Desde la Diputación Foral de Álava ya han procedido a recordar que sigue vigente la normativa aprobada el pasado verano, que restringe el uso de los asadores existentes en los parques y áreas recreativas de la provincia, bajo la advertencia de que quien no la cumpla puede tener que hacer frente a multas de hasta 1.000 euros, así como al pago de los daños y perjuicios que ocasione con su conducta.
Con todo, hay excepciones para seis parques públicos alaveses, que disponen de instalaciones cubiertas en su totalidad y dotadas de paredes y chimenea. Es decir, de asadores en los que llevar a cabo una barbacoa no se convierta en un riesgo de incendio y que, por ello, no se han precintado ni cerrado.
Se trata de San Ginés en Labastida, Ostuño en Izarra, y Fresnedo en Santa Cruz de Campezo; a los que se suman otras tres ubicadas en la comarca ayalesa: San Roke en Amurrio, Santa Ana en Laudio y La Encina en Artziniega.
También se exceptúan, siempre que cuenten con la autorización expresa del Servicio de Montes, aquellas barbacoas o asadores de construcción en obra fija y en buen estado de conservación o las que estén cubiertas en su totalidad, dotadas de chimenea con un sistema matachispas.
En el resto de suelo rústico de cualquier clase, en montes públicos o de particulares, en parques naturales, en parques provinciales y locales de esparcimiento y en áreas de descanso de las carreteras, está totalmente prohibido el uso del fuego -ya sea en asadores, barbacoas o cualquier instalación portátil o fija- hasta que quede sin efecto la orden foral, a mediados-finales de septiembre.
Eso sí, la normativa podrá variar en función de las condiciones climatológicas del día a día, sobre todo cuando la ola de calor sea protagonista.
Y es que, cuando el Servicio Vasco de Meteorología, Euskalmet, informe de que hay riesgo de incendio muy alto o extremo, se prohibirá encender fuegos en todo tipo de espacios abiertos y se suspenderán las autorizaciones concedidas para quemas de rastrojos, de pastos, de restos de poda y selvícolas o la utilización de maquinaria y equipos en los montes.
También quedará prohibido el uso de material pirotécnico, arrojar o abandonar objetos de combustión o cualquier clase de material susceptible de originar un incendio. La Diputación pide además prestar atención a la cosecha de cereal y la trituración de los residuos agrícolas, los trabajos agroforestales y de mantenimiento en carreteras o actividades de ocio que, debido a las altas temperaturas, podrían provocar un incendio.
Euskadi sigue siendo una rara avis en eso de registrar temperaturas extremas si se la compara con otras comunidades del Estado. Como suele ser habitual, al verano le ha costado llegar. No obstante, en lo que va de julio ya se han vivido varios episodios de bochorno que han disparado el termómetro hasta los 37 grados en algunos puntos de la provincia.
En base a las previsiones meteorológicas de los próximos días, parece que el mes se va a despedir invitando al personal a refugiarse en cualquier entorno en el que poder darse un chapuzón.
Motivo de alegría, seguro, para quienes están deseando hacer planes de disfrute al aire libre sin andar pendientes de que un nubarrón les agüe la fiesta, pero también de preocupación para quienes tienen que velar por la seguridad de todos, ya que ahora suelen llegan las alertas en materia de incendios forestales dada la ausencia de precipitaciones. Es decir, el detonante perfecto para que una simple chispa prenda y haya que lamentar males mayores.
Dos incendios
Según consta en el Plan de prevención, vigilancia y extinción de incendios forestales, recién aprobado para este año por la Diputación, en 2023 ardieron en la provincia tres hectáreas de matorral en los seis incendios declarados (cuatro se quedaron en conato), frente a las 95 hectáreas de matorral, 59 de superficie arbolada y 20 de pastos que ardieron en los 45 incendios registrados en 2022.
Este mismo documento –que establece una zonificación de Álava en base a un análisis de riesgo elaborado en 2014– arroja que el Organismo Autónomo de Bomberos tiene identificados 18 municipios con una población de 504 vecinos, en prioridad alta de intervención por alto riesgo de impacto de un incendio, de los que once están en Añana, seis en Campezo y uno en Gorbeialdea; otros 66 núcleos de población se encuentran en prioridad de intervención media (ésta se calcula en función de la masa vegetal y la orografía); y, finalmente, 126, con riesgo pero en prioridad baja.
Para atender estos posibles incendios en la provincia, el plan cuantifica 298 bomberos: 118 en Vitoria-Gasteiz, 54 en Nanclares, 30 en Llodio, y 24 en cada una de las unidades de Espejo, Agurain, Campezo y Laguardia; aunque se ha eliminado el refuerzo de 21 efectivos aprobado para el pasado verano, tras el citado descenso de casos respecto a 2022.
En estos momentos, el Servicio foral de Montes está preparando el contrato por el que se actualizará el Plan de Prevención de Incendios Forestales, de modo que englobe tanto un nuevo análisis de riesgo como una nueva zonificación en base a éste.