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Nordic Klinika de La Fundación San Prudencio
C/ Dato, 43
01005, Vitoria-Gasteiz
Teléfono: 945 222 900
Según datos de la Organización Mundial de la Salud, se estima que ocho de cada diez personas padecen o padecerán dolor de espalda en algún momento de su vida. No distingue edad, ni sexo ni profesión. Puede aparecer tras una mudanza, un día frente al ordenador o incluso después de dormir. Pero lo que muchas veces se considera “normal” no lo es tanto. La buena noticia: hay formas de prevenirlo. Desde la Fundación Laboral San Prudencio y Nordic Klinika, te explicamos las dolencias más comunes y cómo prevenirlas.
Lo primero es aprender a reconocer el tipo de dolencia en cuestión.
Adoptar malas posturas de forma repetida, el estrés o la falta de actividad física acaban generando tensión en la musculatura, especialmente en la zona lumbar y cervical.
Esa sensación de no poder moverse “como antes” puede deberse a una pérdida progresiva de movilidad en las articulaciones, sobre todo en personas sedentarias.
Son frecuentes en profesiones que exigen permanecer muchas horas sentadas o de pie. Se manifiestan como nudos persistentes, dolorosos al tacto.
Un gesto brusco y... “clac”. El dolor aparece de forma repentina e intensa. En ocasiones impide incluso caminar.
Los discos que amortiguan las vértebras se desgastan con la edad. El sedentarismo puede acelerar ese proceso, aumentando el riesgo de pinzamientos o hernias.
Cuando el nervio ciático se comprime —por ejemplo, por una hernia discal— aparece un dolor irradiado desde la zona lumbar hasta la pierna.
Si la musculatura que sostiene la columna (abdominal, lumbar, glúteos) es débil, esta sufre más carga de la necesaria.
Una parte de la población sufre dolor persistente sin causa evidente. Esto no lo hace menos real ni menos incapacitante. En estos casos, la atención profesional especializada es clave.
Prevenir el dolor de espalda no requiere fórmulas mágicas, pero sí exige adoptar hábitos específicos. Más allá de la típica recomendación de “mantener la espalda recta”, la clave está en prestar atención a la postura de forma dinámica: ajustar la silla, cambiar de posición regularmente y distribuir el peso del cuerpo cuando se está de pie. Sentarse con la espalda bien apoyada, los pies firmes en el suelo y evitar cruzar las piernas es un primer paso. Si has de permanecer de pie, conviene no quedarse inmóvil demasiado tiempo y realizar pequeños desplazamientos o giros que alivien la carga lumbar.
Para quienes trabajan frente al ordenador, levantarse cada media hora y realizar breves estiramientos o caminatas cortas puede parecer una molestia, pero en realidad es un gesto protector. Te ayudan a reactivar la circulación y disminuir la rigidez muscular.
Otra medida efectiva es fortalecer el llamado “core”, el grupo muscular que engloba abdomen, espalda baja y glúteos. Bastan ejercicios como el yoga o el pilates, para mejorar la resistencia muscular, la alineación postural y el equilibrio.
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El movimiento cotidiano, aunque parezca insignificante, también suma. Caminar, subir escaleras, pedalear o nadar son actividades que mejoran la movilidad articular y reducen tensiones acumuladas. Realizar al menos 150 minutos semanales de ejercicio moderado es suficiente para prevenir molestias lumbares y mejorar la calidad de vida. La clave está en la constancia, no en la intensidad.
A la hora de levantar objetos hay que procurar flexionar las rodillas en lugar de la cintura, mantener la carga cerca del cuerpo y evitar giros del tronco. Recuerda que una carga mal gestionada puede desencadenar una lumbalgia aguda en cuestión de segundos.
Si pasan los días y semanas y el dolor no disminuye, no lo normalices ni tampoco lo resuelvas automedicándote. En Nordic Klinika, contamos con profesionales especializados en el diagnóstico y tratamiento del dolor de espalda. La clave no es solo aliviarlo, sino comprender su origen y evitar que se cronifique.