En uno de los cuartos de la Escuela de Ingeniería de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU), justo al bajar unas escaleras, hay una habitación enorme en la que herramientas y un bólido de colores verde y negro comparten espacio. Divididos en nueve departamentos, 25 alumnos aúnan fuerzas para que su coche venza a todos los demás en Formula Student.

Formula Student es una competición en la que estudiantes universitarios de todo el mundo diseñan un monoplaza no para llegar antes a la línea de meta, sino para crear el coche más rápido, más eficiente, más eficaz. La victoria se consigue demostrando en diferentes pruebas, como podrían ser de aceleración o velocidad, que el vehículo presentado es el mejor construido. No se busca el piloto más rápido, sino el mejor proyecto de ingeniería.Construcción

El proyecto de Formula Student Vitoria comienza en 2018 buscando, como siempre ocurre en el mundo de la automoción, dinero. Sin financiación no hay proyecto y los patrocinadores no solo aportan el capital necesario para la puesta en marcha, sino que suministran material, software, herramientas e incluso apoyo técnico. Elementos vitales para que el vehículo llegue a ser una realidad.

Con el fin de las restricciones el equipo alavés comenzó a construir piezas como el chasis. No lo construyeron en sus casas, “¡pero aquí sí!”, responde ilusionado un miembro del equipo mientras muestra el taller. “Todo lo que es el chasis lo hacemos aquí en el propio taller. Son dos semanas en las que estamos intensivamente aquí laminando. Primero partimos de unos moldes de madera -superior e inferior- a los que se les aplican unos tratamientos para que no tengan poros y sean lisos. De estos sacamos unos contramoldes hechos de fibra de carbono que se unen con tornillos en los laterales de forma que conseguimos un único molde con el que fabricamos lo que es el chasis”.

La innovación y esfuerzo empleados no acaban ahí, se extienden al resto de partes del vehículo. “Tenemos el propio motor y la transmisión incorporada dentro de la propia rueda, es una tecnología puntera dentro de la competición”, remarca otro miembro de la formación. Cada pieza se prueba cuidadosamente antes de ser incorporada al proyecto final.Tiempo e ilusión

Todo esto no es fruto de la casualidad o la inspiración divina, sino del esfuerzo conjunto de 25 alumnos distribuidos en nueve departamentos. Precisamente uno de estos departamentos, el de electrónica, ha recibido nuevas incorporaciones que ya están trabajando en el proyecto.

No son pocas las horas necesarias para que esta iniciativa salga adelante, como explica un integrante: “Aquí estamos bastantes con prácticas en empresa, así que estamos compaginando prácticas en empresa con clases en el aula con el proyecto. Prácticamente todo el tiempo libre que tenemos entre semana se ve consumido por el coche”. Pero la satisfacción compensa todo aquello: “Una vez que estás dentro te empiezas a ilusionar. Voy a fabricar una parte, voy a fabricar otra parte, voy a optimizar esto, voy a diseñar esto otro… Al final acabas metido en el ciclo y no te das cuenta.”

Competición

En Europa hay 10 competiciones independientes a las que no es obligatorio presentarse, pero todas son del mismo estilo con las mismas normas y características. El premio por ganar asegura una plaza para la siguiente edición y una compensación económica que cubre el costo de inscripción. No es nada fácil participar: Hay unas plazas limitadas para 150 equipos alrededor del mundo, así que muchos se quedan fuera. La mayoría de competiciones realizan un examen sobre la normativa de más de 100 páginas y sobre conocimientos generales de ingeniería. Para demostrar que poseen un vehículo adecuado para el evento, los equipos envían una documentación específica antes del gran día.

Es precisamente en este gran día, con el equipo en el box, las cajas de herramientas preparadas y el monoplaza colocado en la pista, en el que solo queda un elemento clave para su funcionamiento: El piloto. Elegidos “en una tarde en los karts” cuatro miembros del equipo dirigen por turnos el bólido que veremos pelear por el podio en circuitos como el de Silverstone o Cataluña. Unas pruebas que, por cierto, podrán disfrutar de público gracias a la eliminación de restricciones.