La prueba de acceso a la universidad, la última "tradicional" antes de implantarse el nuevo modelo, comienza este miércoles en Euskadi, aunque hay cuatro comunidades autónomas en las que los exámenes comienzan hoy: Madrid, Murcia, Cantabria y La Rioja.

En Euskadi la convocatoria ordinaria tendrá lugar entre el miércoles y el viernes de esta semana y la extraordinaria un mes más tarde, entre los días 5 y 7 de julio. La prueba supone el 40 % de la nota para el acceso a la universidad y la media de Bachillerato representa el 60 % restante.

Un total de 12.895 estudiantes de Bachillerato y Formación Profesional (un 1 por ciento más que el pasado año) se examinarán en Euskadi junto a otros 506 matriculados en asignaturas específicas para subir nota.

Esta convocatoria de 2023 será la última en la que se mantiene el formato de los tres últimos cursos, condicionados por la covid y la clausura de los centros educativos, por lo que da más facilidades al alumnado dado que puede elegir entre distintas opciones de preguntas.

¿Cómo será la prueba este año?

Materias de evaluación:

  1. Versarán sobre las materias generales del bloque de asignaturas troncales de 2º de Bachillerato de la modalidad elegida para la prueba y, en su caso, de la materia Lengua Cooficial y Literatura.
  2. El alumnado que quiera mejorar su nota podrá examinarse de, al menos, dos materias de opción del bloque de asignaturas troncales.

Longitud de las pruebas:  

  1. Se realizará una prueba por cada materia y habrá una única propuesta de examen con varias preguntas.
  2. Cada examen durará 90 minutos y habrá un descanso entre pruebas consecutivas de, al menos, 30 minutos.

Tipología de preguntas:

  1. Preferentemente, las pruebas se contextualizarán en entornos próximos a la vida del alumnado: Situaciones personales, familiares, escolares y sociales.
  2. Habrá preguntas abiertas y semiabiertas que requerirán de pensamiento crítico, reflexión y madurez. También se podrán plantear preguntas de opción múltiple.

La aprobación en 2021 de la Lomloe o más conocida Ley Celaá obliga a una enseñanza mucho más competencial, lo que implica más reflexión y pensamiento crítico y menos tirar de memoria. Una de las consecuencias es que el examen para entrar a la Universidad también tiene que alinearse con el nuevo tipo de enseñanza y aprendizaje.

Este 1 de junio, Educación anunció que paralizaba, pero no aplazaba, la aprobación del futuro real decreto de la nueva prueba de acceso al argumentar que es más responsable dejarlo en manos del Gobierno que salga de las urnas del 23 de julio.

La tramitación del borrador de real decreto se concluirá con su envío al Consejo de Estado, pero no se enviará al Consejo de Ministros, previsto en junio para que el profesorado y el alumnado supieran con la suficiente antelación el nuevo modelo del año siguiente.