Una "reafirmación inequívoca"

Así lo verbalizaron tanto el viceconsejero vasco de Derechos Humanos, Memoria y Cooperación, José Antonio Rodríguez Ranz, como la directora de Igualdad y Derechos Humanos de la Diputación, Ainhoa Campo; la responsable de Convivencia y Diversidad en el Ayuntamiento de Vitoria, Miren Fernández de Landa, y el vicario general de la Diócesis de Vitoria, Carlos García Llata, que escenificaron en una comparecencia en el Consistorio que la iniciativa sigue adelante tal y como se plasmó en el protocolo firmado el 18 de febrero de 2021.

“La constitución de una fundación es un proceso largo y complejo, que requiere de un buen número de informes tanto jurídicos como de diversa índole por parte de todas las instituciones promotoras. Hemos consensuado ya los estatutos de la futura fundación, lo que supone la inequívoca reafirmación de su compromiso”, defendió por ejemplo Campo.

También defendió la labor realizada hasta el momento García Llata, en nombre de una Diócesis que ha sido blanco habitual de las críticas de la parte social por sus “obstáculos” al proyecto. “Aunque el trabajo ha sido un poco silencioso, llevamos un año trabajando para sacar adelante todo este proyecto, que es ciertamente grandioso y, además, de gran trascendencia para esta ciudad”, defendió el vicario general.

"Con todas nuestras fuerzas"

García Llata defendió que la institución eclesial está colaborando con “todas sus fuerzas” para que el proyecto salga adelante, porque se trata además de un “mandato” de los órganos representativos de la Diócesis.

“Todo para hacer justicia a las víctimas, para hacer recuerdo, para hacer memoria de estos acontecimientos desgraciados, que son una página que tenemos que tener en cuenta para un futuro de paz y de justicia social”, defendió.

Por su parte, Rodríguez Ranz remarcó que “los más interesados en que las cosas vayan rápido” son los propios representantes institucionales.