vitoria. Parece que fue ayer pero han transcurrido ya nada menos que cinco años desde que el Deportivo Alavés firmó la mejor racha de victorias consecutivas de su historia reciente. Nada más y nada menos que siete triunfos ligueros enlazados de manera ininterrumpida que sirvieron para acceder a una valiosísima recompensa que hizo las delicias de profesionales y aficionados: el retorno a la Liga de las estrellas. Pues bien, un lustro y muchísimas adversidades después, el combinado albiazul está en condiciones esta semana de dar caza a esa espectacular plusmarca y, como mínimo, igualarla.
Para ello, está obligado a saldar con éxito los dos exigentes compromisos que tiene por delante en apenas cinco días. Para comenzar, la visita que esta tarde rendirá el Palencia (cuarto clasificado con 56 puntos en su casillero) a Mendizorroza. Y, sin tiempo para la pausa, el desplazamiento al casi inexpugnable feudo del líder destacado Ponferradina. El conjunto berciano únicamente ha cedido una derrota hasta el momento en El Toralín, por lo que los discípulos de Iñaki Ocenda se van a topar con un hueso sumamente duro de roer en su lucha por repetir el brillante récord de cinco años atrás.
Si lo consiguen, no obstante, recibirán también un premio más que atractivo. Porque, a falta únicamente de tres jornadas para la conclusión de la temporada regular, el Alavés prácticamente habría asegurado de manera matemática su presencia en las eliminatorias de ascenso e incluso podría continuar luchando por acceder, como mínimo, a la segunda posición de su grupo.
Refuerzo moral Sería sin duda un fenomenal epílogo para un ejercicio de lo más convulso. Por no hablar de la gran inyección de moral que supondría para afrontar el play off el hecho de presentar un expediente cum laude en el sprint final de la Liga. Claro que, a la hora de la verdad, todo lo sucedido anteriormente valdrá de muy poco y habrá que demostrar en cada enfrentamiento directo que se está capacitado para dar un nuevo paso hacia la Segunda División.
De momento, lo que ya nadie podrá quitar al Glorioso es el registro de cinco triunfos consecutivos que ha firmado en sus últimos compromisos y que le permite al actual plantel ganarse un hueco entre los mejores de esta clasificación. La racha vigente arrancó el pasado 14 de marzo en Ipurua (1-2), continuó frente al Barakaldo (2-0), vivió un nuevo episodio en Lezama frente al Athletic B (0-2), se prolongó siete días más tarde en Mendizorroza ante el Sestao River (2-0) y vivió su colofón momentáneo el pasado fin de semana en Anduva (1-2).
Unos registros evidentemente espectaculares que han permitido al cuadro de Iñaki Ocenda recuperar la confianza en sí mismo e instalarse de nuevo en la zona noble de la clasificación pero que, por ahora, todavía no igualan la plusmarca rubricada en el ejercicio 2004-05. Entonces, fueron nada menos que siete los duelos ligueros consecutivos que el Deportivo Alavés tradujo en victorias. Concretamente, los que se disputaron entre la jornada 32 y la 38 (ambas incluidas).
Así, el festival arrancó con un triunfo por la mínima (0-1) en Xerez el 10 de abril de 2005 y prosiguió contra Málaga B (3-1), Eibar (1-2), Salamanca (2-1), Lleida (0-1), Polideportivo Ejido (2-0) y Almería (0-1). Un pleno de 21 puntos que catapultó al equipo que entonces dirigía Chuchi Cos al ascenso a Primera División que certificaría apenas tres semanas después en Elche.
Curiosamente, se da la circunstancia de que también en aquella oportunidad la racha de victorias fue la reacción a un tramo competitivo salpicado de innumerables problemas y con resultados mucho más negativos de lo esperado. De hecho, entonces, antes del reparador triunfo inicial en el Nuevo Chapín de Jerez, el Alavés enlazó un empate como local ante el Nàstic de Tarragona y nada menos que seis derrotas seguidas. Un varapalo del que sólo era posible escapar con una racha de similares características. Algo con lo que ya había amagado semanas atrás el equipo, que entre las jornadas 15 y 18 había sido capaz de firmar otro pleno de doce puntos sobre doce posibles.
Otro ascenso Sin embargo, para encontrar el ejemplo más cercano al récord de éxitos consecutivos que todavía continúa vigente, hay que remontarse todavía bastante más atrás en el tiempo. En concreto, a otra temporada histórica para el alavesismo, la 1997-98 que concluyó con el reencuentro de la escuadra vitoriana con la Primera División tras más de cuatro décadas de ausencia.
Entonces, el equipo que entrenaba José Manuel Esnal Mané rubricó dos series brillantísimas de encuentros de Liga ganados de manera consecutiva. La mejor se prolongó durante seis partidos -en el tramo decisivo del campeonato además- y sirvió para imponerse en todos los duelos disputados entre la jornada 33 y la 38. Algo que se había repetido ya antes, con una semana menos de duración, entre la 13 y la 17. En definitiva, plusmarcas excepcionales que siempre han ido asociadas a ascensos. Ojalá este año se repita.