Vitoria. Más de dos meses después de despedir una aciaga temporada en Torrelavega que ha acelerado una imprescindible revolución en los despachos y el vestuario, el Deportivo Alavés regresó ayer al tajo para afrontar un nuevo asalto al fútbol profesional y abandonar una categoría que no le corresponde por historial, estructura ni masa social. Tras un trienio negro en el pozo de la Segunda División B que ha sumido a los aficionados en el más profundo de los desencantos, la cuarta tentativa hacia el anhelado ascenso dio ayer sus primeros pasos con un equipo todavía en paños menores y pendiente de que aterricen, al menos, una decena de caras nuevas durante las próximas semanas.
En concreto, 19 futbolistas fueron citados para completar la primera de las varias dobles sesiones de trabajo previstas para esta semana de acondicionamiento. Catorce miembros del primer equipo, incluidos los dos últimos refuerzos (Barahona y Luciano) y los descartados Casares y Sendoa, que trabajaron con normalidad junto a cinco jóvenes procedentes de las categorías inferiores (Sergio Herrera, Sergio Llamas, Kevin Calle, Ander Aldai y Einar Galilea) mientras se resuelve su rescisión de contrato, dieron el pistoletazo de salida a una pretemporada predestinada a adquirir el tono físico ideal de cara a los próximos once meses de competición. Una labor ingrata que siempre provoca ingentes riadas de sudor, pero imprescindible para saldar de manera exitosa un ejercicio en el que el Alavés se medirá a rivales muy asequibles dentro del grupo II. Ya sin la amenaza del Mirandés y la Ponferradina en el horizonte, encuadrado junto a siete ascendidos y, a priori con el Eibar, el Amorebieta y el Logroñés, como compañeros de viaje más incómodos, el objetivo debe ser la consecución del liderato que otorgue una doble oportunidad para huir de este pequeño infierno.
josemi, a prueba Nacho González, apoyado por el preparador físico Gerardo Izaguirre, supervisó la sesión ante la atenta mirada de alrededor de un centenar de aficionados, que no quisieron perderse estos albores de un curso ilusionante que arrancará oficialmente el próximo 26 de agosto en el campo del Barakaldo. En la sesión vespertina, hizo acto de presencia José Miguel Martínez, un delantero que marcó la pasada campaña 19 goles en el Vitoria de Tercera División. Máximo goleador del grupo IV, estará a prueba por espacio de varios días con vistas a un posible fichaje.
La primera jornada, muy suave y en la que se simultaneó el trabajo físico con varios rondos y ejercicios de balón, estuvo presidida por el buen humor de los protagonistas y la clásica ilusión de cualquier remozado proyecto que ve la luz con las miras ambiciosas. Con los músculos todavía agarrotados y poco susceptibles de acumular una fatiga desmedida tras el tiempo de asueto, la jornada se desarrolló sin grandes incidencias por espacio de dos horas y en medio de un calor sofocante que obligó al plantel a refrescarse constantemente. Se espera que poco a poco el cuerpo técnico albiazul vaya intensificando el trabajo y que, como sucede en estos casos, las agujetas no tarden en hacer acto de presencia. En estas intensas sesiones iniciales, está previsto que el Deportivo Alavés dispute algún partidillo ante el equipo filial que sirva como preludio al calendario de amistosos. El club vitoriano, en este sentido, no ha oficializado ni la cantidad de partidos ni los lugares en los que éstos se celebrarán, aunque ya se sabe que el Mirandés (11 de agosto) y el Logroñés (18 de agosto) serán dos de las piedras de toque.