l mítico Txoria txori de Mikel Laboa ha sonado a miles de kilómetros de distancia de Euskadi. En concreto, a 7.037 kilómetros que son los que separan Vitoria de Palm Beach (Florida), ubicada a una hora y media de Miami, gracias a la gasteiztarra Maren Llanos, natural de Gasteiz, cuyo coro acaba de cantar este tema en el instituto John I Leonard High School en el que ahora estudia y en el que su ama, Pilar Calviño, también da clases desde hace un año como profesora visitante.

La experiencia de cruzar el charco surgió después de que esta profesora de inglés, con experiencia desde hace 26 años, solicitara una plaza como docente visitante. “Era un sueño que había tenido de toda la vida, el de poder ser profesora en otro sistema educativo. Durante la pandemia me decidí a dar el paso e intentarlo en Estados Unidos”, explica.

Tras superar un duro proceso de selección y preparación, aterrizó junto a su hija en Florida con un visado de tres años. Y Maren, que cursó 4º de ESO en la ikastola Armentia, está estudiando ahora allí su 11º curso, que equivale a primero de Bachillerato en Gasteiz. “Mi marido no podía acompañarme por motivos laborales en esta experiencia, así que entonces decidimos partir la familia en dos. Mi hijo Jokin, que tiene 14 años, se quedó en Vitoria con su aita y Maren, que ha cumplido aquí los 17, me acompañó en esta aventura”, recuerda.

El plan es que este mismo verano los chicos se reúnan con ellas en Miami y pasen las vacaciones juntos. En agosto, Maren regresará a Gasteiz con su aita y Jokin le cogerá el relevo a Maren y se quedará con su madre a cursar el grado 10º, que es el equivalente a cuarto de la Educación Secundaria Obligatoria (ESO). “Así que cada hijo me acompaña un año en esta aventura y veremos el tercer año que hacemos”, añade.

Maren llevaba cantando en coros de Vitoria desde hace más de 10 años, primero en Crescendo y luego en Kulmina, bajo la dirección de Inma Arroyo. Su voz es alto y en todos los años que ha estado en coro ha estado en la sección de las voces graves. “El sistema educativo en EEUU es mucho más flexible, con una variedad increíble de asignaturas para completar los requisitos de graduación. Maren, pudo elegir la asignatura de Coro y así continuar con su formación coral. Ha estado trabajando todo el curso con su profesor Mr. Ríos y su nivel de coro, que es el grupo avanzado, son las Lady Lancers. Fue también seleccionada junto con otros ocho compañeros para cantar en el coro de honor del distrito de Palm Beach y a lo largo del curso han tenido varios conciertos en el instituto y también se han presentado a pruebas externas al centro educativo para valorar el nivel del coro, consiguiendo el resultado de excelente”, detalla con gran orgullo de madre esta mujer.

Su coro está dividido en distintos niveles y lo integran más de 100 alumnos en total. “La vida en el instituto es muy activa y participativa, teniendo muchas actividades musicales durante los descansos: cantan, bailan, tocan en la banda...”, describen.

Fue Araceli, la tía de Maren, quien tras ver varias de las actuaciones del coro de su sobrina, gracias a los vídeos que le iban enviando, cuando sugirió que por qué razón no cantaban alguna canción en euskera.

Así, durante la preparación del concierto de primavera, el profesor de Maren dijo a su alumnado que le faltaba una canción para el repertorio y ella le comentó que tenía una canción en euskera muy bonita y que podía conseguir la partitura y que también ayudaría a los compañeros con la pronunciación. Su maestro aceptó y se pusieron manos a la obra. “Son chavales muy abiertos con muchísima mezcla cultural y todos aceptaron de buen gusto el reto”, matizan.

El día de la actuación, antes de cantarla, Maren explicó a todo el público que era una canción muy importante para ella, “que era un canto a la libertad de expresión, contra la represión. Y tuvo muy buena aceptación por parte del público”.

