La toponimia siempre ha encerrado curiosidades del pasado y en Artziniega, Geltoki plaza (plaza de la Estación), es una de ellas, ya que por el municipio, a día de hoy, no circula tranvía o tren alguno. Entonces, ¿por qué se bautizó con ese nombre, en 2003, al entorno del antiguo campo de fútbol, que dio paso a un parking de vehículos y una zona de esparcimiento, en la margen derecha de la cuesta de Saratxaguren, en dirección al barrio Arenatza?

La respuesta se encuentra en que ese punto, en los albores del siglo XX, albergó la estación del desaparecido tranvía a vapor que, de 1901 a 1911, comunicó esta villa medieval ayalesa con la localidad vizcaína de Sodupe, de cuya historia va a dar buena cuenta el vecino José María Rodríguez Ortiz en la conferencia que va a ofrecer a la 19.00 horas de hoy en el salón de plenos del Ayuntamiento.

“Es un hombre que ha investigado esta historia a fondo y se ha documentado mucho sobre ello”, explica el alcalde, Joseba Vivanco; aunque el que ha insistido en que “Josemari hable de todo lo mucho que sabe de uno de los tranvías más desconocidos y efímeros del país, y el único que funcionó, en el pasado, en el territorio histórico de Álava”, ha sido Imanol Aretxabala, el que fuera alcalde de Artziniega desde 1983 hasta 2007, con un pequeño paréntesis en el que fue regidor Juan José Cagigas.

Los primeros pasos para la construcción de este ferrocarril se dieron en el año 1897, con la constitución en Bilbao de la Compañía del Tranvía a Vapor Arciniega Sodupe, que partió con un capital de 200.000 pesetas repartido en 400 acciones, y contrató para su estudio al ingeniero Felipe Gutiérrez. Entre los nueve socios fundadores, en su mayoría personas adineradas y afincadas en Artziniega y Gordexola, se encontraban Eugenio Garay Rivacoba y Luis Santos Valle, que fue quien se hizo con la concesión por parte del Gobierno en 1900.

14 kilómetros y dos muertos

La línea se estableció en el reducido ancho de vía de 600 milímetros, sobre la carretera provincial que enlazaba ambas poblaciones, aunque contaba con pequeñas desviaciones en explanación propia para superar algunos de los puntos más difíciles. El recorrido, cuya longitud total era de 14 kilómetros, preveía dos únicas estaciones: la de Artziniega y la de Sodupe –lugar en el que se establecieron las cocheras– y contaba con paradas en Ureta, Artekona, Llanas de Iratzagorria, Allende, Pontón-Urarte, Molinar, La industria, Zubiete y Padura.

Su construcción duró 16 meses aproximados, durante los que hubo contratiempos y recortes de gasto, así como desavenencias entre los Valle y los Garay, pues ambos querían que la estación de Artziniega estuviera cerca de sus residencias. En este punto ganó la familia Valle, pues la estación se construyó cerca de su casa y finca, en la zona llamada Campo de Abajo (antiguo campo de fútbol), originando con ello que Eugenio Garay pusiera en marcha la construcción de la Carretera Nueva –hoy llamada Avenida Garay– que llegaba precisamente hasta su residencia, conocida como El Palacio. Ésta comenzó a construirse en 1908, mientras que el tranvía de Sodupe a Arceniega se inauguró el 18 de octubre de 1901, ofreciendo cinco circulaciones diarias en combinación con los trenes del ferrocarril de Santander a Bilbao, con los que enlazaba en la estación de Sodupe.

Para asegurar el servicio disponía de un parque móvil formado por dos locomotoras de vapor, que podían arrastrar tres coches de viajeros de portezuelas de 46 asientos cada uno, un vagón de mercancías cubierto y dos descubiertos; pero una vez puesto en marcha, no acabaron los contratiempos, pues la vía era estrecha (para abaratar costes) y elevada, lo que provocaba descarrilamientos cuando el tranvía bajaba la Cuesta del Hospital. A causa de ello, murieron dos personas en sendos accidentes: el fogonero Silvestre Zurimendi de 25 años, el 5 de enero de 1902; y la vecina de Ureta, María Isusquiza Otaola de 30 años, el 11 de agosto del mismo año. Por ello, el Ministerio de Fomento exigió la realización de diversas obras de mejora cuyo coste estimado ascendía a 110.000 pesetas. La compañía no pudo afrontar la inversión y propuso como alternativa cambiar el sistema de tracción y usar caballerizas, pero se rechazó y el Gobierno promulgó una Real orden en la que decretó la inmediata suspensión del servicio, el 25 de abril de 1911. Poco después se declaró la caducidad de la concesión y se procedió al levante de las instalaciones, de las que hoy día en Artziniega solo queda como testigo el nombre de Geltoki Plaza.

Muestra de Playmóbil

Esta charla se enmarca en la extensa agenda de actos que esta albergando el municipio este año, con motivo de la celebración de su 750 aniversario como Villa, y también tiene el mismo eje conductor (el del antiguo tranvía de Artziniega) la muestra gratuita que alberga, hasta el 28 de agosto, el Museo Etnográfico. De hecho, se titula Hurrengo geltokia… Artziniega! y esta compuesta de una amplia colección de figuras de Playmóbil, entre las que destacan varias escenificaciones de lugares emblemáticos del municipio, tales como la fragua de Barrenkale o esta desaparecida estación.

Estas míticas figuras han llegado a Artziniega Museoa gracias a un vecino de la localidad que forma parte de Euskoplay. Una asociación sin ánimo de lucro afincada en el País Vasco, formada por personas aficionadas y coleccionistas de Playmobil, creada con la intención de reunir a los amantes de los clicks, para poder realizar diversas actividades tales como exposiciones.