Es la sensación del momento en Segunda División B. Urko Vera, con ocho goles en su haber, está en el grupo cabecero de la clasificación de goleadores de la categoría de bronce. Por delante del delantero del Lemona tan sólo aparecen Arruabarrena (Leganés) con diez y Alejandro (Palencia), Diego Cervera (Logroñés) y Rodri (Sevilla Atlético), todos ellos con nueve.
Sin embargo, el caso del delantero vizcaíno es totalmente diferente al de sus competidores por el puesto de pichichi de la categoría. No en vano, mientras que los otros cuatro han sido siempre fijos para sus respectivos técnicos, Urko Vera ha explotado en este último mes y medio de competición, habida cuenta de que no ha entrado en los planes de Aitor Larrazabal hasta hace bien poco. "Solo llevo siete partidos titular", recuerda el de Txurdinaga.
Su entrada en escena ha coincidido con el despertar del conjunto cementero. Los rojinegros llevan 19 de los últimos 21 puntos merced a seis victorias y un empate. Pues bien, el tanque vizcaíno, hay que recordar que este ariete de 23 años mide 1,90 metros y pesa 85 kilos, ha sido clave en el extenso botín logrados por los de Arlonagusia en este último mes y medio.
Siete de los ocho goles marcados por Vera en esta campaña han llegado en estas últimas seis jornadas. Doblete en Anduva, donde el Lemona se impuso por 1-3 al Mirandés, otros dos en el Tartiere, cuando el triunfo de los rojinegros por 1-2 costó el puesto de Pichi Lucas y tres más en los tres últimos compromisos, uno por choque -Peña Sport (1-0), Athletic B (0-1) y La Muela (1-0)-.
UN GOL CADA 75 MINUTOS En resumen, las últimas cuatro victorias logradas en estos últimos cuatro partidos han llevado el sello de Vera. Sus cinco goles en estos últimos cuatro encuentros han dado a la escuadra de Larrazabal doce puntos. "Ahora está entrando todo. Es casualidad y ya tendré mi mala racha", asume con humildad.
El punta no quiere para sí el protagonismo y quiere dejar claro que para que él pueda hacer goles, "el equipo tiene que estar a un buen nivel", algo que a su juicio está ocurriendo. "Llevamos ya un tiempo jugando bastante bien al fútbol". Por eso, el nueve del Lemona resta trascendencia a sus espectaculares cifras en este tramo de campeonato. Sonríe cuando se le menciona que con su promedio de un gol cada 75 minutos está a la altura del propio Messi. "Ahora me está entrando todo y espero que la racha continúe lo máximo posible, pero eso es una anécdota, a la que no doy mucha importancia y hay que seguir currando".
Trabajo. Esa es una de las claves en su ahora prolífica carrera. Más bien el quedarse sin él. El despido sufrido ahora hace un año, que para muchos hubiera sido traumático, sirvió a Vera para despegar como futbolista. "A raíz de quedarme en el paro y estar dedicado sólo al fútbol me ha permitido marcar más goles".
Los números lo constatan. El pasado ejercicio mientras compaginaba su puesto de almacenero en la empresa Industrias Besma-Productos Salinas de Arrigorriaga -donde trabajaba de ocho de la mañana a seis de la tarde con un descanso de hora y media para comer- con su carrera deportiva en el Eibar B de Tercera, tan sólo marcó cuatro goles.
Pues bien, una vez que perdió su empleo anotó diez en la recta final del curso. "El estar todo el día trabajando pasa factura, después yo estaba más fresco y la verdad es que el que me echaran por la crisis me hizo un favor", apunta.
Y es que pese a que la ilusión de este chaval de 23 años le permitía soportar todo, reconoce que no es lo mismo estar centrado en una cosa y poder dedicarte de lleno a tu afición que compaginarlo con un trabajo. "Salía de trabajar y era ver el balón y volverme loco, pero sí que se notaba mogollón. Cargaba con mucho peso y acababa bastante hecho polvo", asegura.
Eso es pasado. Las jornadas maratonianas en las que cargaba con piezas de ochenta kilos -transportaba palés a pulso que le dejaban fundido- han quedado atrás. Desde entonces pensó sólo en el balón, se puso a trabajar con un preparador físico para ganar unas décimas de velocidad en la salida y llegaron los goles que permitieron a Vera dar el salto de Tercera a Segunda B después de cuatro años. Esa es la clave. Así lo entiende el propio jugador. "El estar trabajando pasa factura. En esta categoría si quieres dar tu máximo rendimiento sólo puedes estar dedicado al fútbol".
Es lo que está haciendo este delantero "de lucha y de trabajo" y que según asegura tiene "buen remate", va "bien en el juego aéreo", aunque quizá no tenga la "movilidad" de otros futbolistas. Eso sí, una de sus principales virtudes es el oportunismo. "Suelo estar bastante acertado de cara al gol y si tengo una la suelo meter".
Eso sí, pese a estar en vena, este futbolista al que le hubiera encantado poder jugar con el Bilbao Athletic y regresar a Lezama donde estuvo en alevines, advierte al Alavés de que no sólo debería centrarse en vigilarle a él, ya que en el Lemona hay más peligros. "Los delanteros vivimos del gol y esto va por rachas, ahora me está tocando a mí pero tenemos muchos jugadores que pueden hacer gol. Tenemos jugadores rápidos y habilidosos que te pueden marcar en cualquier momento. Sería un error para ellos centrarse sólo en mí, ya que cualquiera está a mi nivel o más alto que yo", concluye.