Nacida en Aramaio, Izaskun es enfermera de vocación, pero siempre tuvo clara su intención de ayudar a los más necesitados y por ello se incorporó como voluntaria a la ONG de salvamento humanitario marítimo Aita Mari. Este barco, que iba camino al desguace, se recuperó para poder rescatar a cientos de personas en las costas del Mediterráneo. Aita Mari lleva ocho misiones a sus espaldas y seis de ellas han contado con la participación de esta alavesa. La última, el pasado mes de junio en la costa de Sicilia.

¿Cuánto tiempo suelen durar las misiones humanitarias?

Aproximadamente un mes, pero por el covid, nos han obligado a hacer cuarentenas y se han alargado incluso 45 días. Esta última se ha alargado mucho, incluso sin haber cuarentenas, ya que nos han tenido nueve días con la gente en el barco.

Desde que rescatan a los migrantes de la patera, hasta que tocan tierra y están a salvo, ¿cuántos días suelen pasar?

La última misión ha sido la que más tiempo ha durado. En total fueron nueve días, con cuatro rescates escalonados en cuatro días seguidos. Por eso ha sido una de las misiones más difíciles que nos ha tocado vivir, ya que tanta gente metida en el barco durante tantos días, acaba generando desesperación, miedo, dudas y peleas.

¿Qué país europeo tiene las fronteras más duras para los migrantes?

Malta, sin duda. Ni responden. Ni aunque hagamos rescates en sus aguas, se dignan a responder. Antes contestaban, pero para decir que nosotros no hacíamos rescates, sino intercepciones. Dicen que esos botes no necesitaban ser rescatados.

¿Cuál ha sido la parte más dura para la tripulación de este último viaje?

Habíamos comentado en todas las charlas y exposiciones lo que sucedía en Libia, pero nunca nos había tocado vivirlo en primera persona. Hay personas que prefieren ahogarse en el mar antes que tener que volver a Libia.

¿Han notado en esta última misión que cada vez el tiempo de respuesta es mayor?

Antes de salir teníamos la esperanza de que Italia había suavizado su control de la frontera, pero luego se ha demostrado que no. No sabemos por qué, pero ha sido muy duro. Nueve días son muchos; teníamos niños de meses, un niño autista y mantenerlos tanto tiempo en el barco, junto a las demás personas, ha sido muy complicado. Falta mucha empatía.