La zona rural alavesa despide a dos personas queridas y conocidas por su servicio eclesial. Una, religiosa de Salinas de Añana y otra, sacerdote diocesano párroco de los pueblos del sur de Vitoria.
La Reverenda Madre del convento de San Juan de Salinas de Añana, sor Isabel Angulo, falleció este 29 de septiembre, a los 97 años de edad tras una larga vida ligada a la Soberana Orden Militar y Hospitalaria de San Juan de Jerusalén de Rodas y de Malta, conocida popularmente como la Orden de Malta.
Esta orden religiosa fue fundada en el año 1048 y está presente en 120 países y con unos 700 miembros en España donde atienden, entre otros servicios, hospitales, comedores sociales y residencias de ancianos. A nivel mundial, esta asociación de fieles y religiosos tiene dos conventos destinados a religiosas de clausura, uno de ellos en la isla de Malta y otro, aquí, en Álava. Se trata del Real Monasterio de San Juan de Acre de Salinas de Añana, único en España y ubicado en este lugar desde el siglo XVI y donde residió esta religiosa hasta los 97 años.
Natural del pueblo alavés de Arreo, sor Isabel era la segunda de cuatro hermanos. De familia profundamente religiosa, esta salinera nació en 1928 siendo muy devota de la Virgen de Angosto. Ingresó como religiosa en este convento en 1951, a los 21 años de edad y allí permaneció hasta la actualidad en sus labores de oración, meditación, contemplación y acogida a peregrinos. La espiritualidad de estas religiosas sanjuanistas, según sus constituciones, es “glorificar a Dios con la santificación propia, por medio de la observancia del Santo Evangelio, de los votos, de la Regla y Constituciones y practicar la Hospitalidad en la forma posible con la clausura papal que observan las Religiosas Sanjuanistas”.
Su funeral será de cuerpo presente este miércoles, 1 de octubre, a las 12:00 horas en la iglesia del Monasterio de San Juan de Acre, donde también será enterrada en el cementerio donde descansan más de un centenar de religiosas de esta misma Orden de Malta. Tanto su misa como enterramiento estará presidido por el Vicario Episcopal de Vida Consagrada, Manuel Gómez-Tavira. Pese a la escasez de vocaciones religiosas femeninas en esta orden, este histórico convento seguirá prestando sus servicios con normalidad, con la celebración de la Eucaristía dominical y la apertura de su albergue para grupos llegados de toda España y que ocupan buena parte del año para diversas actividades religiosas y culturales.
Florencio Arza
Además, este lunes por la noche se conocía la noticia de la partida inesperada del sacerdote diocesano Florencio Arza, conocido popularmente como ‘Polentzi’. Nacido en 1963 en Okondo, ingresó en el Seminario de Vitoria en 1985 con apenas 22 años. Tras superar su formación y con el visto bueno de los responsables del Seminario, el entonces Obispo de Vitoria, Mons. José María Larrauri, le ordenó sacerdote. Su primer destino fue la parroquia de San Blas en Alegría donde estuvo desde 1989 hasta 1997, momento en el que el Obispo Asurmendi lo destinó a la Montaña Alavesa como párroco de localidades como Bernedo, Lagrán y Peñacerrada entre otros.
En 2005 se muda a Orduña para ser párroco y capellán de la Santa Escuela de Cristo de este enclave vizcaíno y perteneciente a la Diócesis de Vitoria. En 2012 asume una nueva responsabilidad siendo párroco de Arceniega y pueblos de alrededor y capellán de las Religiosas Agustinas de esta localidad del Valle de Ayala. En 2019 el actual Obispo Elizalde le destina a los pueblos del sur de Vitoria como cura de Mendiola, Monasterioguren, Castillo, Lasarte, Otazy y Berrosteguieta, cargo que actualmente ostentaba.
Falleció en su domicilio familiar de Llodio a los 61 años de forma repentina. Su funeral será en próximas fechas –anunciándoselas en la web de la Diócesis– y estará presidido por el Obispo de Vitoria, Mons. Juan Carlos Elizalde.
Ambas personas –son Isabel y el padre Polentzi– fueron muy queridas y conocidas tanto en Salinas de Añana como en buena parte de la zona rural alavesa donde este sacerdote prestó sus servicios. Ella, siempre sonriente y acogedora, destacó por su profunda vida de oración paciente y sosegada. Él, intelectual, se doctoró en Humanidades por la Universidad de La Rioja y es autor de varias obras, destacando por dar visibilidad a la mujer en la Historia.