Este viernes el despertar en los hogares alaveses ha sido muy diferente. Nadie se ha hecho el remolón en la cama. Al revés, los nervios y la emoción se han adueñado de cada rincón de las casas y los más txikis se han encargado de madrugar más de lo debido. Inquietos, imposibles de contener en sus lechos, han sido los encargados de despertar a sus progenitores para animarles a comprobar en familia si los Reyes Magos habían cumplido con sus listas de deseos.

Excitados y con sonrisas cómplices, muchos escudriñaban la apertura de la puerta para alargar unos segundos el momento mágico previo a descubrir los regalos e iniciar la explosión de gritos, alegría y corridas sin fin por los pasillos. Es uno de los días más especiales del año, sobre todo para los pequeños de la casa que mantienen las mariposas en su estómago y ese brillo de ensoñación en los ojos que deseamos permanezca eternamente en el tiempo.

La densa niebla y el frío le ha dado un cariz todavía más mágico si cabe al Día de Reyes y ha ayudado a sus majestades de Oriente a pasar más desapercibidos a la hora de cumplir con su cometido nocturno. A buen seguro, Melchor, Gaspar y Baltasar habrán agradecido la leche caliente, el vino, los licores, dulces y galletas, que los alaveses dejaron preparados con esmero antes de acostarse, para entrar en calor en una noche con temperaturas bajo cero. Bajo el árbol, en el salón, en la cocina, en la entrada de casa; se apilaban paquetes de todos los tamaños y envueltos de mil colores encima y al lado de los zapatos y zapatillas bien lustrosos como tal insigne visita merece.

¡A abrir los regalos!

Tras la pertinente fotografía de rigor de la familia al completo junto con los presentes, ya nadie ha podido poner freno a la ansias de abrir los regalos de forma apresurada y sin paciencia alguna. Las manos han comenzado a actuar rápidamente para esparcer los papeles por toda la habitación y gritar de júbilo por el regalo recibido. Obsequios ha habido para todos los gustos, aunque los juguetes, las prendas de ropa y calzado, los libros y los tradicionales perfumes han copado el protagonismo

Clásicos como los playmovil, lego, coches teledirigidos, cocinitas y muñecas han competido con dispositivos más sofisticados como el último modelo de playstation, las nuevas versiones de tamagotchis; agotadas desde casi el inicio de las Navidades; los funkopops, pokémons, kookyloos, bubiloons y demás juegos de cuestionable pronunciación. Y es que ya lo anunció Baltasar: “Os merecéis todos los regalos del mundo”, dijo a su llegada a Gasteiz, por lo “responsables que sois y lo bien que os portáis”. Todo, todo, sería pedir mucho y Gaspar aportó un poco de cordura al advertir que habían recibido demasiadas solicitudes y no podían traer todas. 

Pero por lo visto en la mañana de hoy, los Reyes Magos han cumplido con buena parte de los deseos de menudos y ya más talluditos para “jugar juntos y saber compartir”. No en vano, es normal, ya que, según nos comentaron los niños y niñas de Vitoria, habían sido “muy buenos” durante todo el año, aunque también hay quien reconoció haber realizado “alguna trastada”, pero “pequeñita”. Por ello, junto a sus juguetes, alguno más traviesillo ha recibido un pedazo de carbón, pero del dulce que “está muy bueno”.

Jugar en la calle

Ya al mediodía y antes de ir a comer con la familia y seguir abriendo; los más afortunados; regalos en casa de los aitites, tíos y demás parentela, el jolgorio de los hogares se ha trasladado a las calles de la capital alavesa en las que los menores han estrenado sus nuevas adquisiciones.

No hay tiempo que perder y Sofía, de 10 años, jugaba junto a su tío Eric al sol en la Plaza Nueva con su nuevo hula hoop y bola de salto anudada al tobillo, demostrando mucha más maestría que la de su esforzado tío. Ambos han manifestado que “los Reyes se han portado muy bien”, trayéndoles varios regalos. “El hula hoop, la bola loca, dibujos para colorear, una muñeca de Hermione de Harry Potter, caramelos y chocolate”, ha enumerado rápidamente Sofía. Por su parte, Eric ha recibido “un sobrecito al gusto” para gastarlo en el capricho que guste.

Iciar, de 9 años, es de Alcalá de Henares y ha venido a pasar el final de las vacaciones de Navidad a Vitoria, acompañada por su padres. El estar fuera de casa no ha sido impedimento alguno para que los Reyes Magos le hayan obsequiado con el juego Sports de la consola Nintendo Switch. “Tiene un montón de juegos de muchos deportes: de tenis, baloncesto y fútbol que es a lo que yo juego”, ha explicado. Aparte, ha recibido un par de juegos de cartas del Virus, lápices de colores y libros para dibujar. “Es que he sido muy buena”, ha anunciado para posteriormente revelar que también es “algo traviesilla”.

Originaria de Ucrania es Yemika, de “6 años y medio”, y afincada en Vitoria con su familia desde 2017. La niña ha admitido que “no conocía a los Reyes” hasta llegar aquí, ya que en su país los presentes se dan por Navidad. Con cara de pilla ha enunciado que sí, que es “muy buena”, ante las risas de su madre. En su caso, ha percibido bolígrafos de colores en 3D, ya que le gustan mucho las manualidades. Además, un cocodrilo, “pero no de verdad”, que intenta morderle los dedos cada vez que toca sus afilados dientes.

Por su parte, Alaia ha disfrutado del día patinando con su aita y ama, Urko e Itxaso, en la pista de hielo de la Florida. También han confirmado que los Reyes Magos “se han portado muy bien”. “Me han traído un pijama calentito y un juego de mesa para jugar con los aitas”, ha contado. Por lo visto sus aitas igualmente se han portado bien. A Urko le han obsequiado con “una maqueta de madera”, ya que le gusta el modelismo; mientras que Itxaso ha recibido “maquillaje y una raclette para fundir queso”.

Asimismo, Aimar, de 7 años, se ha mostrado satisfecho con los juegos que le han caído, aunque ha expresado que no le han traído todo lo que ha pedido al faltarle “el cubo de Rubik”. Con los morros manchados del chocolate que ha desayunado “por ser Reyes”, ha indicado que sí le han trasladado el lego de stars wars “con una nave y personajes de la película para montar”, además de “un parchís y un dominó”.

Ainhoa de, 3 años, ha lucido orgullosa su nuevo carro de muñecas en donde “está dormida” su pepona favorita, mientras que su hermano mayor Eneko conducía su nuevo coche telederigido hacia la fuente de la Virgen Blanca. “Este año está guay porque por tenemos dos días para jugar con los regalos nuevos”, ha manifestado, contento por retrasar la vuelta al cole hasta el 9 de enero.

¡Gracias Reyes Magos! y hasta el año que viene, cuando regresarán a Vitoria nuevamente cargados de muchos regalos, alegría, fuerza e ilusiones renovadas.