aitor Sanz). Por último, el Jaén, el más humilde, se metió de lleno en el mercado de Segunda B, recuperó a un par de jugadores que no habían brillado demasiado en Segunda y dio un golpe de mano repescando del fútbol portugués al delantero Jona, que no se había estrenado en el fútbol profesional español.

Falta de confianza

El siguiente paso en falso del Alavés hay que encontrarlo en la confianza en el entrenador. Ni en Eibar ni en Tenerife ni en Jaén se le pasaba a nadie por la cabeza que el técnico que había logrado la gloria se quedase fuera del nuevo proyecto. Esa fe ciega en la figura de Natxo González no existía en el Paseo de Cervantes. Y se acabó traduciendo en una destitución en cuanto vinieron mal dadas. Gaizka Garitano, Álvaro Cervera y Manolo Herrero continúan al frente de sus respectivos equipos. Y eso que alguno de ellos ha pasado por momentos ciertamente complicados. Pero ahí salió a relucir la confianza de la que no disfrutaba el vitoriano, que fue relevado tras dieciséis jornadas. Tampoco su sustituto corrió mejor suerte y ahora se va por el tercer técnico.

Por ejemplo, el cuadro armero no empezó el curso de manera brillante. Tras la jornada novena el Alavés acumulaba 12 puntos por 10 de los armeros, pero a nadie se le pasó por la cabeza prescindir de Garitano. Peor aún le iban las cosas al Jaén en ese mismo periplo, con solo 8 puntos y una victoria en siete jornadas. O actualmente, donde suma dos triunfos en once partidos. Eso sí, el peor en el arranque del año era el Tenerife, con cinco puntos y una sola victoria en las nueve primeras jornadas. Pese a sus problemas evidentes, el conjunto vitoriano era el mejor entonces, pero después se vino abajo irremisiblemente. Mientras unos crecían, él menguaba. Unos salían de zona de descenso y despegaban, el otro se hundía.

Sin señas de identidad

Una de las claves que explican ese resurgir de estos tres clubes y la caída libre alavesista hay que encontrarla en las señas de identidad que unos han mantenido y otro ha perdido. Los cuatro equipos que lograron el ascenso tenían unos parámetros muy claros en la categoría de bronce, pero el Alavés los perdió en la de plata. Principalmente, la solidez defensiva. Es en esa faceta por donde se está desangrando el conjunto vitoriano, que es el segundo equipo más goleado de la Liga Adelante. Mientras, el Eibar es el que menos tantos encaja (23), el Jaén el sexto (36) y el Tenerife el octavo mejor (37) en esta faceta.

Al conjunto vitoriano se le han escapado infinidad de puntos por culpa de errores infantiles cuando la pasada campaña se caracterizó por su sobriedad atrás siendo el equipo menos goleado de toda la categoría de plata. En el otro lado de la balanza está la capacidad realizadora de los vitorianos, muy superior a la de sus oponentes. Es curioso que a este equipo le esté costando mucho menos marcar goles esta campaña que la pasada, pero el lastre de los tantos encajados es tan grande que ni siquiera esta enorme catarata ofensiva le sirve para aguantar el tipo en Segunda.