La Asociación de Residentes Afroamericanos, Afro, es una entidad sin ánimo de lucro implantada en Álava desde 1994. Su objetivo es promover la inserción sociocultural y laboral de las personas migradas y otras en situación de dificultad y dependencia. 

Afro creó en el año 2000 las Colonias de Jesús Obrero, las cuales este año han celebrado su 21 edición. Junto a Afro, entidades como el banco de alimentos, proporcionando desayunos y meriendas, y Jesús Obrero junto a otros colegios jesuitas, proporcionando tanto el espacio físico como el personal voluntario, han sido de gran ayuda para poder llevar a cabo estas colonias de la mejor manera posible. 

Respecto a las colonias, estas han tenido una duración de 5 días, empezando el día lunes 26 de junio y concluyendo el día viernes 30. Filomena, la gerente de la asociación Afro, cuenta cómo anteriormente las colonias tenían una duración de 10 días, e incluso llegaron a disponer de 120 niños.

En la edición de este año, las colonias han contado con 80 niños adscritos a la asociación afro de todas las nacionalidades. Por otra parte, 50 monitores han sido los encargados de gestionar las actividades y supervisar a los niños. Los monitores  han sido adolescentes voluntarios procedentes de colegios de jesuitas de la zona norte de España, la cual incluye a la Comunidad Autónoma Vasca, la Comunidad Foral de Navarra y Cantabria

El primer día  

Como acto de presentación, Iñaki Urretabizkaia, organizador de la Compañia de Jesús de la zona norte, explicaba cómo los monitores prepararon una presentación donde les explicaban a los niños cuál era el lema o la idea principal para este año. El lema consiste en explicarles a los niños que haciendo pequeños gestos, todos podían ser superhéroes, pueden convertir este mundo en uno mejor.  Acto seguido, tras la presentación inicial, los monitores organizaron unos juegos de iniciación con el fin que los niños empezaran a establecer las primeras relaciones con sus nuevos compañeros. 

Las actividades que realizaron durante los 5 días no eran solo en Jesús Obrero, el cual era el foco de las colonias, sino que dentro del programa también se incluían actividades fuera del recinto. La primera se realizó el martes, donde los grupos de los pequeños y de los medianos fueron a Salburua para explorar la flora y la fauna. Allí hicieron actividades relacionadas con la búsqueda de flores y plantas específicas y de animales. Alex, uno de los monitores, cuenta cómo varios niños se quedaron asombrados al observar a los ciervos, puesto que para algunos era la primera vez que los veían. 

Monitores y niños preparándose para la fiesta final Pilar Barco

Mientras los más pequeños se entretenían en Salburua, los mayores hicieron una visita a la Cruz Roja. Esta visita está muy relacionada con el lema de esta edición, puesto que como bien explicaba Iban, el responsable de los monitores, el objetivo de la excursión era que los jóvenes conociesen a unos “pequeños superhéroes” de la vida real. Los monitores cuentan que los jóvenes se quedaron impactados con las labores que desempeñan los trabajadores de la Cruz Roja, pero lo que más los impactó fue la cantidad de voluntarios con los que cuentan. 

Al siguiente día, los pequeños practicaron judo en el centro cívico de Lakua mientras que los medianos y mayores hicieron escalada en Hegoalde. Esta actividad tuvo tan buen recibimiento que los padres incluso se plantearon apuntar a sus hijos a escalada, como apuntaba Jesica, una de las supervisoras de los monitores. 

Sin duda, la actividad estrella y la favorita de la gran mayoría de los niños fue la excursión a las Piscinas de Gamarra.

Para concluir las colonias, el viernes hicieron actividades dentro del recinto, donde anduvieron preparando la fiesta final donde se incluían bailes, disfraces y una gran merienda. La experiencia vivida fue muy buena, y tanto monitores como niños expresaron muy alegremente sus ganas de volver el año que viene.