Las renuncias a herencias se han disparado en pandemia en Álava, en Euskadi y en el Estado hasta el punto de que la primera mitad de 2021 lleva camino de alcanzar récord de rechazos, según los datos del Colegio vasco de Notarios.

Y es que, todavía falta por contabilizar el segundo semestre del año pasado. Hasta la fecha, los seis primeros meses de 2021 se rechazaron 1.007 herencias en Euskadi frente a las 1.611 de todo el año 2020.

Este incremento se debe a varias razones, según los notarios; de un lado influye el aumento de los fallecimientos, muchos por culpa del covid, pero también el hecho de que son herencias que llegan acompañadas de pérdidas o de poco beneficio y, por tanto, van a reportar un trabajo muy grande, explica el notario de Álava Ángel Fernádez-Reyes.

Y pone el ejemplo de una persona mayor, ingresada en una residencia de ancianos que, al morir, tiene una deuda, en este caso con la Diputación; "si los herederos aceptan tienen que asumirla, por eso renuncian", señala.

Según los datos del Colegio vasco de Notarios, los seis primeros meses de 2021 se abrieron 19.481 testamentos frente a los 31.802 de todo 2020 y se tramitaron 8.705 en medio año frente a los 15.073 de todo 2020.

Con todo, el aumento de renuncias no se ha disparado tanto en Euskadi como en otras comunidades autónomas con una fiscalidad más agresiva. De hecho, es el segundo territorio donde menos se han incrementado, después de Aragón, con un 9,5% de no aceptación de herencias. El índice de renuncias a herencias está en el 11,6% en el País Vasco, lejos del 24,1% de Asturias o de otras comunidades como Baleares (22%), La Rioja (21,2%), Andalucía (20,9%) y Murcia (19,6%).

Asimismo, es una tendencia que viene de años atrás, aunque se haya agudizado con la pandemia sanitaria. "Los impuestos a pagar influyen", constata el notario. En Álava, los primeros 400.000 euros no tributan si la herencia va en línea recta, es decir, a herederos directos, de padres a hijos, o viceversa, y entre miembros de un matrimonio o pareja registrada. A partir de esos 400.000 euros, se abona el 1,5%. Es un incentivo mayor para aceptar la herencia", admite.

En cambio, los impuestos a pagar a la Hacienda alavesa ya suben más si la herencia pasa a hermanos, primos... "En estos casos se paga a partir de los 38.000 primeros euros, aproximadamente, y el impuesto ya es mucho más alto; empieza en el cuatro y pico por ciento y es progresivo, esto es, va subiendo a medida que crece la cuantía de la herencia; eso si recae en hermanos, ya que si son primos o extraños, se paga más", aclara Fernández-Reyes.

Además, el notario pone sobre la mesa el hecho de que "Euskadi es un territorio más rico que otros y, normalmente, se dan más renuncias de herencias en zonas más empobrecidas donde los bienes tienen menos valor, que suelen ser, por lo general, áreas rurales y despobladas en las que, igual, determinadas herencias no merecen la pena, ya que el suelo es más barato, caso de Castilla o Extremadura, por ejemplo". En cualquier caso, la renuncia a una herencia solamente se puede realizar una vez fallecido el testador. Y debe formalizarse en escritura pública.

deudas heredadas

Sí confirma Ángel Fernández-Reyes que llegan muchas consultas a las notarías, la mayoría de herederos con dudas, que no saben si están obligados a aceptar la deuda heredada. Y vuelve al caso de los geriátricos. "Hay pensiones que no dan para cubrir los gastos de una residencia de ancianos; entonces, dicha estancia va generando una deuda que se puede o no saldar con el piso, según su valor y éste varía de una ciudad a otra", señala.

"Hay ocasiones en las que los herederos vienen con la carta en la que la Diputación les recuerda la deuda acumulada por su benefactor, ya que el valor de su vivienda no es suficiente para saldar la deuda acumulada; en definitiva, que no les merece la pena aceptar la herencia porque -recuerda- cuando muere la persona, la Diputación se interesa por el patrimonio que tenía".

Otra posibilidad es aceptar la herencia a beneficio de inventario. Sin embargo, opina Fernández-Reyes que "obliga a una serie de actuaciones que, a veces, se convierten en un problema para los herederos, lo que hace que, si no lo tienen claro, sea más fácil renunciar que realizar esa serie de actuaciones para ir pagando las deudas que pudiera tener el causante", apunta.

Además, en Euskadi, desde la ley de 2015, "sólo se responde a las deudas cuando alcanzan los bienes heredados; dicho de otra manera, la aceptación a beneficio de inventario viene de alguna manera establecida por ley", puntualiza. "Yo no tengo por qué responder con mi patrimonio personal si el valor de la herencia no alcanza a cubrir la totalidad de la deuda; se hace precisamente para que ninguna persona tenga que hacerse cargo de una deuda que ella no ha generado".

El covid ha disparado el número de fallecimientos y, si hay más muertes, hay más testamentos y herencias. "En 2020 aumentaron los fallecimientos y hay que tener en cuenta que la herencia se tramita entre seis meses y un año después de la muerte de la persona; por eso, las renuncias del primer semestre de 2021 que ahora analizamos corresponden a fallecimientos de 2020, durante la época más dura de la pandemia", interpreta.

A pesar del aumento de las renuncias, no considera el notario que las herencias sean hoy en día más quebradero de cabeza que hace años. "Por regla general, una herencia supone una ayuda económica para los sucesores, tienen un saldo positivo y a los herederos les interesa aceptarla; de hecho, seguimos teniendo 8.700 herencias aceptadas frente a 1.007 renuncias".

testamentos y cambios de casa

Otros trámites que han aumentado en pandemia en las notarías alavesas son la formalización de testamentos, aunque no en igual grado. "A medida que la gente ve la muerta más cerca se plantea si ha hecho testamento o no pero, por regla general, se tiene hecho de antes, normalmente cuando llegan los hijos, cuando una pareja ya ha tenido los hijos que ha decidido tener, entre otras razones porque, mientras son menores, los progenitores suelen querer nombrar un tutor por si a ellos les ocurre algo", señala.

La pandemia también ha despertado el deseo de muchos ciudadanos de buscarse otra casa. "Es la impresión que tenemos y la que también nos trasladan desde las inmobiliarias; a raíz del covid, hay más gente que, si se lo puede permitir, prefiere una vivienda con jardín o terraza; o una huerta o terrenito a las afueras de Vitoria, a muchos, el confinamiento les dio mucha claustrofobia", argumenta.