Una de cada cuatro mujeres con problemas de salud mental ha sufrido violencia sexual. Ocho veces más que la media. Así lo denunció ayer Salud Mental Euskadi, federación que integra a las asociaciones de familiares y personas con problemas de salud mental Agifes, Asafes, Asasam y Avifes, con motivo de le celebración hoy del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres.

Según las cifras hechas públicas, el 26% de las mujeres con problemas de salud mental han sufrido violencia sexual en la infancia, frente al 3,5% de media para las mujeres. Y un total del 80% han sufrido violencia psicológica, física o sexual en algún momento de su vida adulta cuando han tenido pareja.

Esta agrupación alertó de que la violencia tiene consecuencias en la salud mental y precisaron además en este sentido que sufrir abusos sexuales en la infancia o adolescencia pueden generar problemas de salud mental en el futuro, algo que también puede estar causado por ser víctima continuada de violencia.

Además, padecer una enfermedad mental grave incrementa el riesgo de sufrir violencia y ser víctima de maltrato empeora los síntomas de esa dolencia. Según los datos facilitados por Salud Mental Euskadi, aunque el 80 % de las mujeres de este colectivo que han estado en pareja han sufrido violencia psicológica, física o sexual en su vida adulta, el 42% de ellas no la identifican como tal.

Detección

Como consecuencia de ello, el profesional de referencia desconoce en más del 50% de los casos que existe esa violencia. “En muchas ocasiones se duda del relato de las mujeres, y este hecho dificulta que hablen de su situación y puedan recibir ayudar”. Es por ello que la asociación hace hincapié en que “nuestro principal hándicap es la detección de casos, y para eso hace falta formación y sensibilización a los diferentes ámbitos de atención, para que puedan estar alerta”, explicaron ayer desde la federación Salud Mental Euskadi.

En este contexto, reclama un abordaje integral de la violencia con formación a los profesionales y protocolos de actuación, al tiempo que propone que las mujeres y niñas que hayan sufrido violencia machista reciban una atención especial a la salud mental para de esa forma “prevenir problemas de salud mental futuros”.