Hace muy pocos días era el Observatorio Espanñol del Mercado del Vino (OeMv) quien anticipaba que el vino del Estado se juega 40,4 millones de euros en exportaciones a Rusia y Ucrania. Unos mercados en los que mientras que Rusia mostraba una tendencia a la baja en la compra de graneles y un aumento de un 15% en 2021 de vinos de Rioja, Ucrania estaba al alza en ambos casos.
En el caso concreto de los vinos de Rioja el esfuerzo promocional realizado en los últimos años por el Consejo Regulador había dado sus resultados y el mercado ruso ya se había clasificado como de gran importancia con un crecimiento anual de más del 30%. En este tiempo han sido frecuentes las catas organizadas tanto en Moscú como en otras ciudades o la presencia del Rioja en ferias como Prodexpo, la mayor feria de alimentación que se celebra en Rusia. En esta labor también ha sido fundamental el papel jugado por la Cámara de Comercio de Álava, especialmente desde el departamento de Internacionalización, que puso las bases para que muchas bodegas y otras empresas alavesas decidieran apostar por la exportación y por abrir mercado en lugares complicados como los países del este de Europa o China.
Ahora vino y otros productos aguardan tiempos mejores con respecto a Rusia y Ucrania. Lo hacen con incertidumbres, porque las medidas adoptadas por los países que condenan la agresión rusa han bloqueado vías de comunicación y bancarias y en algunas bodegas se remueven inquietos pensando en cuándo cobrarán y cómo.
Por eso, tanto el Consejo Regulador de la Denominación de Origen Rioja, como la Asociación de Bodegas de Rioja Alavesa prefieren mantener la prudencia en las valoraciones. Esperar a más adelante para poder opinar cuando la situación comience a clarear, como han manifestado a DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA.
Otros, como Iker Madrid, de Bodegas Casa Primicia, exportador a numerosos países y entre ellos a Rusia, no dudaba en calificar la situación "como complicada". Señalaba que "estos son momentos de una incertidumbre muy grande, porque no sabemos como seguirá el conflicto en los próximos días". De momento, "la principal preocupación es saber cómo están los ucranianos, sufriendo y abandonando sus casas. Ya nos ocuparemos más tarde de la complicada situación de las exportaciones".
Una situación que inquieta, pues como explicaba este bodeguero de Laguardia el comprador ruso paga en rublos y éste se ha depreciado mucho. "Al perder valor la moneda, todo se encarece mucho más, incluida una botella de vino, y el comerciante la tiene que aumentar el precio, por lo que es más difícil venderla".
Así pues, es un momento de freno a las exportaciones hacia aquellos mercados, pero también de una gran inquietud porque el conflicto y las medidas adoptadas afectarán a todos los bolsillos debido al encarecimiento de medios de trabajo, como son electricidad, combustibles y materias primas, como explica en estas mismas páginas la responsable del departamento de Internacionalización de la Cámara de Comercio, Industria y Servicios de Álava.