Otro año más mujeres y hombres -menos de los esperados- han tenido que salir a la calle para reivindicar la igualdad de género, señal de que algo no va bien. Otro año más, Vitoria y Álava han adoptado el lila como color para colocar en la solapas de alumnas, trabajadoras, paradas y jubiladas que, alentadas por el movimiento feminista, han alzado sus voces en la manifestación que a las siete de la tarde ha empezado su recorrido desde la plaza San Antón de Gasteiz.

El culmen a una jornada que ha comenzado con un llamamiento a la huelga en colegios, institutos y universidades que, si bien ha dejado vacías las aulas, no ha tenido la misma repercusión en la concentración de media mañana en la Virgen Blanca. Luego fue a más en la posterior kalejira.

Protesta estudiantil

Precisamente, hacia la protesta estudiantil se dirigen Paula, Nahia, Lucía, Irati y Miren tras conversar animadamente en una terraza de la Plaza Nueva al calor de las tazas de café y Cola Cao. Saben que día es, el Día Internacional de la Mujer, y por qué están sentadas en una terraza un martes a la hora de clase en lugar de estar en las aulas de 2º de Bachiller de Corazonistas.

"Para reivindicar la igualdad entre hombres y mujeres; para que se nos escuche; para que no se nos trate como objetos sexuales; para no sentirnos asustadas cuando caminamos solas y de noche por la ciudad; para no tener que cambiarnos de acera por miedo a que nos hagan algo...". El etcétera es tan largo como el de sus madres; poco o nada ha variado la situación con el cambio de generación a tenor de sus declaraciones; si cabe, "la única diferencia es que ahora se visibiliza más", comparten estas estudiantes de Humanidades, Arquitectura, Psicología, Derecho y Administración y Dirección de Empresas.

De fiesta o en la discoteca

En la Virgen Blanca, otra mujer, altavoz en mano, se desgañita coreando consignas feministas en una plaza semi vacía, con apenas cuatro o cinco grupos de estudiantes, todos íntegramente de mujeres, a excepción de unos chicos que sostienen otra pancarta contra Putin por invadir Ucrania.

Nerea, Lorena, Patricia, Ainhoa, Anne y María se han traído de casa unos cartones pintados con reivindicaciones como Ni sumisas ni calladas o El feminismo salva vidas. Ambos aluden a otra lacra que machaca a las mujeres por el simple hecho de serlo: asesinatos, violaciones, malos tratos, acoso, tocamientos... "Sales de fiesta o estás en la discoteca y pasa uno y te roza, como si lo hiciera sin querer", relatan estas estudiantes de Grado Superior de Carmelitas. Ellas, unas veces se plantan, otras se callan, por miedo.

"Hemos avanzado muy poco", asienten. "En clase, en Educación Infantil somos todo chicas, salvo cuatro chicos", otro ejemplo -dicen- de que sigue habiendo profesiones de mujeres y de hombres. "Tampoco el salario es el mismo", añaden. Lo saben por sus madres.Ainara, Nahia y Joane

reivindican igualdad en todos los ámbitos, incluido el universitario donde también denuncian que la voz de las mujeres se escucha menos: "todavía hay mucho que mejorar, a las profesoras no se les considera igual que a los docentes, a quienes el alumnado trata con "más respeto", como si tuviesen "más autoridad".

Lo cuentan tal cual, en público, estudiantes de la UPV-EHU; mujeres que confiesan haberse sentido "acosadas y "productos sexuales" en una discoteca. "También en el día a día te sientes en el punto de mira, no hace falta estar de fiesta", añaden. Cuando eso les ocurre, si están solas intentan no hacer caso, disimular y hacer como si no hubiera pasado nada; en cambio, "acompañadas nos sentimos más fuertes, entonces sí que les decimos algo", explican.

"No ha cambiado nada, únicamente ahora se visibilizan más estos casos", opinan. "Depende mucho de la ideología, de la educación de cada uno, pero hay hombres que siguen pensando que son superiores", afirman. Por eso se extrañan de la poca gente que aún hay en la Virgen Blanca. "Ha habido años que esto estaba lleno, que no había ni sitio", recuerdan.

¿Y los hombres?

Misma sensación tienen Jone, Alba, Ainhoa, Erika e Ivet que han hecho huelga en el instituto de Bergara para acudir a la concentración de Vitoria, "para apoyar la causa y reivindicar los derechos de las mujeres". ¿Por qué? "Por todo, porque hay muchas cosas en esta sociedad que están mal", piensan. Porque no sienten que disfrutan de los mismos derechos que sus hermanos en casa ni que sus compañeros de pupitre en las aulas; esos mismos compañeros que han secundado la huelga del 8-M, "pero están en la cama durmiendo; saben que la desigualdad entre hombres y mujeres es evidente, pero como a ellos no les afecta", piensa este grupo de mujeres.

Políticas públicas

Al tiempo que concluye la protesta estudiantil, a pocos metros, en el interior de la casa consistorial, el Ayuntamiento pone voz a una declaración institucional respaldada por todos los partidos políticos. "Debemos profundizar en la transversalización de la igualdad en todas las políticas públicas, en el empoderamiento de las mujeres, en la construcción de una sociedad que visibilice, valore y comparta los trabajos de cuidado; en la implicación de los hombres en la igualdad, en la disminución de la feminización de la pobreza, en favor de la libertad sexual de las mujeres y en la educación como el instrumento más efectivo para el cambio de valores", reza el manifiesto.

"Necesitamos acelerar el avance de la igualdad", apela el Gobierno Vasco y, para ello, es imprescindible la implicación de toda la sociedad. "Es una jornada para la reivindicación porque, a pesar de los avances, persiste en todo el mundo una desigualdad estructural que se manifiesta en la brecha salarial, la dificultad de acceso de las mujeres a ámbitos de poder y toma decisiones, el desequilibrado reparto de tareas de cuidado y domésticas o la violencia contra las mujeres", clama la consejera de Igualdad, Beatriz Artolazabal.

La Diputación de Álava asume la necesidad de "fortalecer el enfoque de género y de derechos humanos" en el trabajo a favor de la igualdad, mientras las Juntas Generales se comprometen a reforzar los recursos destinados a las políticas de igualdad.