El mes de octubre ha traído todo un revulsivo, en cuanto a obra pública se refiere, al municipio de Amurrio. De hecho, el Ayuntamiento ya ha celebrado las mesas de contratación por las que han resultado seleccionadas las empresas que se harán cargo de tres de los proyectos de mayor calado de esta legislatura, ya que van a suponer una inversión cercana al millón de euros. Se trata del plan de restauración ecológica y movilidad sostenible en el entorno del arroyo Armuru, que ha recaído en Construcciones Intxausti SA en el precio ofertado de 337.333,55 euros; del nuevo apeadero para autobús en la calle Araba, cuya construcción ha quedado en manos de Obras y Servicios Basauri SL, por otros 146.218,25 euros; así como del que dotará al centro urbano de un nuevo parking en superficie, equipado con electrolinera, en la parcela de en torno a 1.900 metros cuadrados de los jardines del Palacio de Justicia (adquiridos en diciembre de 2021 al Departamento de Justicia del Gobierno Vasco, para este cometido y por un precio de 52.872,28 euros), para el que ha resultado seleccionada a la empresa Asfaltados Morga SL, por un importe total de 509.048,51 euros. Todos ellos con IVA incluido y listos para la firma del contrato, que marcará el inicio de cada obra.

Por lo que respecta a la nueva parada de autobuses –que se estima estará terminada para principios del año próximo, teniendo en cuenta que el plazo de ejecución es de tres meses– se trata de una petición vecinal histórica, ya englobada en los presupuestos participativos de 2018 y con el proyecto redactado desde hace dos años. La parada actual, situada en la rotonda de la iglesia Santa María, desaparecerá y se va a sustituir por otra nueva frente al supermercado BM con marquesinas en ambos sentidos.

Será una mejora importante para el tráfico porque los carriles de circulación quedarán libres, aunque la obra obligará a eliminar varias plazas de aparcamiento para poner aceras y habilitar una zona suficiente para los autobuses, y mejorar los sumideros. Con todo, con la nueva zona de embarque para los autobuses se evitarán los inconvenientes que generan en la rotonda, porque interrumpen el tráfico en una zona situada en cuesta y en curva, con lo que la subida y bajada de pasajeros resulta incómodo y peligroso. Asimismo, constará de dos zonas de estacionamiento a ambos lados de la acera. En una de ellas se recolocará la marquesina actual y en la otra, una nueva protección.

56 plazas

El que no tiene todo el respaldo vecinal y, de hecho, ha provocado una recogida de firmas en su contra en los últimos cinco meses, de la que ya se hizo eco DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA el pasado junio, es la construcción del parking disuasorio en la calle Lucas Rey que, en base al proyecto redactado por Egitu SLP y aprobado por acuerdo de la Junta de Gobierno Local el pasado 6 de julio, dotará al municipio de 56 plazas en superficie, de las cuales dos estarán reservadas para minusválidos, en cumplimiento de la normativa vigente de accesibilidad y otras nueve contarán con puntos de recarga eléctrica de vehículos.

La obra dispone de una ayuda de IHOBE para proyectos de ecoinnovación climática (la electrolinera), y esta enmarcada, a su vez, en el Plan de Actuación Inmediata para Aiaraldea (PAI), con lo que tiene garantizados cerca de 428.000 euros del Departamento de Desarrollo Económico, Sostenibilidad y Medio Ambiente del Gobierno Vasco, dentro de la iniciativa de infraestructuras para el impulso de la movilidad sostenible. No en vano, este parking se situará en una zona estratégica, junto al Amurrio Antzokia y el juzgado, y cerca del ambulatorio o el propio Ayuntamiento, entre otros enclaves que son referencia. “Se trata de una localización céntrica para que la gente que se acerque al pueblo, entre ellos las personas que viven en las juntas administrativas, pueda aparcar con facilidad”, explica el alcalde, Txerra Molinuevo.

Los detractores del proyecto, en cambio, no comparten estas argumentaciones, “porque una electrolinera se puede situar en otros sitios distintos y una movilidad sostenible no se hace a base de incrementar los parking para coches (ya hay nueve de los cuales cinco son privados que pagamos con unos altos alquileres), sino posibilitando el uso de la bici mediante una red de bidegorris conectados y aparcamientos cubiertos, de los que sólo hay uno en la estación; y porque eliminar una zona verde vital en el centro del pueblo y decir que con eso vamos a tener un municipio más respetuoso con el medio ambiente, es una contradicción en sí misma”, opinan, quienes creen que el nuevo parking va agravar el tráfico ya existente y su acceso va a permitir el paso de coches invadiendo el carril bici y el paso de los peatones por la acera. En este sentido, solicitaban que esta zona verde vital del centro del pueblo se destinase a parque público, “tan importante para la lucha contra el cambio climático, el mantenimiento de la biodiversidad urbana y el disfrute de los y las vecinas”.

Arroyo armuru

En el que sí parece haber conformidad es en el proyecto estratégico del entorno del arroyo Armuru, pues gracias a él no solo se acabará con la cloaca que es, a día de hoy, este cauce, en el que convergen aguas pluviales y fecales; sino que también propiciará la creación de un bidegorri, de 3,5 metros de anchura y unos 180 metros de longitud, entre el nuevo aparcamiento de 56 plazas habilitado entre los números 16 y 20 de la calle Etxegoienbidea y Aresketa Ikastola. Es decir, en otra área clave para el municipio, dada la gran afluencia de tráfico que se registra a diario, ya que da acceso a varios centros educativos entre los que también se encuentra el Instituto Zaraobe, la haurreskola Tantaka o el euskaltegi de AEK.

Para ello, el Ayuntamiento se encargará de abordar un nuevo tramo subterráneo de la red de saneamiento, que liberará al Armuru de las aguas sucias; así como del nuevo tramo de carril bici que permitirá acceder al patio de la ikastola en bicicleta, evitando el tránsito de escolares por la carretera que emplean los autobuses; mientras que, en una fase posterior, la agencia vasca del agua, URA, tras en acuerdo alcanzado el pasado marzo, naturalizará el arroyo, mediante un encauzamiento a cielo abierto que resolverá la inundabilidad del área, tal y como plantea el Plan General de Ordenación Urbana, y que solo llevará aguas pluviales, propiciando asimismo otro proyecto en materia de mejora de la biodiversidad, como la creación de una charca de anfibios.

Para la parte municipal del proyecto, Amurrio también dispone de una ayuda del PAI de Aiaraldea de 103.185 euros, dentro de la iniciativa de ampliación de vías verdes; así como de otra de 247.719,30 euros, fruto del convenio de colaboración que alcanzó el Ayuntamiento con el Consorcio de Aguas Urbide el pasado mayo.