Zamora. La cara y la cruz del fútbol dejaron ayer al Deportivo Alavés con la sensación de lo que pudo ser y no fue, de la oportunidad perdida primero por no querer y después por no poder. Un trayecto de noventa minutos entre el infierno y el cielo para continuar en el purgatorio dejando pasar otro de los vagones que enganchaban directamente con la pelea por el ascenso. Un Glorioso claramente Géminis, capaz de pasar de la exasperación a la esperanza; capaz de sacar un gol de la nada y de fallar lo imposible. Todo eso tras firmar una horrenda primera parte seguida de un sprint final vibrante en el que tan cerca estuvo de la victoria como de la derrota para, cual moneda de canto, acabar rescatando un empate que ni le entierra ni tampoco le resucita. Al final, un punto escaso en el medio de un recital de fallos imperdonables que, para colmo, sirve para acercarse ligeramente a la cabeza.

El conjunto albiazul se hizo con el dominio del balón casi desde el pitido inicial, pero su control no era sinónimo de peligro por sus problemas para combinar de tres cuartos de campo para adelante. Hasta ahí le dejaba llegar un Zamora bien replegado que cedió metros para intentar buscar la sorpresa, sobre todo a través de rápidas incorporaciones por las bandas.

Fue en una pérdida de balón de Morcillo en el centro del campo donde se empezó a gestar el tanto del conjunto blanquirrojo. Una rápida transición hacia la banda derecha, por donde no apareció Carrión para presionar el cómodo centro de Agustín que recogió Yago dentro del área, prácticamente libre de marcaje, para conectar un espectacular remate a la media vuelta que sorprendió a un Montero que ya tenía el balón en sus redes cuando se dio cuenta de lo que había pasado. Marcador cuesta arriba de nuevo y pocos síntomas de poder hacer algo positivo.

Tuvo la fortuna el cuadro albiazul de no recibir casi de inmediato el que hubiese sido el mazazo definitivo. La falta de acierto del interminable Manu Barreiro propició que el Alavés siguiera con vida, aferrado al balón aunque incapaz de alcanzar con peligro los últimos metros por su manifiesta incapacidad para trenzar el juego con cierta consistencia.

catarata de ocasiones Tras otra primera parte para dejar escapar por el sumidero, el cuadro albiazul salió del vestuario con una faz bien distinta a la ofrecida con anterioridad y se fue con ganas a buscar un empate que no tardó demasiado en llegar. De la nada, sin siquiera haber disparado con peligro en todo el partido, Joseba Arriaga cazó un balón mal despejado dentro del área para empalmar un espectacular zurdazo con destino a la escuadra que sellaba una igualada en el minuto 59 que dejaba mucho tiempo para la esperanza.

Cual castillo de naipes se vino abajo un Zamora al que comenzaron a temblarle peligrosamente las canillas mientras su crecido rival multiplicaba unas llegadas hasta entonces escasas. La mala suerte quiso que Arriaga, el único acertado en el remate, tuviera que marcharse lesionado con veinte minutos por jugarse, aunque ya había hecho bastante el vizcaíno metiendo un gol cuando ya llevaba bastante tiempo cojeando. Por fortuna, aunque no completa, en esta ocasión sí que le dio la alternativa el Geni que todo el mundo esperaba.

Eso sí, ni por San Valentín pudo reconducir el asturiano un matrimonio con el gol que lleva ya demasiado tiempo roto, lo mismo que le ocurre a Óscar Martínez. Hasta cuatro oportunidades claras disfrutaron los dos delanteros llamados a ser protagonistas y que acumulan tres pobres dianas en lo que va de curso. Tampoco el bullicioso Reguero pudo recomponer ese idilio con el gol que parece negado para los puntas albiazules, aunque, en este sentido, la fortuna tampoco acompañó al Zamora, que las tuvo y claras. Entre la alegría y el enfado. Un poco más cerca y un poco más lejos. Medio muerto, pero medio vivo.

Goles: 1-0, minuto 22. Yago. Balón perdido por Morcillo en el centro del campo que aprovecha Agustín para salir en velocidad por la derecha y poner un centro al área, donde Yago engancha un remate a la media vuelta que sorprende a Montero. 1-1, minuto 59. Joseba Arriaga. Centro de Rico que despeja un defensa al lugar donde se encontraba Arriaga, que hace un gran remate con la zurda a la escuadra.

Tarjetas: Corral García (colegio gallego). Amonestó a Manu Arias (minuto 16), Iker Alegre (minuto 30), Edu Roldán (minuto 42), Goffin (minuto 51), Manu Ferreiro (minuto 53), Raúl Llorente (minuto 63), Masini (minuto 69) y Morcillo (minuto 90).