- Osakidetza vuelve a dar otro giro de guion a su estrategia anticovid. Si el lunes anunció que se dejaban de contar los positivos detectados en casa a través de los test de farmacia, ayer comunicó que se suspende el rastreo, salvo en los casos de pacientes vulnerables. “La irrupción de la ómicron nos ha situado en un escenario completamente nuevo”, indicó la consejera Gotzone Sagardui, intentando argumentar por qué se varía el procedimiento en pleno pico de la sexta ola.
Por ello, a partir de ahora, Osakidetza solo hará pruebas diagnósticas a los contactos estrechos de personas con covid que pertenezcan a los colectivos considerados vulnerables. Es decir, mayores de 70 años, personas inmunodeprimidas, las embarazadas, los no vacunados, o algunos enfermos crónicos. “Con estas medidas buscamos garantizar la salud pública de la sociedad vasca”, justificó el cambio de criterio.
El nuevo protocolo permitirá aliviar la saturación de la Atención Primaria, de los hospitales y de las urgencias. Y es que hasta ahora pedían que todas aquellas personas consideradas contacto de un caso positivo lo notificarán para que Osakidetza le enviara una cita para una prueba diagnóstica vía SMS. Es decir el colapso era inevitable ya que había una media de diez mil infectados al día.
Sin embargo, en el futuro se acotará el grupo sometido a análisis, de manera que únicamente indicarán la realización de una prueba diagnóstica a contactos estrechos que pertenezcan a los colectivos vulnerables. Lejos quedaron aquellos tiempos de pandemia en los que se realizaban cribados masivos en localidades enteras para romper las cadenas de contagios.
No obstante, Sagardui aseguró que la pruebas de detección de covid-19 están garantizadas a quienes lo necesiten por “motivo diagnóstico de salud”, porque tenga “una mínima sintomatología” y “riesgo de vulnerabilidad porque ha estado en contacto con alguien positivo”. Hay que recordar que contacto estrecho es cualquier persona que haya estado en el mismo lugar que un positivo, a una distancia menor de dos metros y durante un tiempo total acumulado de más de 15 minutos en 24 horas, sin mascarilla.
Este nuevo marco de actuación se enmarca en la tendencia actual de pasar de un modelo de gestión de crisis a un modelo de control dado que la variante ómicron es menos virulenta y la población cuenta con amplias cobertura de vacunación.
La consejera de Salud, Gotzone Sagardui, hizo pública esta novedad tras la reunión del Consejo de Gobierno, en la que explicó que las últimas horas han dejado en Euskadi 11.923 nuevos positivos entre las 29.158 pruebas practicadas, y una incidencia acumulada de 6.844 casos.
El número R0, que indica a cuántas personas puede contagiar un infectado sigue por encima de 1 aunque en descenso, y el sistema sanitario continúa tensionado con 792 enfermos con covid en planta y 139 en UCI.
Con la nueva vuelta de tuerca introducida por Osakidetza, solo los pertenecientes a grupos vulnerables tendrán que ponerse en contacto con sus centros de salud para hacerse una prueba, mientras que el resto deberá extremar las medidas de prevención y permanecer vigilante ante la aparición de síntomas.
Además, con el objetivo de que los colectivos más vulnerables obtengan cuanto antes cita para hacerse una prueba diagnóstica, bien por tener síntomas, ser contactos estrechos, o tener un test de antígenos positivo, además de poder pedirlo a través del formulario web o llamando a su centro de salud, a partir de ahora también podrán hacerlo a través de internet, en el apartado de cita previa.
Se consideran colectivos vulnerables, además de los no vacunados, los mayores de 70 años, los inmunodeprimidos, las mujeres embarazadas y aquellas que tienen registrada una enfermedad crónica moderada o grave. Por ejemplo, diabéticos de larga duración o con mal control, enfermedad hepática crónica, o enfermedad renal crónica.
Sagardui enmarcó estos cambios en el escenario “completamente nuevo” abierto con ómicron y caracterizado por una alta transmisión y una sintomatología menos grave. De hecho, se calcula que cada positivo de esta nueva cepa puede contagiar a una media de diez personas y cada una de esas a otras diez, y así sucesivamente, en una progresión geométrica.
Por eso la pauta ha cambiado completamente. Según los expertos, “propiciar el rastreo y el control médico es en la actualidad inabordable porque no hay ningún sistema sanitario suficientemente dimensionado para hacer eso ante la avalancha de positivos”. Por ello se está trabajando en lo prioritario, que es tratar los casos clínicamente peores y que pueden tener una evolución más grave
Cuestionada por la posible bajada de casos positivos en la estadística debido a la reducción de pruebas diagnósticas que se va a llevar a cabo por el nuevo protocolo, la consejera aseguró que ese indicador no es el único que mide la evolución de la pandemia ya que se tienen en cuenta otros parámetros como la positividad y la presión hospitalaria.