El sector primario de la comarca ayalesa vuelve a tener hoy en Respaldiza una cita ineludible. Se trata de la celebración de la XLV edición de la feria de San Isidro, cuya principal novedad llega de la mano de la iniciativa San Isidro txiki, para que el colectivo infantil de entre 4 y 12 años también pueda disfrutar de la cita con actividades acordes a su edad, que se desarrollarán en el centro cívico de 9.00 a 14.00 horas, y que han requerido de una inscripción previa con un abono de cinco euros.

Con todo, niños y niñas también tendrán a su disposición, y de acceso libre, los juegos de madera que acercará Kalaka al ferial a partir de las 11.30 horas, así como sendos talleres para la elaboración de talos y cometas, de 12.00 a 14.00 horas.

Por lo demás, la feria mantendrá el guión de pasadas ediciones y desde las 9.30 hasta las 13.30 horas se sucederán un mercado de productos agroalimentarios y artesanos; una exposición fotográfica de la asociación Gaittun, que reivindica el papel de la mujer en el mundo rural, y una muestra de maquinaria agrícola. También habrá exhibiciones de deporte rural y misa, así como degustaciones de queso Idiazabal local y txakoli alavés en la txosna que, como novedad, ofrecerá guisado de carne de vaca pirenaica.

De hecho, el eje central de la feria vendrá de la mano del séptimo certamen provincial de esta raza bovina, que arrancará a las ocho de la mañana con la llegada de los ejemplares al recinto, para culminar en torno a las 13.30 horas con la entrega de premios. Su objetivo no es otro que poner de manifiesto el estado colectivo de esta especie de ganado y la mejora que se viene realizando, así como servir de estímulo y orientación hacia la cría de ganado selecto como base para la mejora de las explotaciones, de cara a que puedan competir en los mercados tanto interior como exterior. Y es que, se trata de una raza autóctona que, aunque en la actualidad se encuentra en auge con 5.000 cabezas en Euskadi (3.500 de ellas en Álava), en los años 70 del pasado siglo estuvo al borde de su extinción por la introducción masiva de la raza Parda Alpina, por lo que sigue necesitando el apoyo y ayuda de todos, tal y como se merece toda raza autóctona y patrimonio genético. “Es la raza ancestral del caserío vasco, hoy en día muy especializada en producción cárnica, gracias al trabajo de nuestros ganaderos, que siempre traen lo mejor de sus cabañas”, subraya el veterinario de Aberekin, Josu Paia, en relación a los 50 ejemplares (cinco de ellos machos) de un total de cinco ganaderías alavesas que se presentaron a la última edición del certamen de 2022.

Cien por cien autóctona

Con todo, no es una vaca autóctona exclusiva de Euskadi sino de toda la cornisa cantábrica. “En Navarra es donde esta más extendida con 12.000 cabezas, le sigue Euskadi con 5.000, Cantabria con 1.500, Aragón con 1.000 y Cataluña con unas 600, pero también hay registradas explotaciones en Soria, La Rioja, Burgos y Cáceres”, explica Paia.

Apunta que es Abere, en Arkaute, quien lleva todo lo concerniente a esta raza en Álava, mientras que a nivel de Euskadi es Lorra, en Lezama (Bizkaia) y a nivel de España, “se ha logrado del Ministerio de Agricultura el logotipo de cien por cien raza autóctona, respaldado a nivel genérico por la marca Herribehia”. En su opinión, “un paso de gigante en la comercialización de esta carne, ya que las ganaderías que han comenzado a trabajar siendo socios de esta marca, a la hora de sacrificar cada cabeza, llevan el respaldo del logo”, subraya.