Con motivo de las fiestas de San Antonio, como todos los años, el pueblo de Baranbio, en el municipio de Amurrio, acogerá este domingo (15 de junio), en el entorno natural de la ermita de Garrastatxu, una nueva edición del Ahuntz Eguna. Una interesante feria de ganado caprino que, desde hace veintiocho años (dos ediciones menos dada la pandemia), intenta apoyar a este sector ganadero y acabar con el carácter marginal que suele tener la cría de estos animales y, sobre todo, defender a ultranza las razas autóctonas Azpigorri y Azpizuri, para que no desaparezcan.
A la cabra se la ha demonizado durante años, pese a la labor que hace en el monte, porque elimina el pasto arbustivo propenso a incendios, transformándolo en praderas beneficiosas para el resto de especies
Con todo, el programa tendrá su pistoletazo de salida al mediodía de este viernes con una misa y una romería, que continuará a las 20.00 horas con una charla coloquio sobre el manejo de pastos de montaña, a cargo de la veterinaria Alina de Castro, en la que se reivindicará la importancia histórica que siempre ha tenido la cabra para la raza humana y el entorno, y que culminará en torno a una cena para las personas participantes. “Es un animal muy arraigado a esta zona y, en buena parte, gracias a ella pudieron subsistir nuestros antepasados que, no en vano, la denominaban la vaca del pobre. Sin embargo, se la ha demonizado durante años, con eso de que se comen las nuevas plantaciones forestales. Pero no hay que olvidar que la labor que hacen en el monte no lo hace ningún otro animal, porque eliminan el pasto arbustivo propenso a incendios, transformándolo en praderas beneficiosas para el resto de especies, ya sea ovino, bovino o equino”, ha subrayado Iñaki Astobiza, miembro de la organización.
De hecho, bien regulada es una especie muy beneficiosa, pero se da la incongruencia de que mientras en algunas provincias se esté subvencionando su cría, por estar oficialmente en peligro de extinción, a la vez esta prohibido que pasten en monte público. De aquí que, en 2013, se fundara la Federación vasca de asociaciones de criadores de Azpigorri (EAFE), gracias a la que se han unificado criterios de cría que están permitiendo, por ejemplo, que un cabrero de Dima en Bizkaia pueda adquirir un chivo de Baranbio en Álava o al revés. Algo que antes no se podía.
1.300 ejemplares en Euskadi
EAFE aglutina, a su vez, a ASAGRA, BIAGE y GISASI; es decir, las asociaciones de Azpigorri de Álava, Bizkaia y Gipuzkoa, que manejan unos datos censales que hablan de unos 1.300 ejemplares azpigorri inscritos en el libro genealógico, repartidos en torno a 40 explotaciones de criadores y criadoras por toda Euskadi, de las que la mayoría se encuentran en Bizkaia. Una nimiedad si se tiene en cuenta que la cabaña de ovino vasca asciende a en torno 230.000 cabezas repartidas por más de 4.000 explotaciones (420 en Álava) y que las razas caprinas en su conjunto rondan los 26.000 ejemplares distribuidas por 1.873 explotaciones (169 en Álava), en base a los últimos datos del EUSTAT.
En este sentido, son muchos los esfuerzos institucionales que se realizan en el País Vasco con el objetivo de preservar la diversidad de la Azpigorri y mantenerla para generaciones futuras, así como para conservar su patrimonio genético. Muestra de ello son la existencia de dos reglamentaciones específicas en torno a esta raza autóctona: una elaborada por el Instituto Vasco de Investigación y Desarrollo Agrario Neiker-Teknalia y la propia EAFE; y la otra aprobada hace nueve años por el Gobierno Vasco.
Un trabajo arduo con el que se ha logrado que algunos restaurantes conozcan la exquisitez del cabrito Azpigorri, pero es un producto que de momento no goza de reconocimiento extendido. Y es que, aunque su carne es mucho más saludable y digestiva por ser menos grasa, también es mucho más costoso criar un cabrito que un cordero, ya que el manejo es diferente y el tiempo de crianza también aumenta.
Actos paralelos
Con todo, la fiesta del domingo –a parte de a otras razas caprinas que configurarán una feria de compra-venta paralela- no solo hará una defensa férrea de la cabra Azpigorri, sino también de la Azpizuri, a través del ya tradicional concurso de cabras autóctonas del entorno del Gorbeia que cumplirá su décimo sexta edición. Y es que pese a todos los años que se lleva trabajando con las Azpizuri, se trata de una raza no reconocida ni calificada como autóctona por las instituciones. En este sentido, los organizadores del Ahuntz Eguna de Baranbio volverán a reivindicar el mismo tratamiento para ambas razas “porque han convivido desde siempre”, como hacen ellos en esta pionera feria, si se tiene en cuenta que a nivel de Euskadi solo llevan haciéndolo ocho ediciones (la última fue el pasado 18 de mayo en Mañaria), y que en Bizkaia, la provincia con mayor cabaña Azpigorri, se estrenaron hace dos años en Orozko.
Entre los premios que se repartirán a lo largo de la jornada se encuentran el del concurso individual de hembras y el que reconocerá al mejor macho, que dará pie a uno de los actos más llamativos de la feria: el pesaje de los chivos. No en vano, se realiza a la antigua usanza, en pleno escenario, y en torno a él se lleva a cabo una bolilla para ver quién se acerca más al peso exacto del animal. Sirva de pista que los majestuosos machos cabríos que se impusieron en las últimas ediciones superaron el centenar de kilogramos en báscula.
Además, las campas de Garrastatxu serán el marco de un paseo montañero para el que no es necesaria inscripción previa, una exhibición de Herri Kirolak de mano de Bizindar, una comida popular y la tradicional romería, que sellará el programa pasadas las 17.00 horas. Los vales para la citada comida popular se pueden recoger hasta este miércoles (11 de junio), en la secretaría de la junta administrativa de Baranbio, así como en la txosna del propio enclave.