Y este regalo no era otro que una cámara de fotos con la que nuestra protagonista de hoy, Lidia Abad Brun, empezó a hacer fotografías sin saber entonces que esas imágenes algún día darían forma a lo que es su proyecto de emprendimiento.
Y no solo eso (en forma de estudio fotográfico en el barrio gasteiztarra de Lakua), sino que estas instantáneas le han servido todos estos años a Lidia para expresar lo que sentía o quería decir. “No soy una mujer que hable mucho y la fotografía es el perfecto medio para expresar todo aquello que siento y pienso”.
“Todo lo hago por ella”
Sin embargo, lo que nos traslade una imagen y, en cierta manera, comunicarse con el mundo que la rodeaba no era el principal motivo que tenía Lidia para por fin estrenarse como emprendedora, ser su propia jefa y tener su propio negocio con Lakua Foto. La razón es su hija pequeña a la que dedica todo el tiempo libre que tiene y que es el principal motor para embarcarse en este y otros proyectos.
“Estuve más de 10 años trabajando en una conocida tienda de fotografía de la ciudad y tras esta experiencia me fui a trabajar a una fábrica. Sin embargo, los turnos de este puesto de trabajo no me permitían conciliar con mi vida personal para cuidar de mi hija y como llevaba tiempo pensando en poner mi propio estudio fotográfico era el momento”, explica Lidia, que abrió su espacio hace apenas mes y medio.
Una búsqueda de una mejor conciliación familiar que encontró la horma de su zapato un día cuando, parada ante el escaparate del que hoy es su estudio, vio un cartel de Se Vende. Lo que ocurrió a partir de ese momento es fácil de adivinar.
Ahí empezó todo y ahí comenzó la relación de esta fotógrafa con la Fundación Gaztenpresa de LABORAL KUTXA a la que tiene mucho que agradecer por estar a su lado y no soltarla de la mano con las complicaciones reales que trae consigo el abrir un negocio y tener un proyecto profesional con carácter emprendedor de manera propia.
Sonríe….
Fotos de carnet para el pasaporte que necesitas para el viaje de tu vida este verano, el recuerdo de tu mascota para colgar en el salón, la primera imagen de tu recién nacido o la vista más romántica que inmortaliza el amor más bonito en vuestra boda. De todos estos momentos (sí, hasta de los que son en forma de fotografías para un documento oficial) es testigo Lidia.
Una fotógrafa que entiende los miedos y la vergüenza que tiene toda persona que se pone delante de una cámara y no sabe muy bien qué cara poner o cómo colocar las manos. El truco en este caso es contar con la paciencia, la cercanía y la amabilidad que desprende esta profesional de la imagen que sabe buscar en cada persona la verdadera esencia que se verá en la fotografía (y esto no va solo del mejor perfil de la cara).
Así es como ella logrará que pase a ser la fotografía que mejor refleja los momentos más especiales de tu vida (como los que ella atesora en casa con sus viajes y su hija como protagonistas indiscutibles).