Aparte del coro, Maren también ha formado parte del club de poesía de ese instituto de EEUU y se presentó a un concurso de poesía llamado Louder Than A Bomb Florida, al que podían inscribirse todos los alumnos de Secundaria de todo el sur de Florida. Las obras, eso sí, tenían que ser originales y escritas por los estudiantes. Maren y su equipo quedaron en tercer puesto. “El poema de Maren hablaba sobre la violencia de género y las agresiones sexistas que reciben las mujeres mirándolo desde el punto de vista de las estadísticas. Recibió un premio de un vale en una tarjeta regalo de 75 dólares y unas convivencias de cuatro días en Miami con todos los finalistas, para seguir aprendiendo y mejorar la técnica”, destaca Calviño.

Pese a ello, el proceso de adaptación a la vida de Florida cuentan que ha sido “largo y costoso” porque el clima es muy distinto, “hay muchísima humedad y calor durante el verano, casi asfixiante, lo bueno es que no existe el invierno, así que este año hemos librado el frío”.

También, como dicen, es un país con unas costumbres muy distintas. “El transporte público en nuestra área es prácticamente inexistente y tienes que usar el coche para todo, las distancias son enormes. Tuvimos que hacer muchísimas gestiones burocráticas, vivir mucho estrés... Hasta finales de noviembre sufrimos bastante aprendiendo a manejarnos tanto en la vida diaria como dentro del instituto (distinto sistema de horarios, comedor, actividades, exámenes, programaciones, observaciones constantes..)”, precisan.

Maren declara que a ella le costó muchísimo hacer amigos “porque yo soy una persona muy tímida y siempre me ha costado mucho ser abierta, pero poco a poco fui haciendo más y más amigos”.

Lo mejor para ambas de esta experiencia ha sido el recibimiento que han tenido por parte de los profesores y alumnos del instituto, “enseguida nos acogieron y han ayudado mucho con todas las dudas y preocupaciones. Poder ir a la playa 360 días al año es una maravilla. La fauna y el paisaje es tan distinto a lo que estamos acostumbradas que es muy bonito ver tortugas, caimanes, tiburones, millones de pájaros que migran a Florida. También estamos viajando mucho por Florida y todo Estados Unidos conociendo el país y la historia. La gran variedad gastronómica y hay mucho colorido y variedad en los supermercados”.

En cambio, lo que peor llevan, como insisten, son la distancias, por lo que necesitan el coche continuamente. “La falta de independencia para ir a sitios, si no tienes coche o carnet de conducir, por ejemplo, hacen que Maren no sea independiente. Hay que conducir para cualquier cosa, para comprar comida o ropa, ir al cine... Y terrible también es la violencia. Hemos vivido varios códigos rojos en el instituto. Uno de ellos concluyó con el asesinato de un alumno de 17 años por arma de fuego. El fácil acceso a las armas de fuego es increíble. Es un problema que hemos vivido en primera persona”, lamentan.

En cuanto al proceso de adaptación al sistema educación estadounidense, “aquí tanto Maren como yo estamos en el instituto John I Leonard High School. Maren atiende las clases de Cambridge, que son más avanzadas con un currículum más exigente. No le costó mucho adaptarse porque ella ya tenía un nivel de inglés muy bueno pero la adaptación fue más difícil a nivel social porque aquí cada asignatura se cursa con compañeros completamente diferentes y es difícil hacer amigos”, puntualizan.

Sin embargo, cada vez están más a gusto, aunque no consideran quedarse allí, puesto que “nos gusta mucho nuestra vida en Gasteiz. ¡Es un lujo poder ir a trabajar en bicicleta! Es cierto que aquí hemos vivido muchas y muy buenas experiencias y que no va a ser fácil olvidarlas, pero toda nuestra vida, familia y amigos están de vuelta en Gasteiz. La realidad es que yo creo que esta experiencia va a servir para que nuestra familia sea todavía más fuerte. Ha sido muy duro estar separados, pero el primer año está casi superado”. l

“Expliqué que la canción era un canto a la libertad de expresión y contra la represión”

Gasteiztarra estudiante en EEUU

“Era un sueño que había tenido toda la vida, el de ser profesora en otro sistema educativo”

Profesora visitante en EEUU