Vitoria. Los cuatro últimos compromisos disputados por el Deportivo Alavés han servido para sacar a la luz un problema que puede convertirse en grave si no se le encuentra una solución inmediata. Ante Real Sociedad, Osasuna, Huracán y Peña Sport, el cuadro albiazul ha dominado con cierta comodidad los encuentros, ha llevado el peso del juego y ha generado multitud de ocasiones para perforar la meta rival, pero a la hora de la verdad, en el remate definitivo, los pupilos de Natxo González se han encontrado con unos fallos de puntería que les han impedido marcar muchos más goles y que han complicado dichos partidos hasta extremos completamente inmerecidos. El gol es la clave del fútbol y este equipo ha demostrado manejar a la perfección los resortes que llevan hasta esa situación, pero su falta de concreción a la hora de materializar sus ocasiones le ha llevado a sufrir mucho más de lo que por su juego ha merecido. Eso sí, pese a ello, tres de estos cuatro partidos se saldaron con el triunfo.
El más sangrante de todos fue, precisamente, el que concluyó con la derrota ante la Real Sociedad. Hasta veintiún disparos realizó el cuadro albiazul, una docena de ellos entre los tres palos e incluso dispuso de un penalti. Misión imposible aquel día en el que el conjunto vitoriano se quedó sin marcar por vez primera en lo que va de curso en un mal que se ha ido repitiendo sistemáticamente en los otros tres partidos disputados a lo largo de la pasada semana, por fortuna, sin tanta mala puntería como ante el filial txuri urdin.
En Tajonar el Alavés dominó el partido de cabo a rabo, pero hubo de esperar al tiempo de descuento para conseguir su segundo gol. Más de lo mismo le ocurrió en el duelo copero ante el Huracán, en el que esa falta de acierto en las ocasiones más allá del gol de Juanma llevó el partido a la prórroga, donde una genialidad de Viguera evitó que el partido se fuese a los penaltis cuando el equipo vitoriano había sido claramente superior. La última muestra se vivió el sábado ante el Peña Sport, cuando primero se desperdiciaron multitud de ocasiones clamorosas para abrir el marcador -la que echó Agustín por encima del larguero fue la más evidente- para posteriormente, tras el gol de Beobide, echar por tierra varias acciones que ya casi se festejaban en la grada, como el mano a mano que Guzmán falló contra el meta tafallés para sentenciar el choque.
El Glorioso ha conseguido trece goles en Liga (dos de penalti) y otros seis en Copa (uno desde los once metros), pero estas cifras son bastante cortas teniendo en cuenta la cantidad de ocasiones de que ha dispuesto en sus partidos. El Alavés no marca muchos goles, pero la causa no es su falta de llegada o su incapacidad para generar ocasiones, ni mucho menos. Las razones hay que encontrarlas en otros sitios. Una de ellas puede ser la falta de un nueve como clara referencia ofensiva, ya que entre Viguera, Negredo y Juanma solo acumulan cinco de los diecinueve goles del equipo. Sea como fuere, lo que es evidente es que este equipo necesita mejorar su efectividad para sacar un mayor rendimiento a su gran fútbol.