Noemí Aguirre, coordinadora de la asociación Natuaraba habla sobre la importancia que tiene la Feria Agrícola de Santiago que se celebra mañana para los agricultores del territorio histórico alavés.

¿Qué supone para la asociación de Natuaraba la Feria Agrícola de Santiago?

Por un lado, es un día festivo y de encuentro para los socios y socias; durante la mañana se van pasando por el stand con amigos y familias y se genera un ambiente festivo y distendido. Por otro lado, la Feria de Santiago supone un gran escaparate para la asociación. Nuestro puesto es un espacio de difusión de la agricultura ecológica. Por la Feria de Santiago pasa mucha gente que es ya consumidora de producto ecológico y otra que no lo es y que su primer contacto con la producción ecológica local es nuestro puesto. Entre ganaderos y ganaderas, agricultores, agricultoras y consumidores y curiosos y curiosas... el espacio de Natuaraba suele ser un punto de encuentro interesante.

¿En cuántas ediciones han participado ya?

Natuaraba siempre ha estado presente en la Feria de Santiago, de hecho es una de nuestras obligaciones y lo preparamos con mimo. Antes veníamos con un stand compartido con Bionekazaritza y Ekolurra, Consejo de Agricultura y Alimentación Ecológica del País Vasco, pero hace dos años se cambió el modelo y desde entonces venimos con nuestro stand propio, pero manteniendo la misma filosofía de difusión de la producción ecológica. En alguna ocasión hemos planteado la posibilidad de que cada productor venga con su propio stand, pero la realidad es que la mayoría son productores de forraje, cereal, carne... imposible de vender de forma directa en la feria y los que se dedican a las verduras y al vino, que sería lo más fácil de vender en la feria, prefieren este modelo de stand compartido porque para vender ya tienen otros mecanismos u otras ferias.

En el puesto de Natuaraba rotarán distintos productores. ¿Cuáles son?

Sí. Allí podrán estar con Asier Fernández de Jauregui, Raúl Rituerto... y con otros productores y productoras que se irán acercando a lo largo de la mañana. Podrán degustar vino y almendras ecológicas. Cada año intentamos innovar y en esta ocasión también tendremos un puesto de pintacaras con la temática de verduras y animales de granja para los más pequeños.

¿Se han incorporado nuevos productores a la asociación en los últimos años?

Sí, en los últimos años se asocian entre dos y tres productores nuevos al año. También es cierto que otros se van jubilando pero siguen teniendo vinculación con la asociación. Actualmente Natuaraba esta formada por un total de 25 socios y socias que entre todos suman más de 1.500 hectáreas ecológicas repartidas entre forraje, cereal, patatas y legumbres y más de 1.000 cabezas de ganado entre yeguas, ovejas y vacas principalmente.

¿Cuál es la situación actual de la agricultura ecológica en el territorio alavés?

Paralela a la de la producción convencional, pero con el gran reto de la comercialización. Por ello actualmente Natuaraba, con el apoyo de la Diputación Foral de Álava, está trabajando en la creación de una cooperativa de cereal ecológico. La idea es facilitar la comercialización y logística del cereal ecológico alavés y que en un futuro, si esta idea se materializa, pueda dar cabida a otros productos.

¿Hay relevo generacional en este sector?

El tema del relevo generacional es un problema general del sector, ecológico y convencional. Aunque sí que es cierto que en el momento en el que en una explotación convencional hay relevo, este suele ser el punto de inflexión en el que los y las nuevas agricultoras o ganaderas deciden hacer un cambio en el modelo de producción y es ahí cuando se animan a trabajar en ecológico. Por otro lado, el sector ecológico puede que sea el más atractivo para la gente de fuera del sector, pero la dificultad de acceder a superficie agraria cuando vienes de fuera y el coste de las inversiones hace que sea muy muy difícil.

¿Los alaveses apuestan por la agricultura ecológica?

Poco a poco. Si estamos hablando de consumo, la oferta es mayor a la demanda; y si estamos hablando de productores, todavía los productores ecológicos son una minoría en un sector principalmente convencional. Los hábitos de consumo de la sociedad en general han cambiado mucho en los últimos tiempos y lo que para nuestras madres era algo habitual, ir a comprar todos los días a la tienda de barrio y al carnicero de confianza, para nosotros y nosotras es algo imposible. Ya sea por horarios o porque ya no existen esas carnicerías ni esas tiendas de barrio, actualmente la realidad es que la cesta de la compra ya no es una prioridad. Comemos rápido y muchas veces sin prestarle la suficiente atención. Consumir ecológico local supone muchas veces recuperar esos hábitos, cocinar con cariño y disfrutar de la buena comida.

¿Le damos el valor que merecen a los productos/alimentos ecológicos?

No. Hay que matizar que estamos hablando de producto ecológico local. Así que nuestros productos tienen doble valor, el ecológico que va unido al medioambiente, la salud, la calidad nutricional... y el local, unido al desarrollo económico de nuestro entorno. Cuando consumes local, conoces al productor o productora, incluso en muchas ocasiones puedes ir a visitar la granja y ver cómo de bien se hacen las cosas y darte cuenta de que nuestros hábitos de consumo realmente tienen un impacto en la economía local.

¿Qué es lo más complicado de este sector?

Uno de los grandes puntos críticos es la salida de nuestros productos, la comercialización. Por eso es tan importante estar en la Feria de Santiago, porque nos da visibilidad entre los consumidores. El sector ecológico alavés es un sector profesional capaz de asumir cualquier reto productivo, pero que muchas veces se encuentra con la dificultad de vender sus productos. Y si no se vende, no se factura.

¿A qué retos se enfrentan?

A la comercialización, al relevo generacional, al cambio climático y a que cada vez son menos los y las que viven en las zonas rurales y ello supone que, aparte de dedicarse a la agricultura y ganadería, deben sacar tiempo para gestionar las juntas administrativas, las comunidades de regantes, estar en las AMPA de las escuelas rurales...

¿En qué os ayudan las ferias como la de Santiago?

En dar visibilidad al sector ganadero y agrícola ecológico local entre sus consumidores potenciales.