"La I+D está solucionando muchísimos problemas"
Olatz Unamunzaga, que acaba de asumir la dirección de Neiker, responde sobre algunos de los retos a los que se enfrenta desde sus nuevas responsabilidades
Se ha marcado como gran objetivo para esta nueva etapa que la investigación de Neiker llegue “hasta el último agricultor, ganadero o forestalista”. ¿Esto qué implica?
Se trata de que la investigación no solo sea para ellos, sino que sea con ellos. Y eso implica que tengamos muchísima relación en el día a día. Llegar hasta el último agricultor es difícil, pero nos tenemos que centrar en todo el ecosistema que tenemos en Euskadi, como los centros de gestión o las asociaciones. Supondrá trabajar muy de la mano para identificar las líneas y los proyectos de investigación necesarios desde el inicio para luego, cuando ya se haya investigado lo suficiente, eso tenga el impulso necesario para que llegue a campo, para que tenga esa parte de aplicación.
El gran laboratorio del campo de Álava
¿Por qué dice que es difícil llegar hasta el último profesional?
Porque tenemos un sector muy atomizado. Tenemos muchísimas explotaciones y el día a día no nos permite llegar a todos. Y luego en la transferencia también hay dos cosas: no llegar no es solo responsabilidad del mensajero, sino también de un receptor que tiene que estar abierto a escuchar lo que estás diciendo. Y no solo abierto, sino preparado y formado.
¿Cuáles son a día de hoy las principales necesidades del sector agroalimentario?
Una muy importante es todo lo que tiene que ver con la tecnificación y la digitalización ante la crisis climática que estamos viviendo. Este sector es el que más va a notar la influencia del cambio climático, porque vive del clima, y aquí tenemos que utilizar los recursos de una manera muy fina. No tenemos margen de error. Y eso supone aplicar detalladamente lo que necesitamos en cuanto a fertilizantes, agua o fitosanitarios. Necesitamos tecnología que nos diga constantemente cómo estamos y cómo nos tenemos que adaptar a todo lo que está viniendo. Y, por otro lado, esa tecnología también tiene que estar orientada a mejorar un poco la vida del agricultor, porque a día de hoy en la sociedad valoramos otras cosas. Antes todo era trabajo, trabajo y trabajo, pero el sector también tiene que aprovecharse de ella para poder vivir mejor y que el relevo generacional sea más sencillo.
Esta supone otra gran amenaza para el campo, ¿pero es la mayor?
La búsqueda de talento, de vocación, es algo muy difícil en general. Cuando vamos a buscar personal para trabajar, y no solo en el sector, también en Neiker, parece que tendría que haber cola de gente para trabajar, pero no es así. Entonces hay que ir trabajando constantemente para que el sector sea atractivo, ponerlo de moda... y que la agricultura tenga su sitio en la sociedad, el que se merece.
Han tardado tiempo en ir de la mano, pero ¿qué sería del campo sin I+D en los tiempos que corren?
Pues es imposible pensarlo. Ahora más que nunca, con toda la incertidumbre que estamos viviendo en todos los sentidos, en el climático, en el geopolítico, en todos, la I+D está solucionando muchísimos problemas que ya veníamos viendo: problemas sanitarios, nuevas plagas a las que tenemos que hacer frente y ante la que sin esa investigación no tendríamos una respuesta... La investigación siempre se ha puesto en valor, obviamente, pero ahora es el momento en el que estamos viendo los resultados y lo importante que es tener un ecosistema potente.
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