Cada vez son más los adultos alaveses que celebran su primera Comunión. Según confirman desde la Diócesis de Vitoria a DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA, ya no son solo los más pequeños de la casa los que se inscriben a las catequesis que celebra la Iglesia para acercar a los ciudadanos a la fe. En los últimos años también se ha registrado un notorio aumento en el interés que depositan en esta celebración especialmente los adolescentes, aunque también adultos de distintas edades.

Así, y tras este aumento en adultos, desde el área de Catequesis se está elaborando un proyecto que pretende llegar a cualquier adulto que, después de un tiempo alejado de la Iglesia, se plantee acercarse de nuevo mediante la Primera Comunión y otros sacramentos. "La vuelta de estas personas y el acercamiento por primera vez de otras en edades más adultas muestra que cualquier periodo vital o circunstancial, alegre o difícil, ven que la fe tiene sentido. La Iglesia siempre acoge", asegura Nacho Rodríguez Trillo, responsable de Catequesis en la Diócesis de Vitoria.

Además de estos adultos, cada vez son más los padres que también deciden acercar a esta fe a sus hijos. De hecho, según los números que manejan desde la Diócesis de Vitoria, este año se ha registrado un repunte en las Comuniones. En 2018 se celebraron 1.289 Primeras Comuniones en Vitoria y, un año después, 1.247. Es decir, prepandemia eran entre 1.300 y 1.500 las celebraciones anuales. Tras la irrupción de la pandemia en marzo de 2020, las Comuniones sufrieron un revés; se celebraron la mitad ese año y se pospusó la otra mitad sin fecha.

El pasado año se volvieron a retomar y se calcula que son 1.800 los niños que pudieron celebrar así este día, de los cuales 600 serían los correspondientes en 2020. "En muchas parroquias e iglesias se hicieron en estos dos últimos años en grupos de 4 o 6 niños a la vez, lo que hace que grupos grandes de comuniones se dividan en diferentes fines de semana alargando así los meses de las celebraciones de este sacramento.

Por ejemplo, en la parroquia de Santa Clara, en Zabalgana, recibieron la Primera Comunión más de 550 niños", explican desde la Diócesis de Vitoria. Este año se prevén más de 400 comuniones.

Por barrios la parroquia de la Catedral de Santa María celebrará 22 comuniones (Casco Viejo), San Cristóbal 15 (Adurza), la Catedral Nueva 10 (Centro), San Pedro 6 (Casco Viejo), San Joaquín y Santa Ana (Salburua) 40, Santa Clara (Zabalgana) 160, Desamparadas (Centro) 17, Nuestra Señora de los Dolores 10 (Sansomendi), San Viator ( Txagorritxu) 42, Colegio Virgen Niña 40, San Juan (Judizmendi) 10, Nuestra Señora de Los Ángeles (Avenida) 17, San Pablo (Ariznavarra) 14 y La Esperanza (Los Herrán) 10. "Este año 2022 se espera con ilusión pese a esta sexta oleada con Omicron volviendo a reducir aforos y poner más restricciones. Los grupos de catequesis han seguido funcionando presencial y online cuando se requería", concretan.

"Con la llegada del coronavirus, como en el conjunto de la vida social, todo se paró. Pero las catequesis lograron seguir conectados con los niños realizando tareas y manteniendo vivo el grupo y eso es de agradecer. Supieron sobreponerse a las circunstancias, algo que las familias valoraron muy positivamente. Tras el confinamiento se han ido haciendo poco a poco las celebraciones alargándose muchos meses, pero lo importante es que se pudieron retomar", explica el responsable de catequesis de la Diócesis de Vitoria.

Normalmente, antes de hacer la Comunión, los niños realizan un curso de tres años de catequesis en los que la familia también participa, y no solo los catequistas. "Es un modelo de catequesis que hace revivir la fe de los padres a la vez que educamos a los niños en el seguimiento a Jesús de Nazaret", explica. Por ello, se empieza con seis años y finaliza a los nueve años, edad en la que normalmente celebran la primera comunión.

"Los niños viven esos tres años con mucha ilusión, con la alegría de la experiencia de un grupo que les abre al barrio y en la parroquia, se lo pasan muy bien a la vez que adquieren buenos valores que nosotros sabemos le servirán para toda la vida con el ejemplo de Jesús. El último año es el más intenso, donde se enseña a vivir el domingo. El día de la primera comunión es un día muy importante para ellos. Se les ve muy nerviosos y con mucha ilusión, y también vemos que son capaces de reconocer que algo grande ocurre en sus vidas", añade.

Ateos

Son muchos los niños que celebran su Primera Comunión y el bautizo, pero también son muchos los padres que deciden no celebrar esto con sus hijos. "Es un reto. Somos conscientes de que, entre el bautismo y la Comunión, y también entre esta y la confirmación, puede haber años de vacío en la formación cristiana. Estamos trabajando en red con parroquias, colegios y otras delegaciones diocesanas para hacer más atractiva la formación continuada entre los jóvenes. Seguir a Jesús llenan los años de juventud y de una alegría especial y duradera y queremos que nadie se lo pierda".