Mañana fría, tras haber soportado de madrugada una fuerte helada en la zona, Lapuebla de Labarca supo una vez más trasladar a vecinos y visitantes el calor del buen recibimiento y el encuentro con los vinos del año en la jornada del Uztaberri Eguna que lleva ya diecisiete ediciones, 19 años de historia porque los dos últimos no se celebró a causa de la pandemia.

La hora prevista para el inicio era el mediodía, las doce, momento en el que las autoridades, entre quienes estaban el diputado general, Ramiro González; la consejera Arantxa Tapia; el presidente de las Juntas, Pedro Elosegui; la alcaldesa, Maite Córdoba; el presidente de la Cuadrilla, Joseba Fernández; y otros representantes institucionales junto con la directora deportiva de las Gloriosas, Dafne Triviño, subieron al estrado colocado en la plaza del ayuntamiento para oficializar el inicio de la fiesta.

Allí, la alcaldesa dio la bienvenida a los asistentes, recordó los dos años que no se ha podido celebrar la fiesta y mencionó la situación socioeconómica que están viviendo los bodegueros y bodegueras a consecuencia de la crisis económica generada por tantos factores, como la pandemia, la guerra y el alza generalizado de precios. Destacó, sin embargo, la perseverancia de bodegueros y bodegueras para luchar frente a esas adversidades para llegar a ofrecer unos vinos excelentes, que son el orgullo de Lapuebla de Labarca y de la comarca.

A continuación presentó a la pregonera de este año, la directora deportiva del Alavés Gloriosas, Dafne Triviño, a quien entregó una camiseta del equipo con el número 17 en referencia a la edición del Uztaberri Eguna. Dafne Triviño agradeció que se las invitara a este pregón en un momento en el que el deporte protagonizado por las mujeres está en auge.

“Afortunadamente el papel de la mujer en el deporte es cada vez más relevante”, señaló, “y ser portavoz en este tipo de actos es un verdadero orgullo”. Por ello dio “las gracias a la alcaldesa y a Lapuebla de Labarca por acordarse de nosotras y tenernos en cuenta”. Como ya es tradicional, tras el breve saludo, se repartieron las copas de vino con las que las autoridades presentes e invitados realizaron el primero de los muchos brindis que este sábado se realizaron en esta localidad.

Tras su palabras y el brindis en la misma plaza los visitantes se arremolinaban en el stand del ayuntamiento adquiriendo la copa y una funda de tela para llevarla colgada del cuello, por un precio de seis euros. Ese fue el momento en el que las bodegas Garrido Medrano, Zugober, Casado Morales, Estraunza, Loli Casado, Larchago, Córdoba Martínez, Covila, Muro y Harresi abrieron sus puertas a las visitas y a las catas y degustaciones, de las que nadie salió decepcionado.

Degustaciones

Al lado de la venta de copas se situaron las señoras de Lapuebla de Labarca que cada año dedican las últimas horas de la víspera de la fiesta para preparar las degustaciones de arrope, rosquillas, vinagre, panes, olivas y hasta jabones artesanos, unos productos que se han convertido ya en unos de los protagonistas del Uztaberri Eguna y que son muy apreciados por los visitantes en esta jornada.

Por su parte, en una lonja, los cocineros del bolo se afanaron desde primeras horas en lograr que el bacalao desmigado, el arroz y las verduras ligasen uno de los platos tradicionales de tierra de vendimias: el bolo una deliciosa comida creada para dar fuerzas a los vendimiadores y ahora para hacer disfrutar a las muchas personas que dieron buena cuenta de los cinco calderos que se repartieron a las doce y media de la mañana.

En otro espacio, en el patio de Assa Ikastola, se situó una enorme carpa, donde se realizaron las catas comentadas por Mikel Garaizabal. Y al abrigo del cercano frontón escolar, los cocineros de la ‘sartenada’ se esmeraron en conjugar los sabores de las patatas, la carne y las verduras, removiéndolas con enormes cucharones de madera, para lograr al final un exquisito guiso que sirvió para la comida popular con que se puso el punto final a la fiesta de este año, aunque los hubo más marchosos y se apuntaron a la discoteca en el frontón.