La producción de miel de este año se reducirá a la mitad porque tras la enfermedad que en primavera mermó la población de abejas llegó un verano muy seco y caluroso que ha impedido la floración y la consecuente generación de este alimento cuyo precio se encarecerá.

Esta es la advertencia que hacen a EFETV los directivos de la Asociación de Apicultores y Apicultoras de Álava (Apial) Begoña Díaz de la Presa y Samuel Etxebarria, que piden ayudas a las instituciones para superar esta “nefasta” temporada y medidas “con fundamento” para frenar el cambio climático.

La situación para ellos comenzó a torcerse en primavera cuando el medicamento habitual para luchar contra la varroa –un ácaro que ataca a las abejas– no funcionó, lo que causó “una mortandad aproximadamente del 50 %” en las 11.000 colmenas que hay en Álava.

Pero los problemas para estos apicultores que comparten el emplazamiento de sus colmenas en Fresneda, una pequeña localidad alavesa cerca del límite con Burgos, no terminaron ahí, sino que fueron en aumento a medida que la lluvia comenzó a escasear y las altas temperaturas pasaron a ser las protagonistas de los meses siguientes.

La sequía y el calor han impedido la floración, con lo que las abejas “no han podido tomar el suficiente alimento para producir miel” y están comiendo la que hicieron en primavera, que ya de por sí era escasa por los estragos causados por la varroa: a menor número de abejas, menor producción de miel.

La escasez de alimento que padecen las abejas ha obligado a los apicultores a alimentar a los ejemplares más pequeños a pesar de lo cual “en algún caso están muriendo”, según lamenta Díaz de la Presa, que explica que habrá que seguir alimentándolas también en otoño y en invierno para que sobrevivan.

En definitiva el sector se verá este año muy castigado por una confluencia de factores (varroa y condiciones climáticas) cuyas consecuencias se están viendo agravadas por el aumento de los precios del alimento extra que tienen que adquirir para estos insectos, de los envases de vidrio y sus tapas, y de la gasolina, un encarecimiento que también les afecta porque hay que desplazarse en vehículo para “visitar” las colmenas.

“A ver cuánta miel extraemos pero la perspectiva no es nada buena” porque “la producción no va a llegar ni a la mitad de otros años o menos”, continúa la presidenta de Apial, quien también advierte de que esa subida de los precios se trasladará al consumidor: “Al final de este año la miel se encarecerá casi seguro”.

A la vista de esta “temporada nefasta” para la apicultura alavesa Etxebarria se conformaría con no perder más abejas: “Aunque la producción sea muy mermada o ninguna, con mantener vivos a los animales nos damos por satisfechos”.

Reclama en todo caso a las instituciones “un poquito de ayuda” para poder “conservar” una especie “imprescindible en la naturaleza”.

Díaz de la Presa también pide la implicación institucional no solo para ayudar a los apicultores a superar el bache, sino también para desplegar medidas “con fundamento” contra el cambio climático. “Nos lo tenemos que tomar en serio porque algo está pasando”, avisa.

“Esta situación no se ha conocido nunca. Yo que soy de aquí, de Fresneda, y no he visto el monte en esta situación nunca”, añade la presidenta de los apicultores de Álava