Arabako Mahastiak/Viñedos de Álava es el nombre de la nueva Denominación de Origen Protegida que cumple todos los requisitos establecidos por la normativa europea y, en consecuencia, con la legislación nacional, por lo que legalmente no tiene más objeciones que las que se planteen desde otros ámbitos. En su pliego de condiciones, cuya redacción y ajustes a la normativa han llevado casi seis años, no se plantea en ningún momento compatibilizar la permanencia en la DO Rioja, algo que es imposible de acuerdo con el pliego de esa Denominación, ni se usa el nombre de Rioja en ningún momento y se justifican las razones técnicas y económicas que impulsan su creación.

Así, en su pliego, se establecen los vinos que se van a elaborar: vino tinto, un vino tranquilo, con un grado alcohólico volumétrico adquirido mínimo de 12,5% vol. Entre los vinos tintos destacan dentro de la DOP Arabako Mahastiak/Viñedos de Álava los vinos de maceración carbónica elaborados tradicionalmente en el ámbito geográfico. El vino blanco, tranquilo, con un grado alcohólico volumétrico adquirido mínimo de 11,5% vol; y el vino rosado, también con un grado alcohólico de 11,5%.

En el documento se establecen detalladamente todos los parámetros analíticos y organolépticos de esos vinos, las prácticas de cultivo, tanto de suelo para evitar la erosión, como de densidad –entre 3.000 y 6.000 plantas por hectárea–, poda, vendimia y transporte a bodega. A continuación detalla el proceso de elaboración, con prácticas tradicionales, de manera que su rendimiento final no sea superior a 70 litros de vino por cada 100 kilos de uva para los tintos y 65 litros por cada 100 kilos en el caso de los blancos y los rosados.

En cuanto a la delimitación de la zona geográfica, se establece que Viñedos de Álava se halla al sur del territorio histórico, constituida por terrenos mayoritariamente arcillo-calcáreos orientados a mediodía, situados en la falda de la Sierra de Toloño-Cantabria, sin mencionar en ningún momento Rioja Alavesa. También dicta los rendimientos de 6.000 kilos por hectárea para tintos y 8.000 para blancos y fija las variedades oficiales: de uvas tintas Tempranillo, Garnacha Tinta, Graciano, Mazuelo y Maturana Tinta; y de blancas Viura, Garnacha Blanca, Malvasía, Moscatel, Tempranillo Blanco, Turruntés y Maturana Blanca.

En cuanto a los vínculos con la zona geográfica que justifican la posibilidad de crear la DOP detalla que es una zona natural delimitada perfectamente por accidentes naturales y con personalidad propia que la distingue respecto a otras zonas vitícolas en lo que se refiere a características climáticas, edáficas y varietales. El territorio es de extensión reducida, constituida por una lengua de tierra de unos cuarenta kilómetros de longitud y ocho de anchura entre la Sierra de Toloño-Cantabria y el río Ebro, con diversidad limitada en lo que a viníferas se refiere. En conjunto se trata de un viñedo con un paisaje, clima y suelo singular, unitario, homogéneo y continuo, que constituye un paradigma del monocultivo de la vid, con cerca del 80% de la superficie agraria útil dedicada a la viña. A estas características añade el clima propio.

Razones históricas

Respecto a los factores humanos, el pliego destaca la histórica vinculación de la zona con el vino. Este fue en la comarca de Laguardia y sus aldeas una fuente de riqueza al menos desde la primera mitad del siglo XIV. Los vinos de Laguardia y Labraza, entonces Reino de Navarra, compiten con los castellanos en el mayor mercado urbano cercano, el de Vitoria, siendo incluso fuente de litigios y privilegios por el acceso de aquellos vinos a la capital alavesa, a las villas de Gipuzkoa y otros mercados del norte.

El proceso de elaboración del vino tenía también antaño importantes connotaciones religiosas, tanto por sus usos como por los derechos eclesiásticos sobre propiedades y rendimientos agrícolas. No es extraño, por tanto, que fuera un ilustre eclesiástico, Manuel Quintano, quien a finales del siglo XVIII, después de ir a Francia para instruirse en los métodos bordeleses, impulsara mejoras en la vitivinicultura de esta comarca de las que son herederos los actuales vitivinicultores alaveses.

Añaden también que en época contemporánea destaca el impulso que desde mediados de siglo XIX dio la Diputación de Álava a la modernización de los vinos de este territorio, poniendo los medios necesarios, con aporte de recursos económicos y personales. Cita como ejemplo la apertura de una Granja Modelo, en 1854, dirigida por un experto francés, y el análisis de los problemas y retos de este territorio por José María Migueloa y Valentín Sotés, cosecheros y procuradores del distrito de Laguardia. A ello suma que la Diputación contrató en 1862 a un maitre de chai bordelés, Jean Pineau, artífice de la elaboración de vinos más suaves al paladar y más duraderos en su conservación.

Se prolonga desde entonces hasta nuestros días el compromiso de los viticultores y bodegueros alaveses con la elaboración y comercio de vinos de calidad, que desde los años 20 del siglo pasado han destacado dentro de la DOC Rioja, cuyas normas reguladoras incluyen un reconocimiento diferencial de la comarca como subzona (Rioja Alavesa).

Por estas y otras argumentaciones se pone en marcha esta DOP y se señala que la concesión del derecho al uso de la Denominación la realizará el Consejo Regulador que se constituya para la gestión de la DOP, previo informe vinculante del organismo de certificación, que es Hazi.

Ese Consejo Regulador será responsable del mantenimiento y actualización de los datos de los Registros de la Denominación de Origen; facilitar a las personas físicas o jurídicas inscritas en el Registro de Viñas un documento o Cartilla de Viticultor, en el que se indique la superficie de viñedo inscrita, con desglose de variedades, así como la producción máxima admisible; y registrar y grabar las declaraciones de producción realizadas por las firmas inscritas en el Registro de Viñas, indicando la cosecha obtenida en cada una de las parcelas inscritas, indicando el destino de la uva, y en caso de venta, el nombre del comprador.

El examen organoléptico de los vinos se llevará a cabo por un Comité de Cata compuesto por personas expertas conocedoras de los productos e independientes, de acuerdo con lo que disponga el manual y plan anual de control de la DOP. En el pliego se detallan todos los procedimientos para garantizar la autenticidad y calidad de los vinos que se elaboren y certifiquen.